?La tumba de Gladiator?

El general Maximus, el valiente y adusto protagonista de la pel¨ªcula de Ridley Scott Gladiator, no existi¨®, por supuesto. Pero hay que ver c¨®mo vende.

Convertido en un verdadero mito, el militar ca¨ªdo en desgracia que se metamorfosea en gladiador y tras labrarse una sangrienta carrera en las arenas de todos los anfiteatros del Imperio llega hasta el Coliseo para cumplir su venganza sobre el injusto y cruel emperador, ha servido ahora para dar m¨¢s empaque a un descubrimiento arqueol¨®gico. El hallazgo en Saxa Rubra, al norte de Roma, cerca de la antigua Via Flaminmia, de restos de la monumental tumba de Marcus Nonius Macrinus, un general que vivi¨® en la misma ¨¦poca que el ficticio Maximus y comparte algunos -poquitos- de sus rasgos, se ha convertido en una noticia de primera magnitud por la asociaci¨®n entre los dos personajes.

Poco importa que el pobre Macrinus no fuera hispano y no viviera ni por asomo las agon¨ªas (ni los ¨¦xitos -tigres, amazonas y myrmillones despachados-) de la arena. Ni que no exista la m¨¢s m¨ªnima prueba de que cayera en desgracia, fuera represaliado y no digamos ya muriera a manos del emperador de turno (C¨®modo) o tuviera un rollo con la hija de Marco Aurelio, Annia Lucilla. Todo ello le importa una higa al Ministerio de Cultura italiano y a los arque¨®logos que se han prestado al gratificante juego de identificar al personaje real y al de celuloide, aunque ello suponga armar un l¨ªo en la cabeza de la gente, sorprendida con titulares como Hallada la tumba del verdadero Gladiator, a los que, inevitablemente, ha dado lugar la noticia.

Originario de Brescia, el proc¨®nsul Macrinus, figura importante del ej¨¦rcito romano de la ¨¦poca, amigo del emperador Marco Aurelio y acreditado militar en la lucha contra los cuados y los marcomanos, tiene s¨®lo eso en com¨²n con el esforzado Maximus de Russell Crowe. En la misma ¨¦poca hay muchos otros personajes con esas caracter¨ªsticas y que podr¨ªan considerarse incluso m¨¢s cercanos al car¨¢cter de Maximus que Macrinus. Por ejemplo Publio Helvio Pertinax, otro general -tribuno de la VI Victrix- que lucho tambi¨¦n en el Danubio bajo Marco Aurelio, y que adem¨¢s tiene el morbo de haber sido v¨ªctima de intrigas cortesanas. Pertinax incluso fue atacado por legionarios amotinados, ?y dado por muerto! Y, seg¨²n la Historia Augusta, estaba cachas como Crowe. Pertinax se implic¨® en las conspiraciones contra C¨®modo y tras el asesinato de ¨¦ste fue nombrado brevemente emperador. De hecho, Pertinax fue la inspiraci¨®n del general Livio (Stephen Boyd), el personaje tan parecido a Maximus de La ca¨ªda del Imperio Romano, el filme de Anthony Mann de 1964 del que Gladiator es en parte un remake, incluido el asesinato de Marco Aurelio, la rivalidad de su hijo C¨®modo con el fiel general al mando de las legiones y las espectaculares batallas con los germanos.

Al pobre Macrinus real le habr¨ªa horrorizado seguramente que alguien pudiera confundirlo con un gladiador. Para un noble romano, formar parte de los munera gladiatoria, las luchas de gladiadores, era tan horrible y vergonzoso como para un pol¨ªtico actual protagonizar espect¨¢culos er¨®ticos en vivo. Los gladiadores eran lo m¨¢s bajo de lo bajo, perditi homines. De ah¨ª el esc¨¢ndalo que provocaron algunos emperadores, como, precisamente C¨®modo, por su afici¨®n a relacionarse con los gladiadores y entrenar con ellos. A C¨®modo, claro, no lo mat¨® en realidad un ex general convertido en gladiador, sino un atleta con el que sol¨ªa boxear, Narcissus, y que lo estrangul¨® como parte final de una conspiraci¨®n.

En una curiosa doble sesi¨®n peplum-arqueol¨®gica, tambi¨¦n se ha anunciado el hallazgo por parte de otro equipo de una cripta situada bajo la domus del emperador Tiberio, donde, seg¨²n Suetonio, en un descanso de los Juegos Palatinos, que se celebraban en palacio, habr¨ªa sido asesinado su sucesor Cal¨ªgula por el prefecto de la guardia pretoriana, Casio Querea.