'Z 32', retrato de un militar asesino
Un controvertido documental muestra las acciones de un soldado israel¨ª de ¨¦lite
Durante 20 meses, Z 32 recibi¨® entrenamiento en una unidad de ¨¦lite del Ej¨¦rcito de Israel. Fue adiestrado para matar, sin preguntar y actuar como un robot que s¨®lo cumpl¨ªa ¨®rdenes. Una noche de febrero de 2002, seis soldados murieron en un atentado terrorista. El alto mando orden¨® una respuesta inmediata: eliminar a seis palestinos indiscriminadamente, sin importar su identidad. Cuatro unidades de ¨¦lite prepararon los operativos. Resultado: 12 polic¨ªas palestinos fueron asesinados en cuatro puestos de control. Dos de ellos cayeron bajo las balas del fusil de Z 32, que abri¨® fuego sin vacilar. No sab¨ªa a qui¨¦n disparaba. Z 32 cumpl¨ªa ¨®rdenes. Y as¨ª se refleja en el documental hom¨®nimo dirigido por Avi Mograbi.
Z 32, el filme, se present¨® en Venecia y ha inaugurado la sexta edici¨®n del Festival Internacional de Documentales DocLisboa, que se celebra estos d¨ªas en la capital portuguesa. "Una acci¨®n militar de venganza es propia de una organizaci¨®n criminal o terrorista. Pero no deber¨ªa ser la estrategia de un Estado democr¨¢tico", dice Mograbi sobre el trasfondo de Z 32, un retrato demoledor del Ej¨¦rcito de su pa¨ªs. "No tiene que ver s¨®lo con el Ej¨¦rcito israel¨ª. Es una historia que vale para los militares estadounidenses en Irak o Afganist¨¢n, los rusos en Chechenia, o los franceses en la guerra de Argelia", precisa Mograbi. "Y no s¨®lo los ej¨¦rcitos convencionales; tambi¨¦n sirve para las organizaciones guerrilleras o de liberaci¨®n nacional, cuyos integrantes no pueden dudar a la hora de actuar".
Frente a la c¨¢mara de Mograbi, el soldado Z 32 desgrana su participaci¨®n en aquel operativo. Su novia le acorrala con sus preguntas: ?qu¨¦ le pas¨® por la cabeza cuando disparaba a un desconocido? ?Pens¨® en su familia? ?Tendr¨ªa esposa? ?Hijos? Hay momentos en que el soldado parece tener remordimientos, con pretensiones de ser perdonado, y al mismo tiempo reconoce que fue "divertido y excitante". La c¨¢mara le lleva a la aldea donde mat¨® a dos palestinos y, con la mayor naturalidad, describe la carnicer¨ªa.
?Habr¨¢ perd¨®n para ¨¦l? "La sociedad israel¨ª perdona. ?sta es la realidad", afirma Mograbi. "?Qu¨¦ otra cosa puede hacer? Los soldados cometen actos terribles. Vuelven a casa. ?Qu¨¦ deben hacer sus familias? ?Entregarlos a la polic¨ªa? Buscan la v¨ªa para inhibirse o justificar". Autor de documentales punzantes y controvertidos en Israel, Mograbi es uno de los fundadores de la organizaci¨®n Breaking The Silence (Rompiendo el Silencio), que se dedica a recoger testimonios de militares que sirvieron en los territorios ocupados. Cada caso tiene una letra y un n¨²mero en un archivo de m¨¢s de 400. Cuando escuch¨® el relato de Z 32, tuvo claro desde el primer momento que ten¨ªa material para una pel¨ªcula. Convenci¨® al soldado, que aparece con un rostro que no es el suyo, despu¨¦s de nueve meses de trabajo digital. Sin capucha y sin m¨¢scara. "Quer¨ªa mostrarlo con un rostro com¨²n, como podr¨ªa ser el del hijo del vecino". Mograbi ha querido hacer una pel¨ªcula "contra la lucha armada". ?Qui¨¦n da el primer paso? "Mi hijo ya lo dio", responde convencido el realizador. Se neg¨® a servir en el Ej¨¦rcito y fue a parar a la c¨¢rcel. De momento es un paso que apenas han dado unas docenas de israel¨ªes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.