La crisis
Un amigo de toda la vida me lo cont¨® con precisi¨®n hace ya unos cuantos a?os. Para su padre el cine era una pasi¨®n y adem¨¢s su forma de vida. Y, al parecer, muchas veces, al llegar a casa hablaba de su trabajo y, seg¨²n recuerda mi amigo, la pasi¨®n daba sentido y gracia a sus palabras. Y, tambi¨¦n, una forma de preocupaci¨®n que, aquel hombre al que nunca conoc¨ª, trataba, seg¨²n cuenta mi amigo, de ocultar.
Un d¨ªa, la pregunta me surgi¨® como una necesidad: ?por qu¨¦?, ?por qu¨¦ ocultaba su preocupaci¨®n por el cine? Mi amigo tard¨® en contestarme. Al fin, me mir¨® de soslayo y dijo: "Mi padre no quer¨ªa transmitirme su malestar"... Y call¨®. Yo no pude contener una nueva y simple pregunta: ?Por qu¨¦? Le daba miedo contagiarme. Volv¨ª a preguntar: ?por qu¨¦? Entonces, mi amigo cruz¨® su decidida mirada con la m¨ªa. Sus palabras fueron rotundas: el cine estaba en crisis... no... m¨¢s bien es una crisis insuperable. Mientras hablaba, mi amigo dio unos pasos. Se alej¨® de m¨ª. Y, de pronto, gir¨® la cabeza y volvi¨® a cruzar su mirada con la m¨ªa. Desde entonces, la palabra crisis unida a la de cine (o sea, cine en crisis) me ha perseguido a lo largo de toda mi vida.
Poco despu¨¦s consegu¨ª romper el silencio y pregunt¨¦: ?Pero no crees que ahora la crisis es real y tal vez definitiva? Mi amigo volvi¨®, decidido, a su caminar. Se alej¨®, y cuando ya la distancia entre los dos era como de 20 metros gir¨® y lentamente se fue acercando. Antes de llegar cerca de m¨ª levant¨® la voz: "Ninguna crisis es insuperable si se analizan bien los elementos que la contienen. En este momento es muy claro que las nuevas tecnolog¨ªas han supuesto una sustancial modificaci¨®n en la forma de realizar cine y en la manera de contemplarlo. En poco m¨¢s de un siglo las variaciones que se han producido en la forma de hacer y ver cine han sido constantes. Tal vez, por eso, mi padre ten¨ªa raz¨®n cuando dec¨ªa que la crisis no se detiene. Pero esas modificaciones han supuesto que el cine, como forma de expresi¨®n, ha cobrado un mayor significado dentro del desarrollo cultural. Hoy, las nuevas tecnolog¨ªas abren m¨¢s posibilidades a la narraci¨®n cinematogr¨¢fica. Nuevas c¨¢maras, nuevos soportes, nuevas pantallas. De tal modo que hoy estamos casi tan cerca de poder narrar a trav¨¦s de una pantalla como de un libro. Y con una particularidad. Hoy se ve m¨¢s cine que nunca, pero en pantallas muy diversas y llenas de pirater¨ªa. Todo ello nos conduce a una crisis profunda. Pero si sabemos ordenar y potenciar los elementos que configuran la crisis, el cine adquirir¨¢ una potencia econ¨®mica y cultural muy superior a la que hasta ahora ha tenido". Mi amigo me mira. Casi rompe a re¨ªr. Estira con rapidez su brazo y su pu?o izquierdo cruza mi mand¨ªbula como una forma de caricia. Una manera de acabar nuestras conversaciones.
Mi amigo se llama Tedy Villalba. Y no est¨¢ en crisis.
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El¨ªas Querejeta, productor de cine, recibir¨¢ ma?ana en Valladolid la Espiga de Honor de la Seminci como homenaje a toda su carrera.
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