Un Tour peculiar
Las jornadas iniciales y finales concentrar¨¢n todas las dificultades de una edici¨®n que acoger¨¢ por primera vez una etapa en l¨ªnea ¨ªntegra en Espa?a: Girona-Barcelona
Para Miguel Indurain, como para Mariano Rajoy el desfile de la Castellana, la presentaci¨®n del Tour de Francia no es precisamente el mejor plan para una ma?ana de oto?o, por lo que ni siquiera se toma la molestia de abrir el sobre con la invitaci¨®n cuando lo recibe por correo, pero que no se entere Jordi Hereu, que le denunciar¨ªa por hereje. El alcalde de Barcelona, la ciudad m¨¢s meridional que visitar¨¢ el Tour en 2009, alucin¨® durante la espectacular ceremonia en la que se desvel¨® el recorrido de la pr¨®xima grande boucle, una edici¨®n que por primera vez celebrar¨¢ una etapa en l¨ªnea ¨ªntegra en Espa?a: Girona-Barcelona en el sexto d¨ªa (San Sebasti¨¢n acogi¨® el pr¨®logo de 1992). Girona pagar¨¢ 200.000 euros por acoger la salida del jueves 9 de julio, mientras que Barcelona aportar¨¢ 500.000 por el doble privilegio de ser punto de llegada y de salida al d¨ªa siguiente hacia Arcal¨ªs. "Y esto ya dice mucho de lo que supondr¨¢ de proyecci¨®n de la ciudad al mundo", dijo Hereu, deslumbrado por la grandeur francesa.
La carrera se decidir¨¢ en el Mont Ventoux y tiene s¨®lo 53 kil¨®metros contrarreloj
Bruyneel dice que Armstrong no correr¨¢ sin "un ambiente de serenidad"
Pereiro, Contador y Sastre son los ¨²nicos en activo que han ganado la ronda
Se cumplir¨¢n 50 a?os de la victoria de Bahamontes, el primer vencedor espa?ol
El alcalde no fue el ¨²nico que m¨¢s que echarse a re¨ªr se emocion¨® escuchando en una hist¨®rica grabaci¨®n a Salvador Dal¨ª, el gran mercader del surrealismo, su franc¨¦s de erres remarcadas, declarar su amor por el Tour: "El ciclismo, el deporte que me provoca un placer inefable, concretamente el Tour".
Fue, por su inefabilidad, siguiendo el adjetivo del pintor de Figueres, el momento m¨¢s emocionante de un acto en el que Jean-?tienne Amaury, el hijo de Odille, la viuda due?a del Tour, se present¨® al mundo como nuevo presidente -heredero de Patrice Clerc, gran v¨ªctima de la lucha con la UCI- de la empresa organizadora, un joven de 32 a?os con gestos ensayados, discurso tecn¨®crata falsamente adornado con llamadas a la pasi¨®n, al fervor, al valor y a la honestidad.
A Alberto Contador, amante intenso del Tour, le brillaban los ojos. A su lado, ?scar Pereiro sonre¨ªa sin parar. "Bueno, yo no tanto", dijo Carlos Sastre, el ganador del ¨²ltimo Tour. "A m¨ª, estos fastos no me emocionan especialmente, pero, s¨ª, es bonito". En 2009 se cumplir¨¢n 50 a?os de la victoria de Bahamontes, el primer espa?ol que lleg¨® de amarillo a Par¨ªs. El toledano, entonces, no era m¨¢s que un estado de excepci¨®n dentro de la pobreza absoluta del deporte espa?ol de la ¨¦poca: ayer, los tres asientos centrales del palacio de congresos de Par¨ªs, los reservados para los personajes m¨¢s importantes, estaban ocupados por tres ciclistas espa?oles, los tres ¨²nicos corredores en activo que pueden decir: "Yo he ganado el Tour".
Habr¨ªa un cuarto, un yanqui soberbio, pero, siguiendo la expresi¨®n de su director, Johan Bruyneel, Lance Armstrong est¨¢ tanto al 50-50 activo-inactivo, como en posibilidades de participar en el Tour. En la presentaci¨®n no estuvo porque Bruyneel no quer¨ªa que tapara a Contador. "Y en el Tour, ya veremos", dijo Bruyneel. "Primero tiene que demostrar que vuelve con el nivel necesario y despu¨¦s, y esto parece ahora dif¨ªcil, tiene que encontrarse con un ambiente de serenidad".
Para serenidad, la de Alberto de M¨®naco, pr¨ªncipe de la salida de un Tour que Bruyneel dijo que ten¨ªa "todos los ingredientes habituales distribuidos de una manera peculiar", al que Eusebio Unzue, el director de Pereiro, describi¨® como un bocadillo a la inversa, "con el jam¨®n a los lados y el pan en el centro", y que a Sastre le pareci¨® "muy dif¨ªcil al final y nada f¨¢cil al principio". Un recorrido que le gust¨® a Contador porque se decidir¨¢ en una cumbre m¨ªtica, el Mont Ventoux, y porque no tiene muchas contrarreloj -15 kil¨®metros el primer d¨ªa, en M¨®naco, 38 el 18?, en Annecy: s¨®lo en 1967 hubo menos kil¨®metros contrarreloj-, y las que hay son quebradas, no llanas.
"Ser¨¢ un Tour curioso", a?ade Unzue, "en el que pesar¨¢ mucho la estrategia y la capacidad de los corredores de saber administrar sus reservas". En efecto, tan pr¨®ximo como en la s¨¦ptima etapa llegar¨¢ el primer gran d¨ªa de monta?a -Barcelona-Ordino Arcal¨ªs, el puerto andorrano que lanz¨® a Ullrich en 1997-, y ello despu¨¦s de una contrarreloj individual y otra por equipos. Y aunque s¨®lo habr¨¢ tres llegadas en alto -Arcal¨ªs, Verbier, un segunda en Suiza, y el Ventoux-, y aunque los grandes nombres de los Pirineos -el Tourmalet se pasar¨¢ a 70 kil¨®metros de la llegada llana de la novena etapa- y de los Alpes -no se subir¨¢ ning¨²n gigante legendario- se escamoteen, la presencia del gigante de Provenza el s¨¢bado v¨ªspera de Par¨ªs maravill¨® a la tropa de corredores. "El Ventoux ser¨¢ muy duro y muy espectacular", sentenci¨® Sastre. "Pero ser¨¢, claro, mucho mejor que jugarse el Tour en una contrarreloj llana como ocurr¨ªa antes".
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