Es probable que Dios no exista
El eslogan ha empezado a viajar en los laterales de los autobuses londinenses: "Es probable que Dios no exista. Ahora, deja de preocuparte y disfruta de la vida". La idea se le ocurri¨® a la escritora Ariane Sherine como manera de contrarrestar los mensajes amenazantes, de infierno y maldiciones, con que la Iglesia suele calentar los o¨ªdos a los no creyentes. Diversas asociaciones que defienden la idea de un pa¨ªs laico se aplicaron a la tarea de recaudar dinero para la campa?a, y ahora les sobra para empezar a exportarla a otras ciudades brit¨¢nicas. Lo que me divierte del asunto es la fineza del mensaje y la falta de agresividad que encierra. Muy ingl¨¦s. Habr¨ªa que estudiar cu¨¢l es la raz¨®n por la cual los ingleses transforman su antol¨®gica frialdad de trato en un gran sentido de la iron¨ªa en todo cuanto escriben, y los espa?oles pasamos de esa simpat¨ªa con la que adornamos la vida diaria a la gran mala foll¨¢ en cuanto nos ponemos a expresarnos por escrito, algo que hemos convertido en cualidad vern¨¢cula. Entre nuestras cualidades no est¨¢ la de distinguir entre sentido del humor y mala hostia. Incluso la Iglesia brit¨¢nica ha dado muestras de buen talante; enterada de que Richard Dawkins, el autor de El espejismo de Dios, hab¨ªa sido una de las personas que m¨¢s dinero hab¨ªa aportado a la campa?a, contest¨® a trav¨¦s de su portavoz de la manera m¨¢s elegante posible: "Nos alegramos del inter¨¦s continuado que el se?or Dawkins muestra por Dios; eso anima el debate", a?adiendo que "a los creyentes no nos preocupa el hecho de disfrutar o no de la vida. Muy al contrario, nuestra fe nos libera para poder ver esta vida desde la perspectiva apropiada". Que Dios me perdone, pero no podr¨ªa imaginarme un debate en estos t¨¦rminos en Espa?a. A la Iglesia espa?ola le han salido en los ¨²ltimos tiempos portavoces voluntarios m¨¢s papistas que el Papa, y hay medios de comunicaci¨®n que distraen al espectador a diario con im¨¢genes de supuestos fetos de seis meses triturados y palabras como genocidio o tortura guantanamesca. Mal le ir¨¢ a la Iglesia si su forma de atraer a posibles fieles es llamando asesina de fetos o de embriones a la mitad de la poblaci¨®n. Bien podr¨ªan aprender del historiador brit¨¢nico Fern¨¢ndez-Armesto, que, aun siendo creyente, criticaba, en un art¨ªculo publicado recientemente en El Mundo, la inclusi¨®n, por parte de la inefable Palin, del aborto como asunto electoral, porque a su juicio distorsionaba el debate pol¨ªtico. Se?alaba tambi¨¦n el historiador que una de las cualidades de la cultura espa?ola que m¨¢s le atra¨ªan era la capacidad de hablar de cualquier asunto, por pol¨¦mico que sea, en una cena, algo imposible, dec¨ªa, en la cultura anglosajona. Ay, no sabe el profesor cu¨¢ntos amigos se pierden aqu¨ª a los postres por decir, ni m¨¢s ni menos, lo que uno piensa. Aunque a lo mejor hay que mirarlo de otra manera: si los amigos se pierden por eso, no ser¨ªan tan amigos. Pero, en fin, no s¨®lo la Iglesia espa?ola se muestra agria en sus debates, tambi¨¦n los ateos tienden a expresarse aqu¨ª con aspereza, con ese me cago en Dios y esa incapacidad para entender que detr¨¢s de un creyente no tiene por qu¨¦ haber un facha redomado. Lejos de los t¨®picos, ese hombre afable que es Javier Fesser ha llevado al cine una historia conmovedora basada en la vida de la ni?a Alexia, que padeci¨® un c¨¢ncer extremadamente cruel y a punto est¨¢ de ser beatificada. En estos d¨ªas oscuros de invierno repentino, la cara de Nerea, la actriz que interpreta Camino, me sorprende en cada esquina de la ciudad. Desde que he visto la pel¨ªcula, le digo a Fesser, ese rostro me impresiona m¨¢s, no s¨®lo por la emoci¨®n de la historia, sino por la empat¨ªa que provoca esa ni?a de once a?os que es tan actriz como una de sesenta. Un hallazgo. Fesser me habla de ella con pasi¨®n. De ella y de todo, de ese mundo que lleva a?os investigando, el de la fe que mueve m¨¢s que monta?as, la fe de una madre que es capaz de entregar el calvario de su hija al Se?or, reprimiendo su dolor materno, y tratando de que la ni?a viva el final de su vida con la alegr¨ªa de ser la v¨ªctima elegida por Dios. Tremendo. Fesser ha elegido un mundo que existe, pero del que casi no se habla, y menos en el cine espa?ol, el de los fanatismos religiosos; pero no lo hace toscamente, sino dejando que sean los mismos personajes quienes se retraten. ?l sabe que hay ciertos sectores que pretenden extender la idea de que su pel¨ªcula est¨¢ hecha contra Dios, una manera retorcida de retirar a los creyentes del cine; pero de lo que trata Camino es de la forma en que las creencias (incluso las ideolog¨ªas) absolutas nos proh¨ªben actuar como seres humanos y sentir dolor, empat¨ªa, piedad. Tampoco quiere Fesser que se piense que su pel¨ªcula es triste. Bueno, le digo, ?hay algo malo en emocionarse? En realidad, esta historia cuenta c¨®mo una fe corrosiva impide a una madre sentir abiertamente el dolor por la p¨¦rdida de su hija.
Entre nuestras cualidades no est¨¢ la de distinguir entre sentido del humor y mala hostia
Mal le ir¨¢ a la Iglesia si su forma de atraer fieles es llamando asesina de fetos a la mitad de la poblaci¨®n
Un numerario del Opus asisti¨® al estreno. El ¨²nico comentario que hizo a la salida se refer¨ªa a una escena en la que se ve a miembros del Opus sentarse a comer: "Un numerario nunca se sentar¨ªa a una mesa sin mantel". ?Hay que pensar entonces que todo lo dem¨¢s es cierto?
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