Con el porno a la hoguera
Los vendedores de Lahore queman miles de pel¨ªculas - La cruzada de los talibanes gana terreno en Pakist¨¢n
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Bast¨® una amenaza an¨®nima para que la semana pasada los vendedores de DVD de Lahore hicieran una hoguera con sus pel¨ªculas porno. Hasta 50.000, seg¨²n la prensa local; una d¨¦cima parte, a decir de los comerciantes. En cualquier caso, un triunfo para los talibanes que, envalentonados por su ¨¦xito en la Provincia Noroccidental (NWFP), tratan de extender su cruzada moral al resto de Pakist¨¢n. Muchos temen que haya empezado la talibanizaci¨®n de Lahore, la segunda ciudad del pa¨ªs y una de las m¨¢s cosmopolitas.
"Antes vend¨ªa una media de 20 a 25 pel¨ªculas diarias; ahora me doy con un canto en los dientes si llego a cinco", declara Khan Said Hass, encargado de un puesto llamado Vicky. Antes significa antes de la intimidaci¨®n talib¨¢n y la hoguera. Pero m¨¢s all¨¢ de reconocer que el negocio ha ca¨ªdo en picado, los vendedores de DVD de Hall Road prefieren guardar silencio y dejar que las aguas vuelvan a su cauce. Hall Road es uno de los principales bazares de Lahore, con cerca de 6.000 puestos, unos 400 de ellos de pel¨ªculas y m¨²sica. Ning¨²n entrevistado admite vender grabaciones porno, pero los due?os de los negocios han organizado patrullas para vigilar que eso no ocurra. A la vista, s¨®lo t¨ªtulos locales y de Bollywood; los occidentales hay que pedirlos.
"Recibimos una carta en la que nos amenazaban con hacer saltar el mercado por los aires si no retir¨¢bamos de la venta las pel¨ªculas pornogr¨¢ficas", admite el presidente de la asociaci¨®n de comerciantes, Babar Ali Khan. Y a pesar de su historial de resistencia a las redadas policiales y las campa?as de los defensores de la propiedad intelectual, la asociaci¨®n accedi¨® a las pretensiones de los extremistas. "Justo unos d¨ªas antes estallaron las tres bombas de Gari Shahu", justifica Khan en referencia a los atentados contra tres puestos de zumos populares entre los j¨®venes, que dejaron un muerto y seis heridos.
Los afectados contaron a la polic¨ªa que d¨ªas antes hab¨ªan recibido la visita de gente "religiosa" que les advirti¨® contra la presencia de parejas no casadas en sus establecimientos. Tras los atentados, un desconocido Movimiento por la Dignidad se responsabiliz¨® de la autor¨ªa. Todo el mundo coincide en que es parte de una campa?a para imponer la estricta moral talib¨¢n con el pretexto de la religi¨®n. Atacar las tiendas de m¨²sica y pel¨ªculas se ha convertido en el m¨¦todo distintivo de los talibanes para enviar un mensaje a los ciudadanos cuando, en su opini¨®n, est¨¢n violando el c¨®digo moral.
En los barrios de Karachi en los que cuentan con simpatizantes, los islamistas radicales han obligado a cerrar a los proveedores de televisi¨®n por cable. Ahora el peligro es que logren crear lo que la Comisi¨®n de Derechos Humanos de Pakist¨¢n denomina "zonas libres de derechos", como en la NWFP.
En esa provincia, cantantes, m¨²sicos y otros artistas han tenido que irse o dejar de actuar. La coalici¨®n de partidos religiosos que se hizo con el Gobierno provincial en 2002, primero cerr¨® un bazar de la capital, Peshawar, donde se vend¨ªan instrumentos y se reun¨ªan los m¨²sicos; y m¨¢s tarde prohibi¨® la m¨²sica directamente. El cambio de Gobierno el pasado febrero a¨²n no ha logrado revertir esa situaci¨®n.
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