A vueltas con Kundera

Tengo la impresi¨®n de que las reacciones dentro del gremio literario ante el caso Kundera (el de su presunta acci¨®n delatora en la Praga de 1950) se est¨¢n exagerando un poco. La verdad, no creo que haga falta tanto aspaviento para defender al novelista checo de difamaciones.

Los datos testimoniales y documentados que han sustentado esta historia resultan plausibles, aunque su validez sea discutible a falta de un pronunciamiento judicial que, de producirse, ser¨ªa a instancias del propio implicado, ya que nadie puede considerar delito denunciar a un desertor y esp¨ªa al servicio de una potencia extranjera. Y desde un punto de vista ¨¦tico, si el hecho fuese real, me parece perfectamente defendible desde la convicci¨®n del entonces joven y comunista Milan Kundera. Es la evoluci¨®n pol¨ªtica posterior del escritor, similar a las de varios de los destacados colegas que ahora avalan sin m¨¢s su negaci¨®n sobre el caso, la que puede hac¨¦rselo m¨¢s dif¨ªcilmente soportable.

En su novela m¨¢s conocida, Kundera hace que el protagonista ponga a Edipo arranc¨¢ndose los ojos como ejemplo para que los comunistas exp¨ªen sus culpas, incluso aquellas de las que, como el rey tebano, fueran en principio ignorantes. Un rigor que creo excesivo, sea para quien sea.

Acabe como acabe la pol¨¦mica, seguir¨¦ valorando en este autor su fuerza narrativa y sus inteligentes y estimulantes s¨¢tiras sobre el totalitarismo.