El vestido del cambio

La estudiada coreograf¨ªa crom¨¢tica en negro y rojo con la que la familia Obama se present¨® al mundo en la noche de su victoria electoral delata la calculada importancia que le da a su imagen. Aun as¨ª, a Michelle Obama no le han dado tregua con el vestido que llev¨®, obra de Narciso Rodr¨ªguez. En pocas horas, los foros ard¨ªan en comentarios a favor (los menos) y en contra. "Es escalofriante que siempre se cuestione c¨®mo van vestidas las mujeres y nunca los hombres", apunta el dise?ador Antonio Alvarado.

Una reflexi¨®n que tiene en el caluroso debate el mismo efecto que soplar en medio de un incendio. El dise?o, adem¨¢s, portaba significativos mensajes. Se trata de una pieza para la pr¨®xima primavera-verano presentada el 9 de septiembre en la pasarela de Nueva York. Ce?ido al talle por dos bandas negras cruzadas y con un estallido de rojo en el frontal, fue visto entonces en una modelo rusa de 17 a?os. El 4 de noviembre apareci¨® m¨¢s rojo, opaco donde antes era trasl¨²cido, con nuevo y recatado escote y falda alargada. Dado que no est¨¢ todav¨ªa a la venta, se asume que las modificaciones se han hecho a la carta para adaptarlo a las proporciones y necesidades de una futura primera dama, pero el dise?ador ha declinado ofrecer informaci¨®n alguna sobre el proceso. Obama, adem¨¢s, le a?adi¨® un peque?o c¨¢rdigan negro. Los cr¨ªticos alegan que, entre arreglos y a?adidos, se ha ido al traste la armon¨ªa de la silueta y ¨¦sta ha terminado convertida en un poco favorecedor amasijo. Fiesta de Halloween y explosi¨®n de lava son s¨®lo dos de las malintencionadas comparaciones que se han dejado caer.

"No creo que le preocupe en exceso", opina Alvarado. "Es una mujer muy funcional en su indumentaria, busca la comodidad". Michelle Obama ha exhibido, a lo largo de la campa?a, personalidad y car¨¢cter en la elecci¨®n de ropa. Una idea que su equipo ans¨ªa subrayar: en varias ocasiones se ha negado que cuente con un estilista personal. Fiel a la industria de la moda de su pa¨ªs, Obama ha combinado dise?os de creadores vanguardistas como Isabel Toledo o Thakoon con prendas de grandes cadenas y ha catapultado a la fama a su dise?adora de cabecera en Chicago, Maria Pinto. Distanci¨¢ndose de las marcas y de las formas que tradicionalmente han elegido las mujeres que aspiran a vivir en la Casa Blanca, ha reafirmado el mensaje de cambio de la candidatura de su marido. Una vez m¨¢s, en su elecci¨®n para la noche capital hay m¨¢s sustancia que la discusi¨®n sobre si el traje era bonito o feo.

Narciso Rodr¨ªguez es estadounidense, hijo de emigrantes cubanos (su padre era estibador en Nueva Jersey), y, tras pasar por marcas como Cerruti y Loewe, acaba de cumplir 10 a?os con su propia marca. Una d¨¦cada marcada por el ¨¦xito de cr¨ªtica y las graves dificultades comerciales de una minimalista apuesta est¨¦tica de autor: hace menos de un mes que su ¨²ltimo inversor, el gigante textil Liz Claiborne que le salv¨® de la bancarrota, abandonaba el barco. Adem¨¢s, Rodr¨ªguez fue el autor de otro ic¨®nico vestido: el que llev¨® Carolyn Bessette para casarse con el hijo de John Fitzgerald Kennedy. Un trapo tan empapado de intenci¨®n augura cuatro a?os muy jugosos.

La popularidad de la nueva primera dama de EEUU (lalistaWIP)