Los l¨ªmites del poder de la Casa Blanca
Uno de los primeros retos con los que se va a encontrar el presidente Barack Obama es la actual crisis financiera, que ha puesto en tela de juicio el poder estadounidense. Un art¨ªculo aparecido en The Far Eastern Economic Review proclama que "la crisis de Wall Street presagia un giro tect¨®nico mundial: el comienzo del declive del poder estadounidense". El presidente ruso, Dmitri Medv¨¦dev, cree que la crisis es una se?al de que el liderazgo mundial de EE UU est¨¢ llegando a su fin, y el presidente venezolano, Hugo Ch¨¢vez, ha declarado que Pek¨ªn es ya mucho m¨¢s importante que Nueva York.
Sin embargo, el d¨®lar, s¨ªmbolo del poder de Estados Unidos, ha subido, en vez de bajar. Como destaca Kenneth Rogoff, catedr¨¢tico de Harvard, "es ir¨®nico, despu¨¦s de que hayamos metido la pata hasta el fondo, que la reacci¨®n de los extranjeros sea invertir m¨¢s dinero en nuestro pa¨ªs". Cuando Estados Unidos contrajo la gripe financiera, otros pa¨ªses le siguieron. Muchos extranjeros pasaron r¨¢pidamente de alegrarse del mal ajeno a tener miedo; y se refugiaron en la seguridad de los bonos del Tesoro estadounidense.
El EE UU de Obama no podr¨¢ alcanzar sus objetivos sin ayuda de los dem¨¢s
La fuerza de la econom¨ªa estadounidense sigue siendo impresionante. El mal comportamiento de Wall Street y los reguladores estadounidenses le ha costado mucho al pa¨ªs en atractivo de su modelo econ¨®mico, pero el golpe no tiene por qu¨¦ ser fatal si, a diferencia de Jap¨®n en los a?os noventa, EE UU consigue absorber las p¨¦rdidas y limitar los da?os. La econom¨ªa estadounidense es la m¨¢s competitiva del mundo, por la flexibilidad de su mercado de trabajo, la educaci¨®n superior, la estabilidad pol¨ªtica y la apertura a la innovaci¨®n.
No obstante, cabe preguntarse sobre el futuro a largo plazo del poder estadounidense. Una previsi¨®n para 2025 que est¨¢ elaborando el Consejo Nacional de Inteligencia de EE UU cree que el dominio de este pa¨ªs estar¨¢ "muy disminuido" y que el terreno fundamental en el que persistir¨¢ la superioridad norteamericana -el poder militar- tendr¨¢ menos importancia en el mundo competitivo del futuro. No se trata tanto del declive de Estados Unidos como del ascenso de los dem¨¢s.
En el mundo actual, el reparto de poder se parece a un complejo juego de ajedrez tridimensional. En el tablero superior, el poder militar es, en gran parte, unipolar, y seguramente seguir¨¢ si¨¦ndolo durante un tiempo. Pero, en el tablero intermedio, el poder econ¨®mico ya es multipolar, con Estados Unidos, Europa, Jap¨®n y China como jugadores fundamentales y otros que adquieren cada vez m¨¢s importancia.
El tablero inferior es el ¨¢mbito de las relaciones transnacionales que escapan al control de los Gobiernos. En ¨¦l hay actores tan variados como los banqueros, los terroristas y los piratas inform¨¢ticos. En ¨¦l se incluyen tambi¨¦n nuevos retos como las pandemias y el cambio clim¨¢tico. En este tablero inferior, el poder est¨¢ muy disperso, y no tiene sentido hablar de unipolaridad, multipolaridad o hegemon¨ªa.
Despu¨¦s de la crisis financiera, el factor en la pol¨ªtica interestatal m¨¢s importante ser¨¢ la continuaci¨®n del "regreso de Asia". El ascenso de China e India puede crear inestabilidad, pero es un problema con precedentes, y la historia puede ense?arnos c¨®mo la pol¨ªtica puede influir en el resultado. Hace un siglo, Gran Breta?a abord¨® el ascenso del poder estadounidense sin conflictos, mientras que el mundo no supo ocuparse debidamente del ascenso del poder alem¨¢n y eso desemboc¨® en dos guerras mundiales.
Tambi¨¦n hay que hacer algo respecto al ascenso de los actores no estatales. En 2001, un grupo no estatal mat¨® a m¨¢s estadounidenses de los que Jap¨®n hab¨ªa matado en Pearl Harbor. Una pandemia propagada por aves o por viajeros en avi¨®n podr¨ªa matar a m¨¢s gente de la que muri¨® en las dos guerras mundiales.
El reto al que se enfrenta Barack Obama es que cada vez hay m¨¢s cuestiones y problemas que se escapan al control de los Estados, incluso del m¨¢s poderoso. Aunque EE UU sigue saliendo bien parado seg¨²n las formas tradicionales de medir el poder, dichas formas est¨¢n cada vez m¨¢s anticuadas para captar lo que hoy define la pol¨ªtica mundial, que, debido a la revoluci¨®n de la informaci¨®n y a la globalizaci¨®n, est¨¢ cambiando de tal manera que es imposible que los estadounidenses logren todos sus objetivos internacionales si act¨²an a solas.
Por ejemplo, la estabilidad financiera mundial es fundamental para la prosperidad de Estados Unidos, pero se precisa la cooperaci¨®n de otros pa¨ªses para garantizarla. El cambio clim¨¢tico tambi¨¦n afectar¨¢ a nuestra calidad de vida, pero Estados Unidos no puede abordar el problema por su cuenta. Y, en un mundo en el que las fronteras son cada vez m¨¢s porosas y permiten el paso de todo, desde las drogas hasta el terrorismo, pasando por las enfermedades infecciosas, Estados Unidos debe movilizar coaliciones internacionales para afrontar amenazas y problemas comunes.
Estados Unidos es la mayor econom¨ªa del mundo y su liderazgo seguir¨¢ siendo crucial. El problema del poder estadounidense tras la crisis financiera no es que est¨¦ en declive, sino que es preciso darse cuenta de que ni siquiera el pa¨ªs m¨¢s poderoso puede alcanzar sus objetivos sin la ayuda de los dem¨¢s. Por suerte, Barack Obama es consciente de ello.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
? Project Syndicate, 2008.
Joseph S. Nye Jr., antiguo vicesecretario de Defensa de Estados Unidos, es catedr¨¢tico en Harvard.
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