Bonos milagro

Bueno, pues sali¨® Obama. Como todos sab¨ªamos, como casi todos esper¨¢bamos. Es curioso el fen¨®meno de la obamaman¨ªa. De repente se proclama la llegada de un Mes¨ªas en el mundo entero. No s¨®lo en EE UU, que buena falta les hace: en todas partes. Sin embargo, sospecho que se han creado demasiadas expectativas y que Obama -uno de los pol¨ªticos m¨¢s honrados y mejor preparados con los que cuentan- no va a poder satisfacerlas. Como ¨¦l mismo ha dicho, dos guerras, un planeta en peligro y la mayor crisis financiera del siglo parecen demasiado para un solo hombre, para un solo pa¨ªs y para una sola legislatura. Eso s¨®lo lo arregla un milagro.

El nombre de las cosas importa mucho. Los antiguos lo sab¨ªan bien. En las sociedades tradicionales la gente ten¨ªa un mote y as¨ª era como se la llamaba y a¨²n se la llama en los pueblos. El nombre oficial, lo que ahora figura en el DNI, resultaba peligroso porque mentarlo era una forma de apropiaci¨®n del titular. Por eso, en la Biblia y en el Cor¨¢n se usan todo tipo de per¨ªfrasis para referirse a Dios, cuyo nombre resulta tab¨². Les recuerdo todo esto para que se fijen en la extra?a manera que ha tenido el Gobierno central de encarar la crisis econ¨®mica. ?Nada menos que proponiendo como presidente del Congreso a un se?or que se llama Bono! Por estos pagos tambi¨¦n tuvimos otro Bono, don Em¨¨rit, pero eran tiempos en los que hab¨ªa que mover la econom¨ªa a base de bonos y ¨¦l se lo curr¨®. Ahora es contraproducente. Pero hombre, ?a qui¨¦n se le ocurre mentar la bicha? Bonos basura, bonos consolidados, bonos garantizados, hedge funds..., ya nos duele la cabeza de tanto o¨ªr ese nombrecito que se ha llevado por delante nuestros ahorros. ?Qu¨¦ raz¨®n tienen los que culpan a Zapatero de la crisis financiera mundial!: si es que ni para elegir nombres da una a derechas.

Por eso todav¨ªa destaca m¨¢s la sabia previsi¨®n de nuestro gris¨¢ceo Gobierno valenciano, cuando puso de presidenta de las Cortes a una se?ora llamada Milagrosa. Ni siquiera Milagros, atentos al dato: Milagrosa, como si dij¨¦semos "cualidad abstracta de milagro" y no simple "sucesi¨®n de apa?os milagrosos". No se lo tomen a broma. En la legislatura anterior, cuando se romp¨ªa Espa?a, tuvimos a un caballero llamado as¨ª, el inolvidable don Julio de Espa?a, un personaje valleinclanesco salido directamente de El ruedo ib¨¦rico. Pero ahora las cosas han cambiado. Esta crisis no se arregla de manera convencional, hacen falta soluciones audaces y aqu¨ª la tenemos: do?a Milagrosa Mart¨ªnez. Para qu¨¦ queremos medidas econ¨®micas de urgencia si en esta bendita tierra valenciana los problemas se van a arreglar solos.

F¨ªjense. Hab¨ªa un problema con el agua, todo eran rogativas al grito de agua para todos. Pero ya est¨¢ resuelto: sobra agua en la Vall d'Ebo, en La Safor, en La Plana, por todas partes. ?Milagro! Otro problema, y serio, era el creciente acoso judicial a que est¨¢ siendo sometido el le¨®n de Castell¨®n, total por unos pagos a Hacienda sin importancia. Milagro otra vez: de repente estos mala cabeza de los socialistas empiezan a brotar como setas podridas en los gobiernos municipales de La Vega Baja y los pecadillos (presuntos) de aquel se le perdonan al compararlos con los pecadazos (presuntos) de estos. El que no vea detr¨¢s la discreta intercesi¨®n de do?a Milagrosa es que es un descre¨ªdo. Por eso no puedo entender a los que ahora reclaman las cuentas de la visita del Papa a Valencia. Tambi¨¦n son ganas de fastidiar. Esa fue sin duda la mejor inversi¨®n p¨²blica que se ha hecho en muchos a?os: por unos cientos de v¨¢teres, algunas banderolas blancas y amarillas, un lote de regalos piadosos y alguna frusler¨ªa m¨¢s, cada familia valenciana se hizo con un buen paquete de bonos milagro. Desde entonces podemos dormir tranquilos y esperar a que escampe. No necesitamos a Obama para nada.