Larry James, atleta, oro y plata en los Juegos de M¨¦xico
Eterno segundo tras Lee Evans y defensor del 'black power' en 1968
Los segundos en el deporte no suelen pasar a la gran historia, aunque la mayor¨ªa atesoren m¨¦ritos sobrados para ello. Quiz¨¢ s¨®lo el ciclista franc¨¦s Raymond Poulidor fuera una enorme excepci¨®n. El atleta estadounidense G. Lawrence James, Larry James, en cambio, fallecido a consecuencia de un c¨¢ncer el jueves, el mismo d¨ªa de su 61? cumplea?os, siempre vivi¨® a la sombra de su legendario compatriota Lee Evans. Consigui¨® la medalla de plata tras ¨¦l en los 400 metros de los inolvidables Juegos Ol¨ªmpicos de M¨¦xico 1968, y la de oro, con ¨¦l, en el relevo. Pero James, como otros atletas negros de aquella cita ¨²nica en la altura, no s¨®lo dej¨® la impronta de su calidad y sus haza?as en la pista, sino que fue uno de los hitos en la larga marcha de su raza para recuperar la dignidad. Cuarenta a?os despu¨¦s, paradojas de la vida y de la muerte, parece como si James hubiera querido resistir en su enfermedad hasta ver en su pa¨ªs a un presidente que representa los valores por los que ¨¦l luch¨®.
Fue uno de los grandes cuatrocentistas de la historia
El 18 de octubre de 1968, hab¨ªan pasado dos d¨ªas desde el triunfo de Tommie Smith con su estratosf¨¦rico r¨¦cord mundial de 200 metros, y la primera reivindicaci¨®n del black power (poder negro), junto al medalla de bronce, John Carlos, ambos en el podio tras las entregas de medallas, con los brazos en alto y los pu?os enguantados en negro. Era ya la imagen pol¨ªtica de los Juegos y del olimpismo. Fueron expulsados a costa de salvarse el resto del imparable equipo de EE UU.
En los 400, James estuvo a punto de ganar a Evans, pero ¨¦ste era el mejor, un superm¨¢n de la distancia adelantado a su tiempo. Ya hab¨ªa batido el r¨¦cord mundial en las selecciones ol¨ªmpicas de su pa¨ªs, con 44 segundos justos, pero lo hab¨ªa perdido por el tecnicismo de usar unas zapatillas de clavos ilegales. James, segundo siempre, con 44,1, tambi¨¦n excelentes, lleg¨® as¨ª a M¨¦xico como plusmarquista mundial.
Evans, al que Carlos convenci¨® para correr (y que se arriesgar¨ªa despu¨¦s a acoger en su casa al m¨¢s proscrito Smith), cont¨® de la final ol¨ªmpica: "Pensaba llegar a la ¨²ltima recta con ventaja suficiente, pero sent¨ª casi el aliento de Larry detr¨¢s de m¨ª. Pero, a falta de tres zancadas para la meta, baj¨® la cabeza y me di cuenta de que pod¨ªa ganar. ?l corri¨® 399 metros y yo 401. ?sa fue la diferencia". Evans hizo unos extraordinarios 43,86 segundos, pero James, otros no menos formidables 43,97, los ¨²nicos dos atletas que en muchos a?os bajar¨ªan de los 44. Ronald Freeman, bronce, se fue a 44,41 segundos, pero ser¨ªa clave en el relevo.
En la ceremonia de las medallas, los tres fueron con boinas negras significativas, pero no agraviaron al puritano e hip¨®crita COI tanto como para expulsarlos. Dos d¨ªas m¨¢s tarde, el 20, James hac¨ªa el tercer relevo del 4 - 400 y le daba el testigo a Evans para batir otro maravilloso r¨¦cord mundial, dos minutos y 56,16 segundos, que se mantendr¨ªa 24 a?os en las listas. Estados Unidos corri¨® en otra dimensi¨®n y sac¨® m¨¢s de tres segundos a Kenia, plata. Freeman hizo 43,2 segundos en la segunda posta, oficioso r¨¦cord de la distancia. Vince Matthews, el primer relevista, repetir¨ªa esc¨¢ndalo tras ganar el oro individual (s¨®lo con 44,66 segundos) cuatro a?os despu¨¦s, en los Juegos de M¨²nich. Junto a la plata, Wayne Collett, fueron sancionados por ir descalzos, medio vestidos y despreciar la entrega de medallas y el himno estadounidense en otro acto de protesta. La sanci¨®n fue esta vez que no pudieron correr el relevo y regalaron otro oro seguro.
James se hizo entrenador y lleg¨® a dirigir el equipo de Estados Unidos en los Mundiales de Par¨ªs de 2003. El estadio del Richard Stockton College de Nueva Jersey, del que fue 28 a?os decano de programas de atletismo y otros deportes, lleva su nombre y sus logros. Un segundo querido y valorado.
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