El regreso de la gran bestia 666
Una nueva biograf¨ªa de Aleister Crowley muestra una imagen menos morbosa del padre del satanismo moderno
Para sus detractores fue "el hombre m¨¢s perverso del mundo"; para las nuevas generaciones comienza a ser "el h¨¦roe olvidado de los hippies". A los 61 a?os de su muerte, el misterioso escritor brit¨¢nico Aleister Crowley (1875-1947) parece inagotable. Este mismo a?o, el centro Georges Pompidou de Par¨ªs le dedicaba una exposici¨®n y Siruela reeditaba La Gran Bestia. Vida de Aleister Crowley, la condenatoria biograf¨ªa que escribi¨® John Symonds. Ahora acaba de llegar a las librer¨ªas espa?olas, de la mano de Melusina (editorial con nombre de hada), Su sat¨¢nica majestad, Aleister Crowley, del escritor ingl¨¦s Mart¨ªn Booth. Una obra muy distinta de la de Symonds, en la que se ofrece una imagen menos morbosa y m¨¢s desenfadada del pap¨¢ del satanismo moderno.
Llevaba una dieta a base de leche, co?¨¢ y hero¨ªna y luc¨ªa capa escarlata
A¨²n sin renunciar al personaje de anticristo que tanto le gustaba exhibir, Booth presenta a Crowley, ese joven bisexual que se qued¨® muy pronto hu¨¦rfano pero con una gran fortuna, como un pionero del alpinismo, escritor correcto, poeta notable y pintor vanguardista; como un aventurero sediento de fama y un m¨ªstico estramb¨®tico, que recorri¨® el Himalaya, China, Espa?a y Egipto, entre otras plazas, sin saber muy bien lo que buscaba. Incluso en su faceta m¨¢s conocida, como mago negro, supura la sombra del cr¨¢pula, del vivalavirgen que anticip¨® la liberaci¨®n sexual, el travestismo, el consumo de drogas y la psicodelia, con su popular y ¨²nico principio: "Haz lo que quieras".
Crowley cambiaba de nombre cada dos por tres. Se hizo llamar cosas como La bestia 666, Perdurabo, Master Therion y Baphomet, lo que en algunos casos y a o¨ªdos de hoy en d¨ªa suena a grupo de hardcore trash, o al menos a banda rural de deff metal.
Y es que la relaci¨®n entre el rock y el satanismo es tan vieja como las zapatillas de Chuck Berry. Desde John Lennon -que le puso en la inmortal portada del Sgt. Pepper's-, a los Rollings, David Bowie y Ozzie Osbourne, que le dedicaron sendas canciones, todos ellos se acordaron de Crowley. Eso, am¨¦n de aparecer en los discos de Iron Maiden y Led Zeppelin (Jimmy Page lleg¨® a comprar y residir en la mansi¨®n del c¨¦lebre mago, junto al lago Ness), y de infiltrarse en las letras de The Doors, Joy Division y Marilyn Manson, hasta llegar al punk.
Llevaba Crowley una dieta a base de leche, co?¨¢ y hero¨ªna. Se paseaba por M¨¦xico con una capa escarlata y corona dorada (pues, seg¨²n ¨¦l, a partir de un determinado momento se hab¨ªa vuelto invisible). Uno de los demonios que le visitaban se llamaba significativamente Pop. Luego tambi¨¦n estuvieron las estrafalarias luchas intestinas en la secta de la Golden Dawn, a la que se inscribi¨® Crowley (y en la que tambi¨¦n militaba el premio Nobel de 1923, W. B. Yeats), que eran propias de una banda musical en proceso de separaci¨®n.
En cuanto a sus famosos poderes, contaba que en una ocasi¨®n tuvo "la esperanza de invocar a las Ondinas (...) pero todo lo que apareci¨® fue un agente de polic¨ªa curioso, atra¨ªdo por la visi¨®n de un hombre que cantaba a la luz de la Luna y hac¨ªa cabriolas alrededor de una fogata".
Ya lo dijo el propio Crowley justo antes de morir: "A veces me detesto".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.