El espect¨¢culo y la realidad
Obama "es un hombre sin resentimiento". Lo dice Martha Nussbaum, una de las figuras m¨¢s reconocidas de la filosof¨ªa americana. La pol¨ªtica se hab¨ªa convertido en el escenario del resentimiento, la figura que para Nietzsche representaba la esencia del cristianismo. La revoluci¨®n conservadora americana, de inspiraci¨®n evang¨¦lica, hab¨ªa propagado el resentimiento por el mundo. En Espa?a, donde el PP de Aznar se ofreci¨® como base para su expansi¨®n en Europa, el resentimiento se hab¨ªa convertido en la esencia de la vida pol¨ªtica. Con Obama se ha recuperado el sosiego. Bush ha optado por acabar su mandato con exquisitez en las formas, quiz¨¢s confiando en hacer olvidar una derrota de la que es el principal culpable.
Puede que los ciudadanos empiecen a pedir en la calle las respuestas que no hallan en las 'cumbres'
De modo que s¨®lo la se?ora Palin y el sector m¨¢s irreductible de la derecha espa?ola, organizado en torno a la Conferencia Episcopal, siguen impasibles con sus particulares cruzadas de sembradores de odios. Ahora, la estrategia de la derecha, tanto en Estados Unidos como en Europa, pasa por minimizar la importancia del cambio que representa Obama. La derecha siempre busca ahogar cualquier esperanza de la ciudadan¨ªa que pudiera mover m¨ªnimamente el statu quo.
Con Obama de moda, Rajoy se ha sentido legitimado en su apuesta por la moderaci¨®n, convencido de que en tiempos de crisis lo m¨¢s rentable es la discreci¨®n, porque el desgaste del que manda pueda acabar con el poder en manos de la oposici¨®n, independientemente de los m¨¦ritos que ¨¦sta haya hecho. Zapatero, con sill¨®n garantizado en Washington, aunque sea por gentileza de Sarkozy (?cu¨¢l sera el montante de la factura?), se las promete muy felices porque consigui¨® hablar por tel¨¦fono con Obama y ya est¨¢ en la lista de espera para la ansiada visita a la Casa Blanca, que dicen llegar¨¢ en primavera. Zapatero se equivoca si piensa que, depuesto Bush, todo ir¨¢ sobre ruedas. Zapatero ser¨¢ escuchado en Washington en la medida en que sea capaz de desarrollar una pol¨ªtica internacional que le convierta en aliado necesario para Obama. Y esto no pasa por convocar ejercicios espirituales de la Alianza de Civilizaciones, sino por ejercer influencia y autoridad en aquellos lugares del mundo en que Espa?a puede tener algo que decir: Europa, Am¨¦rica Latina, norte de ?frica y Oriente Pr¨®ximo.
Zapatero lleva semanas organizando -con la oposici¨®n y los agentes sociales en el papel de comparsas- la comedia de la reuni¨®n de Washington. De momento, lo m¨¢s interesante que este espect¨¢culo ha dado es la foto de Zapatero con Bot¨ªn que luce unos flamantes tirantes rojos. Tienen los tirantes tradici¨®n en la pol¨ªtica espa?ola. Con ellos Fraga representaba los esfuerzos para que los herederos del franquismo no se cayeran de la Transici¨®n. Los tirantes de Bot¨ªn van camino de convertirse en el Toro de Osborne de la crisis, icono de un sistema bancario que, al decir del diario The Wall Street Journal, deslumbra al mundo.
A medida que se acerca la reuni¨®n de Washington crece el n¨²mero de analistas que piensan que una cumbre mal preparada y con un presidente interino en Estados Unidos no pasar¨¢ de las vagas afirmaciones y promesas. S¨®lo una persona con la autoridad que Obama tiene en este momento podr¨ªa forzar alg¨²n punto de acuerdo entre la ortodoxia econ¨®mica americana, la ret¨®rica europea de la refundaci¨®n del capitalismo, el capitalismo autoritario chino y las reivindicaciones de los pa¨ªses emergentes. Pero Obama no estar¨¢. Se equivocan los gobernantes si piensan que con una foto y un calendario de reuniones pueden recuperar la confianza ciudadana.
Terminado el espect¨¢culo, cuando los l¨ªderes regresen a casa, seguiremos en las mismas: con despidos de trabajadores a mansalva. Con impunidad para los que aprovechan la crisis para reducir las plantillas, sin que las autoridades pol¨ªticas hagan nada para evitarlo. Con la econom¨ªa productiva ahogada por falta de cr¨¦dito, sin que los dineros prometidos por el Estado lleguen a puerto. Con el umbral de la pobreza alcanzando ya a sectores de las clases medias. Con el sarcasmo de los bancos repartiendo dividendos millonarios y los ejecutivos cobrando bonos salvajes. Con Espa?a perdiendo puestos en el ranking de los pa¨ªses m¨¢s igualitarios, algo que es constante desde que en tiempos de Felipe Gonz¨¢lez lleg¨® a ser el pa¨ªs con menor diferencial de rentas de Europa. Y con la amarga sensaci¨®n de que se van tomando medidas al tunt¨²n, sin que nadie sepa muy bien qu¨¦ es lo que realmente hay que hacer. No es extra?o que en algunos pa¨ªses europeos, Francia, por ejemplo, se tema la reacci¨®n de los ciudadanos. Estimulados por la ciudadan¨ªa americana, puede que empiecen a pedir en la calle las respuestas que no encuentran en las rese?as de las cumbres. Quien avisa no es traidor.
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