?Hacia una refundaci¨®n del capitalismo?
La inminente reuni¨®n del G-20 en Washington ha levantado expectativas tras las declaraciones del presidente de Francia, que este semestre tambi¨¦n lo es de la Uni¨®n Europea (UE), Nicolas Sarkozy, sobre la necesidad de refundar el capitalismo. Despu¨¦s de vacilaciones iniciales, Europa, con el empuje pol¨ªtico de Sarkozy y la capacidad t¨¦cnica demostrada por el plan del Reino Unido, ha liderado la respuesta a la crisis financiera. Entretanto, Alemania ha titubeado y se ha quedado atr¨¢s, y en Estados Unidos el secretario del Tesoro, Paulson, ha demostrado tener ideas poco claras, siguiendo la t¨®nica de debilidad de la Administraci¨®n de Bush. Finalmente, la "imprescindible" compra de activos t¨®xicos ha sido aparcada en favor de recapitalizar bancos y apoyar al cr¨¦dito al consumo.
De la cumbre se espera una respuesta coordinada que evite los fallos que llevaron a la depresi¨®n de 1929
Zapatero ha hecho bien: nuestro activo es el buen hacer del Banco de Espa?a
La actuaci¨®n de los pa¨ªses desarrollados ha intentado reanimar al sistema financiero internacional despu¨¦s del ataque al coraz¨®n sufrido a ra¨ªz de la quiebra de Lehman Brothers. Parece que el paciente se recupera con el tratamiento por desfibrilaci¨®n, pero, de momento, sigue en la UVI, y existe el peligro de que contagie gravemente al resto de la econom¨ªa. El espectro de la crisis de 1929 y la depresi¨®n posterior sigue presente. Ello indica que la primera tarea de la reuni¨®n del G-20 debe ser menos grandilocuente, pero no menos importante: c¨®mo recuperar el funcionamiento normal del sistema financiero. Si esto no se logra, la recesi¨®n ser¨¢ muy profunda y la discusi¨®n sobre la reforma del sistema sonar¨¢ a m¨²sica celestial. Cabe recordar que se espera que en la cumbre haya solamente un par de sesiones de trabajo de hora y media, y muchos asistentes que querr¨¢n intervenir.
La cuesti¨®n principal es dar una respuesta coordinada y coherente que evite los fallos que condujeron a la gran depresi¨®n de los a?os treinta del siglo pasado. Entonces, uno de los fallos principales fue precisamente la falta de liderazgo y de coordinaci¨®n internacional en la respuesta a la crisis. Falt¨® un prestamista de ¨²ltima instancia que diera soporte al sistema financiero internacional y el proteccionismo hizo el resto.
Ahora la llave de la recuperaci¨®n del sistema financiero estar¨¢ en c¨®mo evitar que bancos en proceso de deterioro irreversible (zombis) sobrevivan con las ayudas planteadas y distorsionen la competencia entre entidades. ?sta fue una de las causas del alargamiento de la crisis bancaria en el Jap¨®n.
La segunda tarea debe ser c¨®mo aliviar los efectos secundarios perniciosos que inducir¨¢n las medidas adoptadas para salvar el sistema financiero: con un seguro total nadie es cuidadoso en su comportamiento.
La tercera tarea ya puede serpensar en una reforma coherente de la arquitectura financiera internacional, una tarea de meses y quiz¨¢s a?os, no horas.
Aqu¨ª el principio fundamental debe ser que las entidades que hacen las funciones de los bancos, crear liquidez financi¨¢ndose a corto para invertir a largo, deben ser reguladas como bancos (en t¨¦rminos de requisitos de capital y de transparencia, por ejemplo). Ello debe ser as¨ª en particular para las instituciones de importancia sist¨¦mica. Adem¨¢s, se deben resolver los enormes conflictos de inter¨¦s que han plagado el sistema (en las agencias de rating, en los bancos de inversi¨®n...) y pensar cuidadosamente en los efectos de las normas contables tanto en los momentos de expansi¨®n como de recesi¨®n. En relaci¨®n al gobierno de la empresa, se debe enfocar el m¨¦todo de compensaci¨®n de los ejecutivos a los incentivos a largo plazo con retribuciones en forma de acciones con restricciones apropiadas.
Todo ello se debe hacer sin volver a atenazar como anta?o el sistema financiero con un laberinto de regulaciones que impidan que contribuya al crecimiento de la econom¨ªa. La soluci¨®n de la crisis no es menos mercado, sino un mercado m¨¢s estructurado y bien regulado. Por ejemplo, no hay que prohibir derivados financieros como los CDS (credit default swaps), sino regular que se comercien en mercados organizados y transparentes. Tampoco hay que prohibir las ventas al descubierto, sino controlar las manipulaciones del mercado mediante una supervisi¨®n adecuada.
Finalmente, la crisis ha demostrado la falta de coordinaci¨®n internacional, las acciones de un pa¨ªs no han tenido en cuenta las repercusiones en el conjunto del sistema, como permitir la ca¨ªda de Lehman Brothers o la carrera para asegurar todos los dep¨®sitos de la banca en Europa, empezando por Irlanda. Hacen falta una regulaci¨®n y supervisi¨®n internacionales, as¨ª como un gestor internacional de crisis. El G-7 no confi¨® en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y cre¨® en 1999 una estructura paralela: el Foro de Estabilidad Financiera. Es hora quiz¨¢s de reconsiderar esta decisi¨®n y pensar en el FMI, con debido peso de las econom¨ªas emergentes, para que vele por la estabilidad del sistema financiero internacional con capacidad supervisora en cooperaci¨®n con los bancos centrales y los Gobiernos.
En una reuni¨®n informal de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE el 7 de noviembre se concretaron algunos principios para la reforma del sistema financiero que son consistentes con las premisas anteriores. Se habl¨® de regulaci¨®n proporcionada de todos los segmentos del mercado, de requisitos de responsabilidad y transparencia, de una mejor gesti¨®n del riesgo y alerta temprana de crisis, y de dar al FMI un papel m¨¢s central en la arquitectura financiera internacional.
Todo ello es encomiable, pero en la reuni¨®n de Washington como m¨¢ximo se pueden poner las bases para la reflexi¨®n, que de todos modos va a tener que esperar al nuevo inquilino de la Casa Blanca. Adem¨¢s, la UE saca pecho pero olvida los problemas que tiene en casa. Mal puede proponer un liderazgo internacional cuando la gesti¨®n de crisis financieras en Europa no est¨¢ coordinada suficientemente dado que el Banco Central Europeo no tiene poderes de supervisi¨®n, que est¨¢n en manos de los Estados nacionales. La consecuencia es que en la zona euro no hay todav¨ªa una estructura adecuada para afrontar problemas de liquidez y solvencia de bancos paneuropeos. Solamente hace falta recordar los problemas en la gesti¨®n de la crisis de Fortis por parte de los pa¨ªses del Benelux, a pesar de tener una tradici¨®n de cooperaci¨®n muy estrecha.
El presidente Zapatero ha hecho bien en reivindicar la presencia de Espa?a en la reuni¨®n de Washington, pero lo importante es tener ideas claras y propuestas coherentes para la reforma del sistema financiero internacional. En otras palabras, se debe estar en la cocina, y aqu¨ª creo que la experiencia y la capacidad t¨¦cnica del Banco de Espa?a, con su tratamiento preventivo de la morosidad mediante las provisiones gen¨¦ricas y la restricci¨®n de las actividades fuera de balance, pueden y deben jugar un papel importante.
Xavier Vives es director del Centro Sector P¨²blico-Sector Privado de IESE.
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