A vueltas con el agua
Despu¨¦s de una agitada primavera, en la que se suced¨ªan noticias preocupantes sobre la sequ¨ªa, unas generosas lluvias nos permitieron superar en el ¨²ltimo minuto la grave situaci¨®n. Como suele decirse, despu¨¦s de la tempestad llega la calma y parece que hemos retornado al letargo t¨ªpico de nuestras autoridades ambientales, ¨¦se en el que s¨®lo se act¨²a si los acontecimientos fuerzan a ello.
Afortunadamente, van repiti¨¦ndose los art¨ªculos y las declaraciones de representantes de la sociedad civil con un mensaje coincidente: el problema del agua contin¨²a siendo prioritario y urgente aunque haya perdido sus tintes dram¨¢ticos. Adem¨¢s, insisten en la exigencia de consenso pol¨ªtico y social para establecer unos objetivos que marquen la actuaci¨®n de las administraciones p¨²blicas en los pr¨®ximos a?os sin temer cambios sustanciales por la deseable alternancia pol¨ªtica. Me parece una petici¨®n oportuna y razonable.
Sin embargo, hay que recordar que un esfuerzo en este sentido ya se realiz¨®. En el a?o 2000, despu¨¦s de analizar la situaci¨®n, escuchar a expertos y dialogar durante varios meses, se consensu¨® un documento sobre la pol¨ªtica hidr¨¢ulica de Catalu?a. Ciertamente, a ¨²ltima hora, los representantes de los grupos parlamentarios de ICV y ERC se descolgaron del acuerdo. El resto -es decir, el Gobierno de la Generalitat, CiU, PSC, PP, la Entidad Metropolitana de Medio Ambiente, la Federaci¨®n de Municipios de Catalu?a y la Asociaci¨®n Catalana de Municipios y Comarcas- lo firmaron.
?Qu¨¦ dec¨ªa? ?Qu¨¦ se pact¨®? De entrada, se reconoc¨ªa que Catalu?a padec¨ªa -y padece, claro est¨¢- un d¨¦ficit estructural de agua. Ese d¨¦ficit proviene, en primer lugar, del aumento de demanda: aunque individualmente hemos reducido nuestro consumo, la poblaci¨®n catalana ha crecido a un ritmo mayor y, probablemente, continuar¨¢ haci¨¦ndolo. Pero debe a?adirse al c¨®mputo del d¨¦ficit el agua destinada a los caudales ecol¨®gicos de los r¨ªos la necesaria reducci¨®n del trasvase del Ter al ¨¢rea metropolitana y la renuncia a sobreexplotar acu¨ªferos y posibilitar, adem¨¢s, su recuperaci¨®n. Se estim¨® ese d¨¦ficit en 350 hect¨®metros c¨²bicos anuales. Eso en situaci¨®n normal, contando que la pluviosidad se mantiene en su media hist¨®rica. Si se producen los escenarios de cambio clim¨¢tico que anuncian menos lluvia y nieve en nuestra ¨¢rea geogr¨¢fica, el d¨¦ficit ser¨¢ mayor.
El documento tambi¨¦n propon¨ªa soluciones: ahorro de agua, interconexi¨®n de redes, desalinizaci¨®n, uso de aguas residuales regeneradas y trasvase desde otras cuencas con mayor disponibilidad de agua. Quede claro: no se apostaba por un trasvase, sino por un conjunto amplio de medidas que inclu¨ªan, entre ellas, la previsi¨®n de un trasvase. No dec¨ªa de qu¨¦ cuenca, pero en aquel momento la Generalitat ya defend¨ªa que fuera del R¨®dano.
El mazazo que supuso la propuesta desequilibrada del PHN del Gobierno Aznar rompi¨® el consenso y la posibilidad de aplicar esa estrategia. Ah¨ª nos equivocamos todos: unos por renunciar a la pol¨ªtica y estimular el conflicto civil, otros por porfiarlo todo a la negociaci¨®n y pensar que un mal pacto es mejor que una imposici¨®n.
En cualquier caso, estamos exactamente donde est¨¢bamos en el a?o 2000. Con los papeles de Gobierno y oposici¨®n temporalmente intercambiados, pero con los mismos retos con relaci¨®n al abastecimiento de agua. Nosotros volvemos a confiar en la bondad de establecer un consenso sobre esta cuesti¨®n estrat¨¦gica para el desarrollo y la calidad de vida del conjunto del pa¨ªs (no s¨®lo del ¨¢rea metropolitana de Barcelona). ?Por qu¨¦ no retomamos la cuesti¨®n donde la dejamos? ?Por qu¨¦ no rehacemos el consenso sobre las mismas bases que ya acordamos en su d¨ªa? Por nuestra parte, estamos nuevamente dispuestos a ello, pero l¨®gicamente la iniciativa corresponde a quien tiene la responsabilidad de gobierno. ?Continuar¨¢n haciendo o¨ªdos sordos a las propuestas de la sociedad civil? Y, lo que es a¨²n peor, ?continuar¨¢n haciendo la vista gorda ante los datos de nuestra precariedad de agua?
Felip Puig i Godes es secretario general adjunto de CDC y ex consejero de Medio Ambiente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.