El nudo gordiano de Guant¨¢namo
La promesa de cerrar el penal se enfrenta a un c¨²mulo de problemas legales
El futuro de Guant¨¢namo, una de las losas morales m¨¢s graves que pesa sobre el mandato del presidente George W. Bush, est¨¢ lleno de incertidumbres. Barack Obama prometi¨® que lo cerrar¨ªa durante la campa?a y ha reiterado este compromiso despu¨¦s de ser elegido. Pero no es tan f¨¢cil. El centro de detenidos de la base militar estadounidense en Cuba, que lleva siete a?os funcionando, que alberga a¨²n a unos 250 presos sospechosos de terrorismo ?con mayor, menor o nulo fundamento? y sobre el cual se ha desarrollado un complicado sistema propio de justicia excepcional, plantea a estas alturas un sinf¨ªn de problemas.
?D¨®nde y bajo qu¨¦ leyes ser¨¢n procesados los que est¨¢n a la espera de juicio? ?Se anular¨¢ el sistema de comisiones militares creado por Bush? ?Qu¨¦ derechos tendr¨¢n? ?A qu¨¦ c¨¢rcel se llevar¨¢ a los que sean condenados? Y, sobre todo, ?A qu¨¦ pa¨ªs ser¨¢n trasladados aqu¨¦llos que sean liberados por falta de pruebas o porque ya han cumplido su pena, como ocurrir¨¢ en enero con el ch¨®fer de Osama Bin Laden? ?Podr¨¢n quedarse en EE UU si sus pa¨ªses no los reciben o si no hay garant¨ªas de que estar¨¢n seguros en sus respectivos Estados? El presidente electo tendr¨¢ que resolver una dif¨ªcil y enmara?ada situaci¨®n jur¨ªdica antes de echar el cerrojo definitivo a la prisi¨®n. A¨²n no ha hablado de detalles concretos. Es uno de los temas m¨¢s espinosos en los que est¨¢ trabajando el equipo de transici¨®n.
EE UU no admite a los presos dentro de sus fronteras, pero no sabe ad¨®nde enviarlos
Mientras tanto, los jueces siguen actuando ante los casos individuales que se les presentan. El poder judicial ha sido el ¨²nico contrapeso durante estos a?os a la pol¨ªtica antiterrorista del Ejecutivo en Guant¨¢namo, y ha puesto l¨ªmites que empiezan a concretarse en resoluciones. Los presos comenzaron este verano a exigir ante tribunales federales ordinarios su derecho de h¨¢beas corpus ?la capacidad para exigir informaci¨®n sobre los cargos que se les imputan y pedir la liberaci¨®n? despu¨¦s de que el Tribunal Supremo reconociera el pasado junio que, frente a las pretensiones del Gobierno, los detenidos s¨ª ten¨ªan derechos constitucionales.
Hay m¨¢s de 200 peticiones pendientes de resolver, de presos que cuestionan judicialmente su consideraci¨®n como ?combatientes enemigos ilegales?, una expresi¨®n poco precisa jur¨ªdicamente que ha permitido al Gobierno encerrar sin cargos concretos, por razones de seguridad nacional, a centenares de personas durante estos a?os. El juez federal Richard J. Leon ?un conservador nombrado por George W. Bush? resolvi¨® el jueves por primera vez uno de estos casos y concedi¨® el h¨¢beas corpus, por falta de pruebas, a cinco argelinos detenidos en Guant¨¢namo desde enero de 2002.
No s¨®lo eso. El Gobierno podr¨ªa apelar la decisi¨®n, lo que supondr¨ªa un par de a?os m¨¢s de espera para los detenidos antes de ser liberados. As¨ª que el juez Leon ha pedido al Departamento de Justicia que no recurra. ?Siete a?os esperando que nuestro sistema jur¨ªdico d¨¦ una respuesta a su situaci¨®n legal son suficientes?, han sido las palabras del magistrado. El t¨¦rmino utilizado fue enough, que puede traducirse como ?suficiente? pero tambi¨¦n como el mucho m¨¢s rotundo ?basta?.
Leon se ocupaba del caso de seis argelinos capturados en Bosnia a los que se acusaba de tener la intenci¨®n de viajar a Afganist¨¢n para combatir al Ej¨¦rcito norteamericano. S¨®lo en uno de los casos el juez ha considerado que hab¨ªa pruebas en su contra. Para los otros cinco ha pedido la liberaci¨®n. Aunque sin resolver uno de los grandes problemas. Liberaci¨®n ?a d¨®nde? Uno de los abogados ha declarado a The New York Times que esperaba que los enviaran a Bosnia, donde fueron capturados.
El problema del destino aparece una y otra vez. El Gobierno no quiere admitirlos dentro de sus fronteras pero no siempre sabe d¨®nde enviarlos. El mes pasado otro juez federal orden¨® que fueran liberados dentro de EE UU 17 presos uigures ?un grupo de musulmanes de China?. En este caso, el propio Ejecutivo admite que no son ?combatientes enemigos ilegales?, pero dice que son demasiado peligrosos como para dejarlos en el pa¨ªs. Dice que en China podr¨ªan ser torturados, as¨ª que prefiere dejarlos en el limbo por el momento. Justicia est¨¢ apelando esta resoluci¨®n a pesar de que el juez ha dicho que estas detenciones han desafiado, ?hasta el infinito?, los l¨ªmites de la Constituci¨®n.
El fiscal general, Michael Mukasey, alertaba ayer en The Wall Street Journal sobre los potenciales peligros para la seguridad nacional de liberar a los centenares de presos de la base dentro del pa¨ªs y ped¨ªa una legislaci¨®n de urgencia, con el consenso del equipo del presidente Bush y el del electo Obama. Tanto los cr¨ªticos como los defensores, todos reconocen que en Guant¨¢namo hay un l¨ªo monumental que va a ser dif¨ªcil, aunque necesario, enfrentar de inmediato.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.