La especulaci¨®n ahoga el barrio de la Barceloneta
S¨®lo el 7% de los alquileres son de renta antigua
"Viv¨ªamos en un cuarto, en el piso de mi bisabuelo, en la calle de Berenguer Mallol, y mi madre, hace cinco a?os, quiso alquilar la planta baja porque mi padre estaba enfermo. Yo me qued¨¦ en el de arriba y mi madre, el de abajo. Firmamos dos contratos por cinco a?os y en marzo se acaban. Las dos nos vamos a la calle. Ayer me llam¨® una mujer diciendo que ha comprado mi piso y que me marche. Tengo una ni?a peque?a. ?Qu¨¦ hago?" Lola, una mujer rubia, acaba de ir a la oficina de rehabilitaci¨®n de la Barceloneta a explicar su caso a la funcionaria. Nerviosa, se retuerce las manos. "Estoy acostumbrada a vivir con poco. ?Me podr¨¦is ayudar?".
Lola explica su historia por si pueden ofrecerle un piso de la red de emergencia social, pero antes, en la calle, lo han hecho Fina, Carmen y Mar¨ªa. Un paseo por la Barceloneta revela el profundo contraste entre el hotel Vela, en construcci¨®n, s¨ªmbolo del turismo de lujo, y la angustia con la que viven los vecinos que soportan una presi¨®n inmobiliaria alt¨ªsima, con rentas bajas y la mala fe de muchos propietarios. Fina, de 68 a?os, sufri¨® un caso m¨¢s cruel: tuvo que dejar su piso de toda la vida, con su marido enfermo, por el que pagaba 240 euros, para vivir en un bajo en la calle de Baluard por 620. All¨ª, en un pu?ado de metros, muestra una cocina oxidada, un lavabo del que salen bichos y un comedor sin apenas luz.
El 6% de los vecinos de la zona necesit¨® servicios sociales en 2007
"Si quieren un barrio tur¨ªstico ?que nos protejan!", protestan
La presi¨®n inmobiliaria la sufre toda Barcelona pero m¨¢s en este barrio de 15.000 personas, donde se pagan alquileres de entre 850 y 900 euros por los 30 metros cuadrados de los quarts de casa, la tradicional vivienda en la que los inquilinos hacen equilibrios con el espacio, y que los promotores encuentran ideales como apartamentos tur¨ªsticos. En la casa de Emilia Lloca, presidenta de la asociaci¨®n de vecinos de l'?stia, llegaron a vivir nueve personas y adem¨¢s all¨ª su madre trabajaba como modista. Antonio Mart¨ªnez, camarero, muestra c¨®mo vive feliz con su mujer y tres ni?os, que comparten cuarto, aunque la ropa, por falta de armarios, es su peor calvario.
Quiz¨¢ por eso, el famoso plan de los ascensores, frenado ahora por el Consistorio, consistente en eliminar una l¨ªnea de pisos de una finca para que cupiera un elevador, parece casi una frivolidad (el 83% de los edificios carecen de ¨¦l, pero en el global de Ciutat Vella tampoco lo tienen el 81% de ellos). El precio del metro cuadrado, tanto de compra como de alquiler, es el m¨¢s de alto de Barcelona: 5.825 euros frente a 4.930 de toda la ciudad y 18,63 frente a 14,06, respectivamente, seg¨²n un informe del Ayuntamiento de Barcelona, de 2007. "Desgraciadamente, la gente ha descubierto la maravilla de la Barceloneta. Se piden 800 euros de alquiler cuando la gente vive con 400. Las cuentas no salen", dice Gerard, asistente social. Mucha gente ha tenido que irse.
El Ayuntamiento invertir¨¢ en los pr¨®ximos a?os 15 millones de euros, previstos en la Ley de Barrios, para darle un empuj¨®n a la Barceloneta. Itziar Gonz¨¢lez, la edil, ha impulsado medidas para garantizar els quarts de casa, que consagran una forma de viday asegura que nadie tendr¨¢ que irse, que primar¨¢ el derecho a la vivienda al del ascensor. "Pero ?qui¨¦n protege a los inquilinos si el due?o apuesta por ello? ?Qu¨¦ pasar¨¢ cuando se les acabe el contrato?", dice Gala Pin, de la Plataforma en Defensa de la Barceloneta. Del 55% de pisos alquilados del barrio, s¨®lo el 7% son de renta antigua. Los vecinos creen que al final se depender¨¢ de la conciencia de cada propietario. "Lloraba por la calle", narra Mar¨ªa Blasco, de 61 a?os. "Pagaba 460 euros y se me acababa el contrato. Al final, me subieron s¨®lo 60 euros".
El Plan de Barrios incluye datos demoledores: en 2007, 945 vecinos (el 6,1% de la poblaci¨®n) fueron atendidos por los servicios sociales. "El poder adquisitivo de los vecinos de la Barceloneta es de los m¨¢s bajos de Barcelona y eso implica un riesgo de exclusi¨®n social", advierte el informe. Emilia Lloca reclama la retirada del plan de los ascensores porque dice que un propietario ganar¨ªa un litigio en los tribunales. Y clama al Ayuntamiento: "Si quieren un barrio tur¨ªstico ?que nos protejan!", dice, y pide una tarjeta para residentes que recoja descuentos en las tiendas porque intuyen que los precios se disparar¨¢n cuando el hotel Vela se inaugure.
Lloca planea una campa?a en primavera para explicar a los turistas c¨®mo viven y para que los barceloneses sepan que la Barceloneta es m¨¢s que un barrio donde ir a comer paella. Eso tambi¨¦n lo saben dos hombres que dan vueltas vestidos de negro, con pinta de ser de una inmobiliaria. Carmen ni los mira: "Cobro 500 euros de pensi¨®n y quieren que pague 700 u 800. No encuentro nada por 400. Ya les he dicho que yo, de mi casa, no me voy".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.