Dificultad de la batalla
La crisis puede dejarle a uno entregado a torvas reflexiones de un dramatismo barroco, sevillano. Todo es fugaz y el mundo gira inescrutable. Ante nuestros ojos vemos c¨®mo se desploman gigantes financieros y grandes constructoras, c¨®mo el trabajo vuelve a escasear, c¨®mo lo que ayer era sostenido como dogma inapelable es hoy un pu?ado de cenizas ideol¨®gicas. Pero "cu¨¢n rid¨ªculo el que se asombra de cualquiera de los acontecimientos de la vida" (Marco Aurelio, Emperador de Roma).
Buscando un asidero para salir de la vor¨¢gine de las finanzas imaginarias se apela a la econom¨ªa real, al esfuerzo y al trabajo. Y a los valores, como si todas las elites de Occidente tuviesen que acudir a clases de Educaci¨®n para la ciudadan¨ªa. Pero ?ay?, como nos lo advirti¨® el atormentado Wittgenstein, "la ¨¦tica no se ense?a, se muestra". Y ya es tarde para ello.
Por si acaso, Pepe Blanco dirigir¨¢ la campa?a. El inter¨¦s de Ferraz por estas elecciones es total
Sin embargo a Galicia s¨®lo llegan de momento los ecos de la tormenta. Las suspensiones de pago y los ERE nos tocan, pero s¨®lo de refil¨®n, por lo menos en relaci¨®n a lo que va a venir. Reducimos las distancias con Europa y, de momento, seguimos creciendo. Hay que reconocer que las medidas tomadas contra la crisis son acertadas, dentro de las posibilidades de un Gobierno aut¨®nomo, que no son muchas.
Todo ello aclara la perspectiva electoral. Una vez aprobados los presupuestos Touri?o anunciar¨¢, despu¨¦s de la Gran Gafe de agosto, la fecha de las elecciones. PSdeG y BNG suspiran aliviados. Se espera que incrementen la distancia con el PP de N¨²?ez Feij¨®o: pero, por si acaso, Pepe Blanco dirigir¨¢ la campa?a. El inter¨¦s del PSOE de Ferraz por estas elecciones es total, absoluto. Esto es una novedad.
El breve interregno del tripartito -la coalici¨®n entre PSdeG, CG y PNG que trunc¨® durante a?o y medio el poder de la derecha- tuvo, entre sus obst¨¢culos no menores, la indiferencia o la hostilidad de Felipe Gonz¨¢lez. El entonces presidente del Gobierno central, todav¨ªa en estado de gracia, no se dign¨® a recibir al Presidente de la Xunta, Fernando Gonz¨¢lez Laxe, porque, seg¨²n una de las interpretaciones m¨¢s extendidas, estimaba que el apoyo a aquel intento pod¨ªa signar la estabilidad de Coalici¨®n Galega, la fuerza nacionalista moderada, con lo que eso pudiera implicar en orden a dificultar la gobernabilidad de Espa?a. Si adem¨¢s de vascos y catalanes, entraban en escena los gallegos, esto ya era el acab¨®se.
Hoy, sin embargo, el PSOE necesita demostrar que en su propia tierra Rajoy cosecha derrotas y adem¨¢s el BNG es necesario. Despu¨¦s vendr¨¢n las elecciones vascas y las catalanas: en todas ellas prev¨¦ el fiasco de los conservadores. Eso crear¨¢ desconcierto entre los populares y favorecer¨¢ la estabilidad del voto socialista. Es una estrategia que tiene visos de ser efectiva. En lo que se refiere a Galicia lo m¨¢s probable es que Touri?o y Quintana incrementen -aunque no mucho- el n¨²mero de diputados que los apoyan. Sus fuerzas est¨¢n crecidas en relaci¨®n a las de N¨²?ez Feij¨®o, que, entre otras cosas, paga un modelo de relaci¨®n del Gobierno con los medios de comunicaci¨®n creado por los suyos. En ese terreno Feij¨®o es un Crisp¨ªn frente al Capit¨¢n Touri?o y el Jabato Quintana.
Qu¨¦ ser¨¢ del PP es una inc¨®gnita. Considerado en t¨¦rminos sociol¨®gicos es a¨²n demasiado pronto para saber qu¨¦ efectos tendr¨¢ en la conformaci¨®n de su base social la p¨¦rdida del poder. Es la gran pregunta del momento. En el reparto del poder efectivo es claro que Feij¨®o est¨¢ promoviendo a una joven guardia en la l¨ªnea de pensamiento que fluye desde la ideologizada derecha madrile?a. La rebarbadora est¨¢ pasando con la suavidad de una Gillette. De un modo que parece congruente se especula con que no se debilitar¨¢ en las ciudades, pero que s¨ª puede hacerlo en las periferias urbanas, en los pueblos y aldeas, en un mundo al que su mensaje llega con poca fuerza y nitidez. En cifras esa poblaci¨®n tiene m¨¢s peso que las clases medias angustiadas por la p¨¦rdida de Espa?a.
Si eso sucede, ser¨ªa continuar el descenso un pelda?o m¨¢s. La irrupci¨®n de UPD no debiera preocuparle: los datos sugieren, seg¨²n Ferm¨ªn Bouza, que en las ¨²ltimas elecciones generales el partido de Rosa D¨ªez le arrebat¨® votos al PP en Madrid y al PSOE en provincias y que, a d¨ªa de hoy, los porcentajes que roba a ambos partidos se anulan mutuamente, salvo en el caso de la capital del estado.
En todo caso, es casi imposible que supere la barrera del 5% en Galicia: la sombra de Fraga est¨¢ ah¨ª para favorecer la concentraci¨®n del voto. Pero ¨¦sa es la tragedia del PP: si se define en la l¨ªnea madrile?a se refuerza en unos ¨¢mbitos pero pierde fuelle en otros. Es de suponer que el errar vagabundo de Feij¨®o tiene esa trastienda. Tendr¨¢ que acudir a los cl¨¢sicos, "?Qui¨¦n os dijo que la batalla fuese f¨¢cil?".
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