C¨®mo interpretar los ataques
Solemos mencionar Irak, Afganist¨¢n y Pakist¨¢n. Me refiero a cuando hablamos de los pa¨ªses del mundo donde m¨¢s intensa es la incidencia del terrorismo. Sin embargo, hace ya mucho tiempo que India se encuentra entre ellos. Aunque lo que all¨ª ocurre tiene que alcanzar dimensiones como la de los atentados de ayer en Bombay para que nos enteremos. Alg¨²n dato servir¨¢ para ilustrar mejor las cosas. Como media, este mismo a?o se han registrado en India unos 100 actos terroristas al mes. Incluso ha habido meses en los que el n¨²mero de tales incidentes ha superado a los ocurridos en alguno de aquellos otros pa¨ªses durante similares periodos de tiempo.
Y si observamos con detenimiento cu¨¢l viene siendo la pauta del terrorismo que ocurre en India, puede constatarse hasta qu¨¦ punto los atentados de ayer en Bombay suponen un compendio amplificado de lo que estaba teniendo lugar. En su mayor¨ªa ven¨ªan produci¨¦ndose con bombas, pero no eran muchos menos los que se ejecutaban mediante armas de fuego, siendo adem¨¢s relativamente habitual el uso de granadas de mano y nada extraordinarios los secuestros de personas. Ocho de cada diez fallecidos en esos atentados eran civiles, una proporci¨®n que se eleva a¨²n m¨¢s si contabilizamos a los heridos, por lo com¨²n siendo polic¨ªas y soldados el resto de las v¨ªctimas.
Este a?o se han registrado de media 100 actos terroristas al mes en el pa¨ªs
Cierto que los grupos y las organizaciones terroristas que act¨²an en India constituyen un conjunto muy heterog¨¦neo. Hay mao¨ªstas, irredentistas o separatistas, al igual que islamistas o abiertamente yihadistas, as¨ª como existen grupos que combinan estas ¨²ltimas orientaciones. En unos casos su car¨¢cter es end¨®geno y en otros tienen conexiones transnacionales, en especial con Pakist¨¢n y Bangladesh. Aunque a cuatro de los m¨¢s notorios grupos incluidos en este ¨²ltimo supuesto se les atribuye con fundamento alg¨²n ligamen con Al Qaeda, no est¨¢ acreditado que esta estructura terrorista disponga de presencia propia en territorio indio.
Una porci¨®n de ese entramado, en especial sus componentes islamistas o yihadistas, se solapa y evoluciona de manera que se sustrae a una efectiva vigilancia por parte de las fuerzas de seguridad. En este sentido, buena parte de la amenaza terrorista que afecta hoy en d¨ªa a India est¨¢ desde el pasado a?o relacionada no s¨®lo con la urdimbre del terrorismo global sino con entidades como los Muyahidines Indios, cuyas estructuras y liderazgo se conocen mal, aunque de sus capacidades operativas no se dudaba. Se dej¨® sentir por primera vez con ese nombre tras una serie de atentados en tres ciudades de Uttar Pradesh en noviembre de 2007.
M¨¢s tarde, ese mismo grupo se ha responsabilizado de unas explosiones igualmente sincronizadas que en mayo ocasionaron la muerte a m¨¢s de 60 personas en Jaipur, de las que en julio hicieron perder la vida a otras 50 en Ahmedabad y de las de septiembre en Delhi. En estos tres casos, los terroristas alegaron como pretexto que el sistema judicial de India los discrimina. Ahora bien, esto no nos permite afirmar que su agenda sea exclusivamente nacional, pues en el primero de sus comunicados, emitido precisamente hace un a?o, puede leerse lo siguiente: "la guerra de civilizaci¨®n entre musulmanes e infieles ha empezado en territorio indio".
De cualquier modo, la planificaci¨®n y ejecuci¨®n de unos atentados como los de ayer en Bombay no est¨¢ al alcance de cualquier organizaci¨®n terrorista. En modo alguno ser¨ªa inveros¨ªmil que reflejen una amenaza de naturaleza mixta, a la vez interna y externa. Puede que el nombre con el cual se ha reclamado su autor¨ªa esconda una mezcolanza en la que integrantes de los Muyahidines Indios ocupar¨ªan un lugar central, pero en la que se incluir¨ªan elementos de otros grupos activos en territorio indio e insertos en la urdimbre del terrorismo global. Como Lashkar-e-Taiba, con base en Pakist¨¢n, o Harkat ul Yihad ul Islami, en Bangladesh.
A India se le ha agravado un problema que ya ten¨ªa. Ha de resolver disfunciones muy serias en materia de inteligencia nacional y coordinaci¨®n policial que comprometen gravemente las tareas de prevenci¨®n y lucha contra el terrorismo. Tras lo sucedido ayer en Bombay hay fallos de inteligencia y de intercambio de informaci¨®n entre agencias de seguridad. Lo que debe repetirse una y otra vez, en voz suficientemente alta, trat¨¢ndose de un Estado nuclear. Adem¨¢s, ha de abordar dicho problema en un contexto regional que a¨²n resulta favorable para los terroristas, especialmente en lo que ata?e a la situaci¨®n en Pakist¨¢n, otro Estado nuclear.
A las autoridades indias les cabe ser conscientes de que esa parte sustancial de su poblaci¨®n que es musulmana no es inmune a los procesos de radicalizaci¨®n violenta que tienen lugar entre colectividades isl¨¢micas de otros pa¨ªses. A pocos sorprender¨¢ que los terroristas traten de manipular agravios relacionados tanto con el conflicto de Cachemira como con sucesos similares al acontecido el 30 de septiembre, cuando en Malegaon y Modasa estallaron bombas dirigidas contra musulmanes. Por cierto, semanas despu¨¦s, varios miembros de los Muyahidines Indios fueron detenidos, acusados de preparar atentados en Bombay. ?Como los de ayer?
Fernando Reinares es director del Programa sobre Terrorismo Global en el Real Instituto Elcano y catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad Rey Juan Carlos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.