Una vida mejor
Quiero vivir en un lugar amplio, luminoso, amueblado y c¨¦ntrico. As¨ª que me he mudado a El Corte Ingl¨¦s de la plaza de Catalunya de Barcelona.
Obviamente, me he instalado en la sexta planta: mobiliario para el hogar. Como dormitorio, he optado por una cama doble que queda detr¨¢s de un panel, lo cual me proporciona un poco de intimidad incluso de d¨ªa. Pero cuando invito a mis amigos puedo escoger en qu¨¦ atm¨®sfera recibirlos: a los m¨¢s serios, los coloco en el juego de sala de tres piezas estilo familia de funcionario. A los m¨¢s j¨®venes, los siento en los butacones de colores o en el sof¨¢ de cuero.
Por supuesto, no siempre tengo visitas. Para mis momentos de relax solitario, recurro a la biblioteca que viene con los juegos de comedor. No es muy variada: la mayor¨ªa de los libros son vol¨²menes de la Jurisprudence generale de Dalloz o del Diccionario de legislaci¨®n. Lo bueno es que no hay que leerlos, porque no tienen p¨¢ginas. Son s¨®lo cajas vac¨ªas con los lomos pintados para decorar las estanter¨ªas. Cuando estoy solo, tomo uno, me siento en el sill¨®n masajeador y dej¨® que fluyan por mis o¨ªdos las canciones pop y los anuncios de rebajas y promociones. As¨ª disfruto del confort de estar en casa.
"Quiero vivir en un lugar luminoso, amueblado y c¨¦ntrico, as¨ª que me he mudado a El Corte Ingl¨¦s"
Por las ma?anas, al despertar, paso por la secci¨®n de albornoces y escojo el que combine con mi estado de ¨¢nimo del d¨ªa. Hoy he elegido uno p¨²rpura y he subido a desayunar. Mientras beb¨ªa el caf¨¦ disfrutaba de la vista de la plaza de Catalunya y pensaba en mi apartamento anterior y en toda esa pobre gente que a¨²n vive en covachas min¨²sculas y oscuras. Despu¨¦s, demasiado estresado para ir a trabajar, me he bajado a la quinta planta -secci¨®n de ba?os- y me he metido en el hidrospa para relajar las tensiones. A pesar de las miradas indiscretas y de la amonestaci¨®n de un guardia, ha sido muy agradable.
Sin embargo, no quiero mentir ni fanfarronear: vivir aqu¨ª tiene sus complicaciones; fundamentalmente, la soledad. Para qu¨¦ nos vamos a enga?ar. No es un lugar muy acogedor, ni siquiera con la falsa chimenea que me he subido de la secci¨®n de artesan¨ªas ex¨®ticas. Y el contacto con los clientes es demasiado impersonal. Por eso, he desarrollado ciertas t¨¢cticas para conocer gente.
La m¨¢s socorrida es la t¨¢ctica de la m¨²sica. Empiezo bajando a la planta de ropa para hombres. Siempre dudo si a¨²n soy "f¨®rmula joven" o ya debo ir pensando en "moda ¨¦l", pero por lo general combino muestras de ambas secciones para verme maduro pero din¨¢mico. Ya vestido, voy a la secci¨®n de m¨²sica y me instalo al lado de la m¨¢quina donde los clientes prueban los discos. En estos d¨ªas, est¨¢n disponibles en la m¨¢quina High School Musical 3, Pitingo y Anastacia. Lo m¨ªo es Anastacia. As¨ª que si una chica llega y pone ese disco, le busco conversaci¨®n. Si veo que conectamos, procuro impresionarla. Ah¨ª al lado hay una secci¨®n de peluches gigantes. El que m¨¢s me gusta es el tibur¨®n, pero tambi¨¦n hay tigres y cocodrilos. Cojo uno y se lo regalo a la chica.
Por lo general, el truco funciona, pero debo admitir que me cuesta mantener relaciones largas. A la mayor¨ªa de las chicas no les gusta que las cite en El Corte Ingl¨¦s, y yo no entiendo por qu¨¦ deber¨ªa salir, si aqu¨ª est¨¢ todo lo que necesito en la vida. Con frecuencia, mis amor¨ªos terminan en amargas peleas en la secci¨®n de futuras mam¨¢s cuando descubrimos que no tenemos un proyecto de vida com¨²n. Ni siquiera las flores y los bons¨¢is que robo del s¨®tano sirven para arreglar las cosas.
Cuando eso ocurre, subo a consolarme a la octava planta. En estos meses, ah¨ª se congrega una tribu de pap¨¢s Noeles que se han convertido en mis ¨²nicos compa?eros (sin contar al Triceratops de la s¨¦ptima, una bestia prehist¨®rica que muge dulcemente cuando la acaricio). Por las noches, subo una botella de vino del supermercado del s¨®tano y me re¨²no con ellos. Tiene m¨¦rito, porque a esa hora no funcionan las escaleras mec¨¢nicas. Entre todos esos maniqu¨ªes de diversos tama?os con sus gorras rojas y sus renos, rodeado de lucecitas para el ¨¢rbol y mu?ecos de pesebre, me siento feliz de haber encontrado amigos de verdad.
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