A las puertas de la abstracci¨®n

En 1911, Kasimir Malevich mostr¨® en Mosc¨² tres series de obras (amarilla, blanca y roja) en las que experimentaba con el color en busca de nuevos lenguajes. Faltaban a¨²n cuatro a?os para el c¨¦lebre Cuadrado negro, icono de la pintura moderna que anuncia el paso a la abstracci¨®n. Esta evoluci¨®n de la pintura realista y academicista hacia el arte no figurativo es la que recorre la exposici¨®n Or¨ªgenes de la vanguardia rusa, que podr¨¢ verse en la Fontana d'Or de Girona hasta el 18 de enero de 2009.

Junto a Malevich, de quien se exhiben dos obras de la serie amarilla y la rupturista Vaca y viol¨ªn (1913), la exposici¨®n re¨²ne cuadros de Vassili Kandinsky y de otros maestros de la pintura rusa, como Natalia Goncharova, Mija¨ªl Larionov, Robert Falk, Pavel Fil¨®nov y Olga Rozanova. Son un total de 46 pinturas, algunas de ellas nunca exhibidas antes en Espa?a, creadas por una veintena de artistas entre los a?os 1901 y 1915.

Muchos de los artistas rusos de la ¨¦poca se mostraron influidos por el folclore

La corriente principal es el neoprimitivismo, imprescindible para entender la influencia del arte popular en las nuevas propuestas conceptuales y est¨¦ticas. "Los nuevos caminos del arte no surgen de la nada. En Rusia, los artistas se fijaron en la belleza de los iconos y los objetos populares, en el folclore y la vida rural", resume Jewgenija Petrowa, comisaria de la exposici¨®n y directora adjunta del Museo Estatal Ruso de Sant Petersburgo, de donde proceden todas las obras.

Para ilustrar el influjo de la artesan¨ªa sobre las vanguardias, la exhibici¨®n relaciona las obras con una veintena de objetos rusos de finales del siglo XIX: mu?ecas, caballos de madera, trineos, barriles, vestidos t¨ªpicos y telares. Son piezas de gran intensidad crom¨¢tica, ingenuas y sencillas, que en algunos casos parecen saltar directamente a la tela, como es el caso de los vestidos folcl¨®ricos de Blanqueando lino, de Goncharova, y los trineos de Carnaval, de Fil¨®nov.

La exposici¨®n, que no sigue un itinerario cronol¨®gico, se inicia con obras de Malyavin, Milioti y Brodsky, en las que a¨²n se percibe un tratamiento impresionista y simbolista, y acaba con dos piezas de Kandinsky y una de Rozanova, cuya evoluci¨®n hacia el suprematismo y la abstracci¨®n abre las puertas definitivas de la vanguardia. "Despu¨¦s de esta exposici¨®n, el siguiente paso ser¨¢ traer el Cuadrado negro, as¨ª ver¨¢n la evoluci¨®n total", coment¨® Petrowa. No en vano su museo custodia la colecci¨®n m¨¢s amplia de pinturas de Malevich y la m¨¢s importante del vanguardismo ruso.