El aire contaminado perjudica el desarrollo cerebral infantil
La toxicidad neuronal de la poluci¨®n causa retrasos en la capacidad cognitiva
El aire contaminado puede perjudicar el desarrollo del cerebro durante el embarazo y la ni?ez. As¨ª lo indican estudios realizados en tres ciudades, Nueva York, Boston y M¨¦xico DF. Los peque?os que crecen en zonas con un aire m¨¢s sucio pueden sufrir alteraciones estructurales que pueden traducirse en retrasos en funciones cognitivas superiores, como el aprendizaje o la memoria. Sin embargo, todav¨ªa falta saber m¨¢s sobre qu¨¦ contaminantes y a qu¨¦ niveles influyen y qu¨¦ mecanismos biol¨®gicos intervienen. Ahora, cient¨ªficos del Centro de Investigaci¨®n en Epidemiolog¨ªa Ambiental (CREAL) se disponen a comprobarlo en Espa?a, en un estudio con 750 ni?os de la ciudad de Sabadell que ahora tienen cuatro a?os de edad.
Los problemas se detectaron ya a las 12 semanas de gestaci¨®n
Las part¨ªculas son el veh¨ªculo por el que los metales entran en el organismo
Forman parte del proyecto Inma (Infancia y Medio Ambiente), en el que desde 2004 se sigue a un total de 2.500 peque?os con el objetivo de ver c¨®mo el entorno influye en su salud. Los investigadores han recogido datos desde la semana 12 de la gestaci¨®n y les hicieron an¨¢lisis y pruebas cognitivas al cumplir un a?o y cuando han llegado a cuatro. Tambi¨¦n han registrado su exposici¨®n a gases y part¨ªculas de la atm¨®sfera, resultantes de la combusti¨®n en coches e industrias: ¨®xido de nitr¨®geno, hidrocarburos arom¨¢ticos polic¨ªclicos, compuestos vol¨¢tiles y part¨ªculas en suspensi¨®n (PM10, PM2,5).
Las part¨ªculas resultan de especial inter¨¦s, por ser el veh¨ªculo que utilizan los metales para entrar en el cuerpo. En ellas se ha centrado un estudio del Instituto Nacional de Pediatr¨ªa de M¨¦xico y la Universidad de Montana, publicado este a?o en Brain and Cognition y financiado por el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH).
Los investigadores analizaron el desarrollo cognitivo de 73 ni?os con una media de 9 a?os de edad, todos de familias de clase media y formaci¨®n similar. Un total de 55 viv¨ªan en la capital, M¨¦xico DF, con altas concentraciones de contaminaci¨®n, y el resto en otra ciudad mucho menos contaminada, Polotitl¨¢n. El desarrollo cognitivo del 57% de los ni?os de M¨¦xico DF estaba por debajo de lo esperable para su edad. Algo que s¨®lo ocurr¨ªa en el 7% de los de Polotitl¨¢n.
Para completar su estudio, los investigadores compararon tejido cerebral de personas fallecidas entre los 2 y 45 a?os. Tambi¨¦n de perros. En el cerebro de quienes habitaron en la urbe m¨¢s contaminada se apreci¨® neuroinflamaci¨®n y da?os vasculares. "La inhalaci¨®n de part¨ªculas en suspensi¨®n causa inflamaci¨®n en los pulmones, que desencadena estr¨¦s oxidativo. Este proceso tambi¨¦n acaba inflamando el cerebro", explica Jordi Sunyer, director del programa salud respiratoria, contaminaci¨®n e infancia del CREAL.
Adem¨¢s, se cree que algunos de estos contaminantes, las part¨ªculas m¨¢s peque?as, alcanzan las neuronas sin ni tan siquiera pasar por los pulmones. "En las autopsias con animales se ha visto que pasan directamente del nervio olfatorio al cerebro", afirma Sunyer. El efecto neurot¨®xico de la inflamaci¨®n altera el equilibrio en la producci¨®n de la prote¨ªna betaamiloide, asociadas a la enfermedad de Alzheimer.
El ni?o es m¨¢s vulnerable ya que "el cerebro es una ventana abierta a la influencia del medio ambiente durante muchos a?os. Es el ¨®rgano del cuerpo que tarda m¨¢s en formarse: desde el mismo vientre de la madre hasta el final de la adolescencia. La parte que m¨¢s tarda es el c¨®rtex prefrontal, clave para funciones cognitivas superiores", afirma Sunyer. "La exposici¨®n a estos contaminantes puede interferir en la producci¨®n de neurotransmisores, en la mielinizaci¨®n de las neuronas y en c¨®mo establecen sus conexiones", concluye Sunyer.
Menor peso al nacer
Ahora que los ni?os del proyecto Inma (Infancia y Medio Ambiente) est¨¢n apunto de cumplir los cuatro a?os, los investigadores espa?oles empiezan a extraer conclusiones sobre si la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica ha incidido en su desarrollo. Tambi¨¦n analizar¨¢n un grupo de genes que hace que los portadores de unas variables u otras sean m¨¢s o menos susceptibles que otros porque act¨²an sobre los procesos metab¨®licos que permiten neutralizar el efecto de estas sustancias, cambiar su estructura qu¨ªmica y hacer que el organismo las elimine.
Los investigadores han recogido datos sobre su alimentaci¨®n, que podr¨ªa ejercer un papel protector. "La dieta es la mayor fuente de antioxidantes. La ingesta de omega-3, y otros micronutrientes como el zinc y el selenio podr¨ªan proteger contra el efecto de la poluci¨®n atmosf¨¦rica", explica Jordi Sunyer, del Centro de Investigaci¨®n en Epidemiolog¨ªa Ambiental (CREAL).
Los investigadores ya han concluido que la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica interfiere en el peso del beb¨¦ al nacer. "Los m¨¢s expuestos tuvieron un menor peso. En concreto, por cada 10 microgramos de NO2 o de compuestos vol¨¢tiles (fruto de la industria y del tr¨¢fico) por metro c¨²bico de aire, el beb¨¦ pesa 91 gramos menos", dice Sunyer.
Los neurot¨®xicos no s¨®lo llegan por la atm¨®sfera, sino tambi¨¦n a trav¨¦s de la cadena alimentaria. Por ejemplo, el metilmercurio se acumula sobre todo en el pescado. En estudios con ratas, Vicente Felipo, del Laboratorio de Neurobiolog¨ªa del Centro de Investigaci¨®n Pr¨ªncipe Felipe en Valencia, ha visto que "las dosis que no producen da?o en un adulto, en el ni?o producen efectos que persisten en el tiempo". Su equipo ha realizado estudios con cantidades en el l¨ªmite permitido por las autoridades y han comprobado que, aunque no da?en al adulto, s¨ª disminuye la capacidad de memoria y de aprendizaje cuando el cerebro est¨¢ en desarrollo.
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