Lo que Chicago esconde
El esc¨¢ndalo del gobernador corrupto de Illinois agita el feudo pol¨ªtico de Obama
El Gobernador de Illinois est¨¢ haciendo ahora lo que casi nunca hizo en sus seis a?os al mando del quinto Estado m¨¢s poblado del pa¨ªs, con casi 13 millones de personas: acudir cada ma?ana a su oficina en el centro de Chicago. Rod Blagojevich, de 52 a?os e hijo de un obrero metal¨²rgico serbio y una vendedora de billetes de transporte p¨²blico -conocido como Blago-, hasta hace una semana sol¨ªa correr a primeras horas del d¨ªa antes de meterse de nuevo a trabajar en su hogar, una casa nada llamativa en un barrio de Chicago de clase media. All¨ª citaba a veces a los miembros de su gabinete. Por eso, d¨ªas antes del 4 de noviembre en que Barack Obama gan¨® las elecciones presidenciales, un juez autoriz¨® al FBI a pinchar los tel¨¦fonos de su hogar. Y lo que sali¨® de aquellas escuchas sonroj¨® hasta a los agentes m¨¢s c¨ªnicos, seg¨²n declar¨® Robert D. Grant, el responsable del FBI al frente de la operaci¨®n.
Blagojevich: "?Voy a dar a ese hijo de puta
Fue el dirigente dem¨®crata mejor situado para aspirar a la presidencia
En s¨®lo dos a?os, el senador negro acab¨® con el su?o del gobernador
El gobernador se expresaba como un mafioso de Al Capone en el Chicago de los a?os veinte. "Tengo esto [el poder de designar al sucesor de Obama en el Senado], y esto es oro, joder. Y no estoy dispuesto a darlo por una mierda de nada". "Al menos que consiga algo realmente bueno, joder, me quedar¨¦ yo mismo ". Blago daba por hecho que Obama quer¨ªa a una persona determinada para ese puesto, pero ¨¦l no estaba dispuesto a nombrar a esa persona al menos que le concedieran alguna embajada, o el puesto de m¨¢ximo responsable de Sanidad. "?Le voy a dar a ese hijo de puta su senador a cambio de nada? ?Que se joda! ?A cambio de nada? ?Que se joda!".
"El FBI estaba detr¨¢s de ¨¦l desde hac¨ªa meses por supuestas concesiones de contratos a cambio de dinero", relata un ex colaborador del gobernador que ha trabajado durante a?os en un puesto de confianza y habla bajo condici¨®n de anonimato. "No esper¨¢bamos que el gobernador se fuera a expresar as¨ª por tel¨¦fono. Desde que Blago lleg¨® al puesto de gobernador en 2002 todos los miembros de su equipo recibimos ¨®rdenes de ser extremadamente cuidadosos con lo que escrib¨ªamos en los mensajes de Internet y lo que habl¨¢bamos por los tel¨¦fonos del Estado. Nos dec¨ªan que esas conversaciones o mensajes pod¨ªan ser presentados como pruebas contra nosotros en un juicio".
Blagojevich pretende ahora infundir sensaci¨®n de normalidad. Acude a su oficina como si no le hubiesen retenido su pasaporte y no estuviera en libertad condicional bajo una fianza de 4.500 d¨®lares, como si a¨²n le quedase una carrera pol¨ªtica por delante. "?l quer¨ªa ser presidente o, como m¨ªnimo, vicepresidente de EE UU", indica su antiguo colaborador. "La gente de su gabinete ten¨ªamos ¨®rdenes de promocionar sus iniciativas en el resto del pa¨ªs. Y ¨¦l estaba encima de cada detalle. Te llamaba a cualquier hora del d¨ªa o de la noche. Consigui¨® crear en 2005 un seguro m¨¦dico para cubrir a todos los ni?os de Illinois, algo que en el resto del pa¨ªs sigue siendo una asignatura pendiente. Reform¨® el sistema educativo estatal, que era burocr¨¢tico y deficiente. No es que marche muy bien, pero est¨¢ mejor que antes. Promovi¨® una ley para que los farmac¨¦uticos del Estado no se pudieran oponer como hac¨ªan algunos a vender m¨¦todos anticonceptivos a las mujeres alegando razones morales. Se hizo popular en el colectivo de mujeres y gays, entre los negros y los latinos".
"?l era claramente el dem¨®crata mejor situado en Illinois para aspirar a la presidencia", contin¨²a la citada fuente. "Y, de pronto, surgi¨® el fen¨®meno Obama, que era un miembro del Senado local de Illinois, en Springfield, la capital del Estado. A los congresistas de Springfield se les menosprecia en Chicago; se les conoce como hongos, porque se dice que viven en la oscuridad y se alimentan de basura. De ese mundo oscuro sali¨® Obama. Ca¨ªa bien, se notaba que era inteligente. Pero nadie pod¨ªa esperar que un tipo que comenzaba en Springfield fuera a llegar muy lejos. Sin embargo, la gente empez¨® a donar m¨¢s dinero para Obama y menos para Blagojevich. En s¨®lo dos a?os, cuando Blagojevich estaba en la plenitud de su carrera, Obama acab¨® con su sue?o".
Al cabo de un a?o en la gobernaci¨®n, miembros del equipo de Blagojevich se vieron envueltos en juicios por corrupci¨®n. Y su popularidad comenz¨® a bajar. A pesar de eso, Obama le apoy¨® en su reelecci¨®n en 2006. "Todas las compa?¨ªas que ten¨ªan contratos con la gobernaci¨®n hab¨ªan donado dinero para la campa?a de Blagojevich", se?ala Colin McMahon, director de la edici¨®n de fin de semana del Chicago Tribune. "Y el 80% de los clientes de su esposa, que es agente de la propiedad, consiguieron contratos con la gobernaci¨®n".
Blagojevich no parece un caso aislado en Illinois. "Aqu¨ª se asume que para hacer negocios necesitas amigos", indica McMahon. Tres de los ¨²ltimos ocho gobernadores de Illinois han pasado por la c¨¢rcel por delitos cometidos durante sus mandatos. El ¨²ltimo de ellos es el republicano George Ryan, antecesor de Blago, quien a¨²n se encuentra en prisi¨®n por conceder licencias de conducir a cambio de dinero. Y no es que en Chicago, principal ciudad del Estado, con el 65% de la poblaci¨®n, se lleve nadie las manos a la cabeza diciendo que es una fama injusta la que arrastra la ciudad. Mike Royko (1932-1997), considerado por muchos como el mejor cronista de la ciudad, propuso que el lema oficial de Chicago fuese "?Qu¨¦ hay de lo m¨ªo?".
Obama ha intentado cortar esa tradici¨®n promoviendo una ley, cuya aprobaci¨®n se prev¨¦ en enero, que pretende limitar y controlar las donaciones a los pol¨ªticos de Illinois. Pero Obama tambi¨¦n sali¨® de esas calles de Chicago donde todos preguntan: "?Y t¨² de qui¨¦n eres?", "?qui¨¦n es tu padrino?". El presidente electo prometi¨® el mi¨¦rcoles que difundir¨¢ en breve los contactos de cualquier miembro de su equipo con el gobernador en relaci¨®n al esca?o, y la prensa no hostig¨® en exceso. Obama y la prensa viven una luna de miel, pero ya se oyen voces autocr¨ªticas como la de Lou Dobbs, periodista estrella de la CNN, que se quej¨® el viernes de la excesiva e inusitada complacencia ante el presidente electo. Uno de los analistas invitados a su programa afirm¨® que los periodistas que le preguntaron sobre el caso Blagojevich de forma tan inofensiva parec¨ªan perros domesticados.
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