"Ahora soy un 'hacker' ¨¦tico"
El pirata inform¨¢tico m¨¢s famoso del mundo critica la justicia de EE UU
Kevin Mitnick (1963, California) fue el hacker m¨¢s famoso del mundo. Ahora es una estrella medi¨¢tica. Como los ex presidentes del Gobierno se dedica a viajar por el mundo dando conferencias sobre seguridad inform¨¢tica a precio de oro. Ha engordado, viste traje impecable y le llevan y le traen en un impecable Mercedes color crema. En cierta forma, su historia no difiere mucho de la de Bill Gates, el fundador de Microsoft, con el que tiene hasta un cierto parecido f¨ªsico. Como el gur¨² del software, Mitnick est¨¢ retirado y se dedica al apostolado de la inform¨¢tica segura.
"Sigo siendo un hacker, pero un hacker ¨¦tico. Simplemente, los tiempos cambian y, aunque mantengo el mismo esp¨ªritu que cuando era joven y me dedicaba a reventar las redes de grandes corporaciones, se puede decir que he madurado", se?ala Mitnick.
"Es asombroso que Madoff est¨¦ en casa y a m¨ª me condenaran a cinco a?os"
A El Chacal de la Red o El C¨®ndor, como se le conoc¨ªa cuando ejerc¨ªa de pirata, le divierte contar sus peripecias cuando se infiltraba en las redes de grandes empresas como Motorola, Nec, Apple o de organismos como el FBI el Pent¨¢gono. Ahora se siente orgulloso de ofrecerles sus servicios a trav¨¦s de su firma Mitnick Security Consulting: "Las empresas me pagan para que encuentre sus vulnerabilidades de seguridad. Y todo el mundo gana. Yo disfruto haciendo las cosas que me gustan, que es detectar los fallos de seguridad y, a la vez, ayudo a mis clientes en lugar de causarles da?o. Muchos hackers trabajan ahora para las compa?¨ªas y las agencias del Gobierno".
En 1995, tras una larga persecuci¨®n del FBI, de cuyos agentes se burlaba localiz¨¢ndoles por el m¨®vil y jugando al rat¨®n y al gato, dio con sus huesos en la c¨¢rcel. Se top¨® con un hacker legal y tal vez m¨¢s listo que ¨¦l, Tsutomu Shimomura, alias el Samur¨¢i, que se marc¨® como reto atrapar al hombre que hab¨ªa violado su sistema inform¨¢tico y ayud¨® a los federales a cazarle, convirti¨¦ndose en leyenda. "Bueno, se contaron muchas mentiras en Takedown (la pel¨ªcula que se hizo sobre ¨¦l en 1999). Nunca tuve una relaci¨®n personal con Shimomura, tan s¨®lo me relacion¨¦ con su ordenador. Y no s¨¦ nada de ¨¦l. Creo que est¨¢ trabajando para alguna agencia gubernamental porque nadie ha o¨ªdo nada sobre ¨¦l desde hace mucho".
De su paso por la c¨¢rcel -entre 2000 y 2005- no guarda un buen recuerdo. A la espera de un juicio que nunca llegaba, sufri¨® un duro r¨¦gimen de aislamiento que le prohib¨ªa usar cualquier tipo de dispositivo electr¨®nico (m¨®vil, ordenador o televisi¨®n) incluso para comunicarse con su abogado o su familia. "El fiscal lleg¨® a decir que me prohibieran el acceso a cualquier tel¨¦fono porque dec¨ªa que silbando en el m¨®vil pod¨ªa provocar una guerra nuclear. Me trataban como un terrorista neg¨¢ndome derechos constitucionales como el de tener un juicio. Parec¨ªa como si fuera Hannibal Lecter. Y no lo soy, se lo aseguro".
Al ex hacker no le molesta la condena ni siquiera el arreglo al que tuvo que llegar con el Gobierno para que se le juzgara ("me inculp¨¦ de cosas que no hice pero no ten¨ªa m¨¢s remedio"), pero le parece "asombroso" que se paguen cinco a?os por violar la seguridad de una red inform¨¢tica ("nunca rob¨¦ ni un d¨®lar") y el financiero Bernard L. Madoff, que ha estafado 37.000 millones de euros, est¨¦ en la calle. "La justicia en EE UU se aplica dependiendo del dinero que tengas y de tu estatus".
Los hackers en activo le sirven de asesoramiento en su cruzada pero defiende la libertad en Internet y los programas de intercambio de archivos p2p. Su mayor preocupaci¨®n es sacar adelante su autobiograf¨ªa, una vez que se ha levantado el veto que le prohib¨ªa hablar de sus experiencias, y que luego se convertir¨¢ en pel¨ªcula.
El hacker predica los dogmas de la ingenier¨ªa social, la ciencia que permite ganarse la confianza de la gente o de los empleados de una firma para obtener informaci¨®n delicada o contrase?as. A Madrid ha venido invitado para participar en el Cluster de Seguridad que organiza el Instituto Madrile?o de Desarrollo (IMADE).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.