Cuatro l¨ªneas
Me fascina el cuadro de las botas de Van Gogh. Esos dos zapatones pueden verse como las p¨¢ginas centrales de un manifiesto de la Tierra. Parecen contener la memoria de todo lo que la humanidad ha andado. Incluida la humanidad descalza. Parecen hechos con el cuero de todos los despellejados de la historia. Seamos sinceros. Cada uno, en su interior, est¨¢ pensando estos d¨ªas en a qui¨¦n le arrojar¨ªa un par de zapatos justicieros. Y de lo sucedido a Bush en Bagdad bien podemos decir lo que aquel profesor de Derecho cuando amonestaba a un alumno jactancioso: "Le ha salido a usted el tiro por la horma del zapato". Ayer, Human Rights Watch lanzaba unos zapatos de piel humana sobre la situaci¨®n de los derechos en el S¨¢hara Occidental, ocupado por Marruecos, y en los campamentos de Tinduf. La organizaci¨®n humanitaria evita pronunciarse sobre las salidas pol¨ªticas al conflicto, pero su informe mesurado, contenido, donde incluso se reconoce un avance en materia de derechos humanos en el real territorio marroqu¨ª, refleja con objetividad, es decir, con encarnizada precisi¨®n lo que est¨¢ ocurriendo en el S¨¢hara ocupado, a unas pocas horas de vuelo de Madrid: "Las fuerzas de seguridad detienen arbitrariamente a manifestantes y presuntos activistas saharauis, a los que golpean, torturan y obligan a firmar confesiones policiales incriminatorias, todo ello con virtual impunidad; y los tribunales los condenan y env¨ªan a prisi¨®n mediante procesos injustos". Esas cuatro l¨ªneas pesan ahora mismo mucho m¨¢s que todos los legajos. El reino de Marruecos levant¨® un muro de 2.000 kil¨®metros para frenar a los saharauis que viven el inh¨®spito ¨¦xodo desde hace m¨¢s de 30 a?os. Pero el muro no puede ocultar esas cuatro l¨ªneas. Comprendo ahora m¨¢s que nunca al ni?o saharaui, descalzo, que en una escuela promisoria levantada en el pedregal pregunt¨® en espa?ol delante de una esfera terrestre abollada: "?Y no hay otra?".
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