La cocina no es una cosa tan seria

Entre las novedades editoriales de recetarios did¨¢cticos y serios vol¨²menes de cocina para gloria de los chefs, hay dos ejemplares para digerir la realidad con humor. Uno es Los bajos de la alta cocina, una locura c¨¢ustica (con datos ver¨ªdicos como fondo) que el cocinero vasco Andoni Luis Aduriz encarg¨® al dibujante de c¨®mics ?lvarez Rabo. El otro libro es la segunda entrega de Cocina para impostores, a cargo de Falsarius Chef, medi¨¢tico a su modo con un blog seguido por miles de admiradores y colaboraciones en prensa, radio y televisi¨®n.

No le falta raz¨®n a Karlos Argui?ano cuando afirma que re¨ªrse de uno mismo forma parte de una dieta equilibrada. ?sta ser¨ªa la primera moralina del c¨®mic creado por ?lvarez Rabo para conmemorar el d¨¦cimo aniversario del restaurante Mugaritz de Renter¨ªa (Guip¨²zcoa) por encargo de su patr¨®n, Andoni Luis Aduriz. Con una acidez demoledora, el autor pasa revista al universo estramb¨®tico que rodea a la comunidad de cocineros, subg¨¦nero de superh¨¦roes que ridiculiza con vi?etas hilarantes en las que intenta no dejar t¨ªtere con cabeza. Algo m¨¢s de 100 p¨¢ginas le bastan para arremeter contra la cr¨ªtica gastron¨®mica y sus juicios intemperantes; contra los falsos inspectores de gu¨ªas, los comensales fatuos y las comidas de negocios artificiales, as¨ª como contra determinados clientes, tipo la familia Tontolaba, que se deja influir por las caprichosas observaciones de la prensa.

Tras la popularidad de su primer t¨ªtulo, vuelve 'Cocina para impostores'

Tampoco perdona a la alta cocina ni a sus exiguas cantidades, incluida la creatividad culinaria y sus malos imitadores. "Las modas las carga el diablo -afirma uno de sus personajes-, y siempre son seguidas por los m¨¢s inseguros y menos dotados". Tampoco se olvida de mofarse de la metilcelulosa y el nitr¨®geno l¨ªquido.

Parodia sarc¨¢stica que en ocasiones raya en el humor negro y a cuyos principales protagonistas, todos cocineros espa?oles, convierte en monigotes de ojos saltones y narices puntiagudas, que intervienen en situaciones descacharrantes. Personajes de motes reconocibles -Juan Mari Achak, Mart¨ªn Brasategui, Panti Santaluc¨ªa, Carne Ruscapella-, que intervienen en travesuras grotescas sin que nadie quede exento de culpa en este inteligente ensayo cr¨ªtico pat¨¦tico. Ni siquiera Ferr¨¤n Adri¨¤ o el propio Aduriz se libran de la burla tragic¨®mica.

Tras la popularidad de su primer libro, Cocina para impostores, publicado el pasado a?o (ya va por la quinta edici¨®n), Falsarius Chef, as¨ª, con alias, acaba de sacar al mercado una segunda parte: Falsarius en su salsa. Astutas recetas de cocina con latas, botes y congelados para quedar como un pu?etero chef. Ocurrencias como los berberechos Sarkozy, el bacalao justiciero, la lasa?a de langosta fantasma o los chanquetes a la Greenpeace hacen que unas gulas congeladas parezcan un bocato di cardenale. Como un Ratatouille explorador de supermercados, Falsarius recomienda productos, da trucos y propone baraturas para que con unos cuantos ingredientes y detalles de imaginaci¨®n se puedan elaborar platos para gusto propio y no perder amigos en las cenas.