Las melod¨ªas robadas de un h¨¦roe de barrio

J?el Iriarte entra por la puerta del bar Ol¨ªmpic, en pleno Raval barcelon¨¦s. Zapatos de punta, camisa a cuadros, tup¨¦ y chaqueta de cuero que parece rescatada de un env¨ªo de ayuda humanitaria a Kenia. El bar huele a barrio y los chinaskys del lugar se sirven ellos mismos los sol y sombra. Lo bueno de citarse con miembros de la banda Tar¨¢ntula es que siempre te descubren un entra?able cutrebar.

Joe Crep¨²sculo, que es el nombre que utiliza este m¨²sico de 27 a?os desde que se diera a conocer tocando los teclados en Tar¨¢ntula (tal vez la mejor banda que ha parido esta ciudad desde El ?ltimo de la Fila), pide una cerveza. Suena el tel¨¦fono. Pide disculpas y sale del bar. Deambula arriba y abajo de la acera con el semblante serio. Al cabo de 10 minutos, el hombre que edit¨® a principios de a?o Escuela de zebras y que el pasado mes de noviembre le dio continuidad con el majestuoso Supercrepus, una obra de pop de orfebrer¨ªa, desacomplejado pero ambicioso, sincero pero descre¨ªdo, mel¨®dicamente impecable y conceptualmente redondo, se sienta de nuevo en la mesa, pega un trago largo de su cerveza y se acomoda en un silencio que tiene mucho m¨¢s de t¨ªmido que de impostado. "Me acaban de decir que la revista Rock de Lux ha escogido mi disco como el mejor ¨¢lbum nacional del a?o. Eso debe de ser bueno, ?no?".

Supercrepus es un disco que, como todos los editados por Producciones Doradas, se puede descargar gratis. Adem¨¢s, si te cruzas con Joe en cualquier bar geri¨¢trico del barrio es probable que te regale una copia del ¨¢lbum. Siempre lleva alguna encima. "Voy grabando CD's y se los doy a la gente. Le di uno incluso a Vincent (Leone, el vocalista de Tar¨¢ntula), aunque s¨¦ que jam¨¢s lo sacar¨¢ de la funda, ¨¦l s¨®lo escucha rockabilly". Justo lo contrario que Crepus, un tipo que ha escrito un disco con una veintena de temas que versan sobre el amor. Seg¨²n ¨¦l, la versi¨®n reducida y menos salvaje de aquel 69 love songs de Magnetic Fields. "Prest¨¦ mucha atenci¨®n a las letras. Si escribes una mala letra, se va a quedar ah¨ª toda la vida y eso puede ser una tortura. Adem¨¢s, si tengo que salir cada noche a cantar algo, mejor que sea algo que me gusta y que no me averg¨¹enza". Musicalmente, el disco ha sido emparentado con el pop de juguete de la factor¨ªa austroh¨²ngara y con el lado m¨¢s introspectivo de cierto indie de los noventa, pero lo cierto es que Joe es un tipo con los gustos de m¨¢s dif¨ªcil consenso entre la que se supone su audiencia. "Soy fan de Elton John, de Supertramp y, sobre todo, de Dire Straits. El ¨¢lbum est¨¢ repleto de referencias a ellos, tanto en las letras como en algunas melod¨ªas medio robadas. Por eso, cuando se me emparenta con cosas como muy cool, me da el ataque de risa".

Con una agenda de conciertos repleta hasta mediados de febrero y a punto de entrar en el estudio para finalizar el segundo largo de Tar¨¢ntula, Joe estrena remezcla de El Guincho y pretende continuar con su hemorragia creativa editando otro elep¨¦."Lo que realmente quiero es conseguir melod¨ªas memorables, aunque tenga que robarlas. Jam¨¢s he sido cool. He pasado de pastillero a rocker mongoloide con Tar¨¢ntula y ahora a sablear a Dire Straits. A pesar de ello, me votan disco del a?o".