"Estados Unidos ya no manda aqu¨ª"

El primero en hablar fue un sonriente Tony Blair, que en un aceptable franc¨¦s (y despu¨¦s en ingl¨¦s) anunci¨® a la concurrencia que las actuales instituciones econ¨®micas han sido incapaces de contener el desplome financiero, que no hay que olvidarse de apoyar a las v¨ªctimas de esta crisis y que lo ¨²nico bueno de todo el desastre es que se abre un cap¨ªtulo nuevo en la econom¨ªa y en la pol¨ªtica planetarias que hay que aprovechar.

El tema del encuentro, que finaliza hoy con otros participantes, se antojaba peliagudo: Nuevo mundo, nuevo capitalismo. La ciudad que lo acog¨ªa, un Par¨ªs nevado que soporta desde hace d¨ªas una espantosa ola de fr¨ªo. El lugar, un anfiteatro enclavado en la vieja Escuela Militar, a un paso de la torre Eiffel, donde el mism¨ªsimo Napole¨®n estudi¨® cuando era un adolescente, con una beca, a fin de convertirse en suboficial de artiller¨ªa.

Los pa¨ªses europeos del G-20 unificar¨¢n criterios ante la cumbre de abril

La segunda en salir a la palestra fue Angela Merkel, la canciller alemana. No sonri¨® en ning¨²n momento. Habl¨® en alem¨¢n sin gesticular apenas. Con la expresi¨®n en la cara ven¨ªa a decir que no est¨¢ el horno para bollos. Efectivamente: "Los Estados tienen ahora una monta?a de deudas, pero era la ¨²nica manera posible de afrontar esta crisis". Merkel critic¨® los alegres excesos econ¨®micos de estos ¨²ltimos a?os y exigi¨® un nuevo orden que los ataje, que limite su riesgo y que, a la postre, impida la destrucci¨®n total del sistema financiero, arrastrando consigo toda la econom¨ªa. Luego propuso algo un poco m¨¢s concreto: de la misma forma que existe un Consejo de Seguridad en la ONU, que exista una suerte de consejo econ¨®mico mundial que vele por la estabilidad del sistema, o una "declaraci¨®n universal para una econom¨ªa razonable" similar a la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos.

No precis¨® m¨¢s. S¨ª que se remont¨® a los a?os posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando Europa se reconstruy¨® gracias a la creaci¨®n de un nuevo orden, de un nuevo sistema internacional pol¨ªtico y econ¨®mico. Afirm¨® que la situaci¨®n actual es parecida. Que las viejas instituciones que entonces sirvieron ya no sirven. Que las actuales tampoco: "El G-8 [el grupo de pa¨ªses m¨¢s poderosos del mundo] ya no es suficiente", dijo. Pidi¨® que se cuente con China, Brasil e India, entre otros, sin mencionar a Espa?a.

Despu¨¦s salt¨® (literalmente) a la tribuna Nicolas Sarkozy. Fiel a su estilo inquieto gesticul¨®, hizo chistecillos, sonri¨®, gui?¨® el ojo, modul¨® los tonos de voz, se movi¨® a derecha e izquierda y adquiri¨® a veces una seriedad teatral. Se dirigi¨® varias veces a Merkel llam¨¢ndola "Angela" y a Blair llam¨¢ndolo "Tony".

Asegur¨® que el mundo cambia y que ellos, los dirigentes, deben exigir un cambio en las pol¨ªticas de todos. "Porque nadie lo va a hacer por nosotros".

Describi¨® la mundializaci¨®n como un fen¨®meno positivo, pero luego asegur¨® que acarrea un "vac¨ªo de valores" que genera, a la postre, que la gente se aferre a lo m¨¢s pr¨®ximo. Luego encar¨® de frente el tema del congreso: "El capitalismo puramente financiero es amoral. No creo en otro capitalismo que el del esfuerzo y el trabajo. Debemos moralizar el capitalismo. Refundarlo. Eso no quiere decir destruirlo. Destruirlo es dar un paso atr¨¢s, renunciar a todo lo hecho. Pero, o lo refundamos, o se destruir¨¢".

Luego se inclin¨® en la tribuna y a?adi¨®, en un tono algo desafiante: "El 2 de abril, nos reuniremos en Londres los integrantes del G-20 para arbitrar las nuevas reglas financieras. Yo me considero un gran amigo de Estados Unidos. S¨¦ que junto a Estados Unidos cambiaremos el mundo. Pero todo ha cambiado. Ya no hay ning¨²n pa¨ªs, tampoco EE UU, que pueda decir a los otros lo que hay que hacer, c¨®mo hay que actuar". Y prosigui¨®: "Despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial s¨®lo exist¨ªa una moneda en el mundo [refiri¨¦ndose al d¨®lar] pero ahora existen varias y todos podemos utilizarlas y utilizar nuestros tipos de inter¨¦s".

A?adi¨® que Francia apostar¨¢ por la acci¨®n, por el movimiento, y termin¨® su discurso tras mencionar (otra vez) a "Angela" y a "Tony".

Despu¨¦s, los tres l¨ªderes pol¨ªticos se separaron. Merkel y Sarkozy se reunieron en el palacio del El¨ªseo. Despu¨¦s anunciaron que en unas semanas se celebrar¨¢ en Berl¨ªn una reuni¨®n preparatoria de los miembros europeos del G-20 para que en la cumbre de abril Europa tenga una voz clara.

Tony Blair, por su parte, se qued¨® en la Escuela Militar, participando en un debate sobre nuevo capitalismo. En el pasillo, un periodista le record¨® que en julio de 2007 fue nombrado enviado especial a Oriente Medio del Cuarteto (Rusia, ONU, Uni¨®n Europea y Estados Unidos). Luego le pregunt¨® si no se sent¨ªa decepcionado por lo que ocurre en Gaza. Blair mir¨® para otro lado, sigui¨® andando por el pasillo y no contest¨®.