Desfile de sirenas

La primera gran gala de la temporada de premios cinematogr¨¢ficos en EE UU dej¨® una sucesi¨®n de onduladas siluetas de sirena en los Globos de Oro. Y si alg¨²n mensaje se esconde en las costuras de esta sensual l¨ªnea cl¨¢sica, ce?ida en las caderas y los muslos y voluminosa a partir de las rodillas, es la b¨²squeda de un aura mitol¨®gica, tal vez, por aproximaci¨®n a la criatura que le da nombre (con cola, incluida). Fue, junto a los hombros desnudos (gentileza de escotes palabra de honor o asim¨¦tricos), la principal noticia estil¨ªstica de un trozo de moqueta convertido en imprescindible escaparate para la promoci¨®n de joyas y ropa de lujo.

?ste es un momento dif¨ªcil para los tiros largos. La ostentaci¨®n resulta de p¨¦simo gusto, pero la industria de la moda est¨¢ ¨¢vida de un poco de energ¨ªa y optimismo. Una encrucijada ante la que las actrices han optado por un refugio siempre efectivo: los iconos cl¨¢sicos del viejo Hollywood. Algunas, tal vez con demasiado ah¨ªnco, como una Drew Barrymore cuyo complicado peinado lleva expl¨ªcita la comparaci¨®n con Marilyn Monroe. Fue, en todo caso, una de las pocas que se arriesg¨® a probar en su cabeza algo distinto al recogido limpio y sencillo. Tampoco hubo grandes alardes en lo que a maquillajes respecta. Espect¨¢culo, s¨ª, pero sin pasarse.

Aunque Christian Dior y ?scar de la Renta ganaron probablemente la batalla cuantitativa (el primero visti¨® a Drew Barrymore, Demi Moore, Eva Mendes y Sandra Bullock; el segundo, a Amy Adams y Marisa Tomei, entre muchas otras) fueron otros los grandes triunfadores.

A Donatella Versace le fue francamente bien gracias a la sencilla distinci¨®n de Angelina Jolie y a la cer¨²lea exquisitez de January Jones (Betty Draper en la serie Mad Men). Un refrescante sorbo de azul en una marea de exultantes blancos, c¨®modos negros, brillos met¨¢licos, p¨¢lidos grises y tostados. Jones estuvo pr¨¢cticamente sola en una defensa del color a la que s¨®lo se sumaron Cameron D¨ªaz y su Chanel de alta costura fucsia, Eva Longoria con un rojo cincelado de Reem Acra y una valiente Maggie Gyllenhaal con un Lanvin de leopardo azul.

Aunque uno de los mayores tantos se lo marc¨® Stefano Pilati. Este oto?o-invierno ha lanzado una colecci¨®n-c¨¢psula en Yves Saint Laurent, llamada Edition Soir, que busca "ofrecer soluciones eficientes y elegantes para la vida en el glamuroso siglo XXI". Una suerte de semialta costura compuesta por 14 siluetas base que se pueden modular en 14 colores, 7 materiales y 7 potenciales bordados. Para apreciar sus posibilidades, a partir de ahora, el mundo s¨®lo tiene que admirar a la reina de la noche, la doblemente premiada Kate Winslet, y el sutil pero innegable recuerdo del esmoquin que contiene su vestido de sat¨¦n negro. Dif¨ªcil imaginar un anuncio mejor. S¨®lo las exuberantes incongruencias de Jennifer L¨®pez y Salma Hayek, impiden afirmar que las mujeres optaron en bloque por la seguridad que da la elegancia sin fisuras de la era dorada del cine.

Los hombres tomaron caminos definitivamente m¨¢s dispares. Distan kil¨®metros entre el voluntarioso desarreglo de Robert Downey Jr (con zapatillas de deporte y pelo de reci¨¦n levantado) y el impecable traje a medida, cruzado y en azul medianoche, que luci¨® Tom Cruise. O entre la sobriedad de Bruce Springsteen y el carnavalesco Mickey Rourke.

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