Desventuras de la innovaci¨®n en el 2009
EMPRESARIOS Y ANALISTAS dicen confiar en la innovaci¨®n para seguir adelante a pesar de la recesi¨®n. La historia de las TIC, la de Silicon Valley en particular, parece darles la raz¨®n. El optimismo, sin embargo, podr¨ªa ser peligroso porque no estamos viendo muchas innovaciones y por las insuficiencias del concepto.
Aunque fuese solamente en t¨¦rminos simb¨®licos, con Macworld sin Steve Jobs y el CES sin Bill Gates, por primera vez en muchos a?os (en ambos casos), este inicio del 2009 parece marcar un cambio de era. Y no para m¨¢s, sino para menos.
Apple hab¨ªa hecho lo posible para que nadie esperara demasiado de la MacWorld de este a?o. Gracias a esto no hay decepci¨®n, pero tampoco hay satisfacci¨®n. Hasta David Pogue, gran partidario de la marca, tuvo que satisfacerse con "peque?as joyas evoluciondas". Nada de gran salto hacia adelante.
Estamos presenciando una desaceleraci¨®n de las TIC que pasan de unos quince a?os de revoluci¨®n a una era de evoluci¨®n m¨¢s gradual.
Chris O'Brien de SiliconValley.com recordar¨¢ esta MacWorld por lo que no pas¨®. A la ausencia de Jobs agrega la falta de productos radicalmente nuevos.
Chris O'Brien de SiliconValley.com recordar¨¢ este Macworld por lo que no pas¨®. A la ausencia de Jobs agrega la falta de productos radicalmente nuevos. Conclusi¨®n l¨®gica, "daba la impresi¨®n de una compa?¨ªa haciendo una gran transici¨®n de una era a la siguiente. En lugar de la sensaci¨®n de revoluci¨®n del decenio pasado, esta nueva fase de Apple ser¨¢ evolucionaria".
Reunido de manera parcialmente simult¨¢nea, el Consumer Electronics Show de Las Vegas no fue muy diferente. Los productos tampoco entusiasmaron.
Steve Ballmer, presidente de Microsoft, cuenta con una "innovaci¨®n org¨¢nica" para ganarle a Google. Gary Shapiro, organizador del CES, est¨¢ convencido de que su rama sacar¨¢ a su pa¨ªs de la recesi¨®n porque "la innovaci¨®n crea inversiones. La innovaci¨®n crea nuevos empleos y nuevas formas de hacer las cosas. Hay mucha innovaci¨®n por venir". Por lo expuesto este a?o da la impresi¨®n de que la realidad est¨¢ lejos de los discursos.
Un poco m¨¢s conceptual, John Chambers, presidente de Cisco Systems, admite que la pr¨®xima ola no ser¨¢ asunto de aparatos, sino de redes. "Cualquier contenido ser¨¢ compartido por cualquier aparato gracias a cualquier combinaci¨®n de redes". Habla de los diez pr¨®ximos a?os, pero, por ahora, los gadgets se multiplican sin que se cumpla lo que todo el mundo necesita: algo que permita conectarlos entre s¨ª de manera sencilla.
Saul Hansell del New York Times estima que "por maravillosos que sean todos esos juguetes, la mayor¨ªa de los aparatos desplegados este a?o no son islas electr¨®nicas. Casi todos son peque?as computadoras que quieren conectarse con otros aparatos computerizados, independientemente de quien los fabrique".
La innovaci¨®n palpable hoy parece insuficiente tanto para resolver este problema b¨¢sico como para darle un nuevo dinamismo a las TIC. Pero eso no es lo m¨¢s grave. Podr¨ªamos estar en un momento m¨¢s complicado (y no solamente por la crisis financiera y econ¨®mica) en el cual la innovaci¨®n -motor esencial de las TIC- no sea suficiente.
"La innovaci¨®n muri¨® en 2008" escribi¨® el 31 de diciembre el columnista Bruce Nussbaum. "La mataron la sobreexplotaci¨®n, el uso a destiempo, la estrechez de esp¨ªritu, el gradualismo y la incapacidad de evolucionar". La innovaci¨®n, "revel¨® ser d¨¦bil como t¨¢ctica y como estrategia frente a las turbulencias econ¨®micas y sociales".
En su lugar propone el concepto de "transformaci¨®n", una gu¨ªa, seg¨²n ¨¦l, mucho m¨¢s ¨²til para el futuro. "La innovaci¨®n implica cambiar lo que est¨¢; la transformaci¨®n implica crear lo nuevo" (sic). Afirma que "nuestras vidas estar¨¢n organizadas alrededor de plataformas digitales y de redes que sustituir¨¢n edificios y grandes organizaciones, poniendo el acento sobre la gente dise?ando redes y sistemas en base a sus deseos y necesidades".
Estamos presenciando una desaceleraci¨®n de las TIC que pasan de unos quince a?os de revoluci¨®n a una era de evoluci¨®n m¨¢s gradual en un momento en el cual hace falta acelerar y cambiar de l¨®gica. A los rigores de la crisis se agregan los imperativos de las transformaciones. S¨®lo sobrevivir¨¢n las empresas capaces de enfrentarse a la vez a ese doble obst¨¢culo; pero otras nacer¨¢n.
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