?Hasta cu¨¢ndo y hasta d¨®nde la impunidad de Esperanza Aguirre?
En la Comunidad de Madrid vivimos una situaci¨®n sin precedentes, que tiene que ver con un concepto absolutamente instrumentalizador de la pol¨ªtica, entendida ¨²nicamente al servicio de los intereses partidistas o, para ser m¨¢s exactos, de la direcci¨®n del Partido Popular de Madrid, que protagoniza Esperanza Aguirre a costa de convertir la regi¨®n madrile?a en el campo de pruebas del ultraliberalismo econ¨®mico.
Esperanza Aguirre nada a contracorriente, sin complejos: cuando la Comunidad de Madrid atraviesa una intensa crisis econ¨®mica que se deja sentir con crudeza en el empleo y, por tanto, en las condiciones de vida de la poblaci¨®n madrile?a, el Gobierno regional que preside Esperanza Aguirre restringe el gasto p¨²blico.
La mayor¨ªa absoluta del PP impondr¨¢ una normativa sobre Caja Madrid no consensuada ni consultada
Cuando el di¨¢logo social subraya su necesario protagonismo para hacer frente a una situaci¨®n econ¨®mica y laboral sin precedentes, y consecuentemente tambi¨¦n el papel de los sindicatos como representantes y vertebradores de intereses sectoriales y generales de los trabajadores y las trabajadoras, con capacidad, por tanto, de intervenir en las pol¨ªticas p¨²blicas, Esperanza Aguirre considera que se trata de una intromisi¨®n inaceptable en el campo de la pol¨ªtica, que s¨®lo los partidos, y en particular el partido de gobierno, pueden desarrollar, e inicia un ataque sin precedentes, repleto por cierto de insultos y descalificaciones, tambi¨¦n contra las estructuras sindicales, que no es sino un ataque a la propia pol¨ªtica, a la propia democracia.
Cuando la iniciativa p¨²blica es m¨¢s necesaria para dinamizar la econom¨ªa madrile?a, cuando m¨¢s preciso es interponer medidas que mantengan y generen empleo, que protejan a las personas desempleadas, que garanticen la universalidad y gratuidad de la sanidad y la educaci¨®n, Esperanza Aguirre habla de mercado.
Cuando m¨¢s importante es garantizar la igualdad, la equidad y la cohesi¨®n social, Esperanza Aguirre deja de invertir, recorta brutalmente el Presupuesto de la Comunidad de Madrid y pone el gasto p¨²blico al servicio de la financiaci¨®n de lo privado.
Y lo hace a trav¨¦s del recorte de las inversiones, de que se incrementen de manera abrumadora los conciertos educativos y f¨®rmulas privadas de gesti¨®n hospitalaria, as¨ª como las transferencias a las familias para la compra de servicios, que deber¨ªan estar garantizados desde la oferta p¨²blica, a la empresa privada, cada vez a menor precio, cada vez de menor calidad, cada vez m¨¢s residuales, de car¨¢cter m¨¢s asistencial. Se le llama, eso s¨ª, "optimizaci¨®n del gasto p¨²blico".
Pero lo hace tambi¨¦n a trav¨¦s de la enajenaci¨®n de lo p¨²blico, desde un concepto de cortijo de lo que significa gobernar, que implica la transformaci¨®n del Canal de Isabel II, empresa p¨²blica responsable del abastecimiento de agua a la Comunidad de Madrid, que a?o tras a?o obtiene importantes beneficios econ¨®micos que van a parar a las arcas p¨²blicas y, por tanto, revierten en beneficio de la ciudadan¨ªa madrile?a, que se convierte en una sociedad an¨®nima, as¨ª como la venta a particulares del 49% de las acciones; la mercantilizaci¨®n de un bien como el agua supone incorporar criterios de mercado, entre ellos el abaratamiento de costes, lo que hace m¨¢s que dudoso el mantenimiento de los niveles de calidad del agua madrile?a.
Sin embargo, el ultraliberalismo econ¨®mico precisa de una base pol¨ªtica totalitaria. Y ah¨ª Esperanza Aguirre tambi¨¦n se desenvuelve con soltura.
Es el caso de Telemadrid, en el que la escandalosa manipulaci¨®n informativa ha sido pareja a la p¨¦rdida de credibilidad, imagen y audiencia de este medio de comunicaci¨®n p¨²blico, en una constante, que ha venido creciendo de manera simult¨¢nea al desarrollo de la acci¨®n de Gobierno en la Comunidad de Madrid. Ambos elementos tienen su punto de articulaci¨®n en una gesti¨®n no s¨®lo desastrosa por parte de la actual direcci¨®n de Telemadrid, sino anclada en los m¨¢s rancios criterios del clientelismo y su imagen reversa, la persecuci¨®n. As¨ª, decenas de periodistas de Telemadrid han visto mermados sus derechos, su libertad de expresi¨®n, su capacidad profesional y han sido objeto de un control continuo.
Y ahora le toca el turno a Caja Madrid.
La nueva Ley Aguirre de Cajas es posible gracias a la mayor¨ªa absoluta del PP en la Asamblea de Madrid, que impondr¨¢ por primera vez en la historia una normativa sobre Caja Madrid no consensuada con la oposici¨®n ni consultada con los agentes sociales.
Se trata de una normativa que ha entrado "por la puerta de atr¨¢s", a trav¨¦s de unas enmiendas a la Ley de Acompa?amiento de los Presupuestos Generales de la Comunidad de Madrid, presentadas por el Grupo Popular en la Asamblea con el plazo justo, en el ¨²ltimo minuto pr¨¢cticamente, de tal modo que se ha hurtado la posibilidad del necesario debate, que como en otras materias tampoco ha interesado y las necesarias tambi¨¦n modificaciones como consecuencia al texto.
Y es que lo que pretende el Gobierno de Esperanza Aguirre, irrumpiendo de manera grotesca y a todas luces de manera irregular en el proceso electoral convocado por los ¨®rganos de gobierno de Caja Madrid, no es otra cosa que el control pol¨ªtico de esta entidad financiera, a costa de lo que sea, incluso del propio deterioro de la imagen de la misma.
Y, adem¨¢s, lo hace en un momento econ¨®mico de crisis profunda, lo que sin duda a?ade una gran dosis de irresponsabilidad a los movimientos pol¨ªticos del Gobierno Aguirre, que, lejos de preocuparse de que el dinero llegue a los ciudadanos y a las empresas, est¨¢ m¨¢s preocupada por c¨®mo conseguir, pese a quien pese, el control pol¨ªtico de esta entidad financiera.
Rodolfo Benito Valenciano es miembro de la Comisi¨®n Ejecutiva Confederal de CC OO. Consejero de Caja Madrid en representaci¨®n de Entidades Sociales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.