"M¨¦xico no es un Estado fallido"
Durante una hora y tres minutos, Patricia Espinosa, secretaria de Relaciones Exteriores en el Gobierno de Felipe Calder¨®n, trata de demostrar con datos en la mano que, pese a su sangriento d¨ªa a d¨ªa, "M¨¦xico no es un Estado fallido". Esa posibilidad -la de que el Estado pudiera estar perdiendo el control del pa¨ªs a manos del narcotr¨¢fico- se inclu¨ªa en un estudio reciente del Ej¨¦rcito estadounidense que aqu¨ª ha sentado como un tiro.
Esta mujer de 50 a?os y una larga experiencia diplom¨¢tica -ingres¨® hace 27 a?os en el servicio exterior mexicano y fue embajadora en Alemania y Austria- ha reunido en su despacho a los corresponsales de cuatro peri¨®dicos internacionales para explicarles que la situaci¨®n, con ser grave, no afecta a todo el pa¨ªs, sino fundamentalmente a 6 de los 32 estados de la Rep¨²blica: Baja California, Chihuahua, Sinaloa, Durango, Michoac¨¢n y Guerrero.
"Pedimos a Obama que se cumpla la ley que proh¨ªbe exportar armas"
"La violencia no es generalizada. No quiero minimizar el problema. Somos los primeros preocupados. Pero hablar de un Estado fallido es hablar de una violencia generalizada y de una falta de control del territorio. Y ese no es el caso de M¨¦xico. Es verdad que hay ciertas plazas donde la violencia se ha exacerbado. Hemos detenido a los capos, debilitado sus organizaciones, y los sicarios que estaban a sus ¨®rdenes est¨¢n intentando adquirir el control. No hay que olvidar un dato muy importante. De cada 10 asesinatos, nueve son de personas vinculadas con las bandas del narcotr¨¢fico. No es la poblaci¨®n civil la que est¨¢ muriendo en M¨¦xico".
Patricia Espinosa estuvo presente el pasado lunes en la reuni¨®n que mantuvieron en Washington el presidente electo de EE UU, Barack Obama, y el de M¨¦xico, Felipe Calder¨®n. Dos d¨ªas antes, la secretaria de Relaciones Exteriores tambi¨¦n tuvo un papel protagonista en el encuentro que el presidente mexicano mantuvo con sus embajadores para instarles a que difundan por el mundo el mensaje de que M¨¦xico ganar¨¢ la batalla.
Espinosa explica que muchos de los males actuales no son m¨¢s que consecuencia de d¨¦cadas de dejaci¨®n. "Cuando el presidente Calder¨®n lleg¨® al Gobierno se encontr¨® una situaci¨®n de mucho deterioro. Ning¨²n gobierno hab¨ªa hecho lo que estamos haciendo ahora. Se hab¨ªa optado por pactar, por tolerar, y las organizaciones criminales fueron obteniendo un mayor nivel de poder econ¨®mico, mayor capacidad para corromper. Fueron adquiriendo mayor control de los espacios en el pa¨ªs. El presidente Calder¨®n decidi¨® entonces que la pol¨ªtica de tolerancia no era una opci¨®n para M¨¦xico. En un pa¨ªs donde hay pobreza, donde hay marginalidad, donde hay tantas carencias, pensar en pactar para evitar la violencia significar¨ªa condenar a muchos j¨®venes mexicanos a caer en las drogas y a convertirse en delincuentes. Todo esto se ve muy claro en la cifra de los asesinados. La mayor parte de ellos son menores de 30 a?os, j¨®venes que fueron captados a la salida de la escuela, les ofrecieron dinero, les dijeron que iban a ser ricos, los reyes entre sus amigos...".
Hay sobre la mesa de la secretaria una serie de gr¨¢ficos para apoyar su tesis de que -salvo en algunos Estados donde las calles siguen siendo campo de ba-talla-, el Gobierno est¨¢ ganando el envite. Patricia Espinosa pone el ¨¦nfasis sobre las incautaciones. De droga -m¨¢s de 4.000 toneladas-, de armas -m¨¢s de 30.000-, de cartuchos suficientes para abastecer a un ej¨¦rcito durante meses, de m¨¢s de 13.000 veh¨ªculos y 338 avionetas. De dinero, de muchos d¨®lares en billetes grandes... "Y las armas que incautamos no son s¨®lo rev¨®lveres. Son armas de calibre 50, armas que perforan autos blindados, incluyendo lanzamisiles, armas capaces de derribar helic¨®pteros...".
?De d¨®nde vienen esas armas? "Lo hablamos con Obama. El presidente Calder¨®n fue muy claro al decirle: a EE UU le interesa tener una frontera segura; a nosotros tambi¨¦n. Tenemos entonces un reto importante en fortalecer nuestra capacidad conjunta de supervisar la frontera. No s¨®lo para detener lo ilegal que va y viene, sino para facilitar el tr¨¢nsito de lo legal. Pero no hay que olvidar que, a lo largo de los 3.000 kil¨®metros de frontera, en el lado estadounidense hay m¨¢s de mil tiendas de armas, adem¨¢s de las ferias de armas que se organizan con mucha frecuencia. Y nosotros en ese sentido hemos insistido en que se cumpla la ley estadounidense que proh¨ªbe la exportaci¨®n de armas a pa¨ªses en los cuales esas armas est¨¢n prohibidas".
Y pone un ejemplo: "Hace unos d¨ªas logramos uno de los decomisos m¨¢s grandes. Fue en Reynosa: medio mill¨®n de municiones, adem¨¢s de Barret 50, AK-47, lanzamisiles. Est¨¢ comprobado que m¨¢s del 90% de esas armas vienen de EE UU. La ATF -un departamento del Tesoro estadounidense que controla la venta de alcohol, droga y armas- ha venido a M¨¦xico y lo ha certificado. Las armas vienen de all¨ª. Se lo hemos dicho a Obama. Hay mucho por hacer, y lo tenemos que hacer juntos".
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