Caballos
No he visto una pel¨ªcula m¨¢s amarga que Danzad, danzad, malditos. Posiblemente conocen esa obra de arte. Yo la recuerdo cada vez que veo programas como La noria o ?D¨®nde est¨¢s, coraz¨®n?
Durante la Gran Depresi¨®n, tras la cat¨¢strofe burs¨¢til de 1929, se organizaban maratones de baile. Legiones de estadounidenses fam¨¦licos bailaban durante d¨ªas y semanas, sin interrupci¨®n, son¨¢mbulos, para alcanzar el premio concedido a la pareja que m¨¢s resist¨ªa. La pel¨ªcula de Sydney Pollack, basada en una novela de Horace McCoy y filmada en 1969, cuenta la historia de dos muchachos en uno de esos maratones. Cuando Gloria (Jane Fonda) y Robert (Michael Sarrazine) descubren que el premio es una miseria, abandonan. Gloria se siente al final del camino un caballo roto y sin esperanza, e intenta dispararse, pero no lo consigue. Pide a Robert que lo haga por ella y Robert lo hace. Cuando la polic¨ªa detiene al joven y le interroga, Robert pronuncia la frase del t¨ªtulo original: "?Acaso no matan a los caballos?".
Miren a los personajes de La noria, DEC y programas similares. M¨ªrenlos a todos: famosillos, tertulianos, periodistas, monstruos. Mienten, gritan, se humillan y se pelean por un dinerillo. Podemos hablar de bastantes miles de euros: sigue siendo dinerillo. Lo que se recibe a cambio de la dignidad es siempre dinerillo.
Tal vez estemos adentr¨¢ndonos en una nueva Gran Depresi¨®n. Eso abrir¨ªa grandes posibilidades televisivas: imaginen las colas para aparecer en esos programas. El p¨²blico, el mismo p¨²blico hoy que el que 80 a?os atr¨¢s re¨ªa cuando una de las parejas ca¨ªa agotada al suelo, espumeando por la boca, puede pas¨¢rselo de f¨¢bula.
Me asquea m¨¢s el p¨²blico que los participantes. Quienes dan el espect¨¢culo son gente que, por una u otra raz¨®n, necesita unas monedas y hace lo que sea por ellas. Son pobres caballos heridos.
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