Esparadrapo para el costur¨®n

Sea por imperativos del viaje al centro (de la Tierra), por no alterar su paz interior, por el s¨ªndrome de Estocolmo o porque tambi¨¦n les ponen algo en el agua, el caso es que los socialistas valencianos de las tres provincias hermanas har¨¢n causa com¨²n con el PP para intentar enmendar el informe de la eurodiputada danesa Margrete Auken sobre las tropel¨ªas perpetradas en el urbanismo valenciano -otro ox¨ªmoron en nuestro cat¨¢logo de imposibles-, que el Parlamento Europeo votar¨¢ en v¨ªsperas de carnaval. Con tanto arrumaco, podr¨ªan intercambiar el disfraz, puesto que ambos partidos encuentran sesgado, duro, excesivo, incluso desfasado, el texto compilado por la eurodiputada Auken, en el que se aconseja una moratoria para futuras embestidas urban¨ªsticas sin garant¨ªa en el suministro de agua, as¨ª como una reforma de la legislaci¨®n que ha permitido, amparado y estimulado tanto abuso. Adem¨¢s de otras indicaciones que han provocado la reacci¨®n, cual valencianas indignadas, de estas gentes de orden que tantos negociados e intereses comparten, no necesariamente en proporciones equitativas. Hasta el presidente Francisco Camps descendi¨® un instante de la Osa Mayor para reprender a los socialistas y animarles a que pidan perd¨®n por haber alentado en a?os recientes informes susceptibles de empa?ar la postal del para¨ªso: visite piso piloto. Entre unos y otros intentan poner un esparadrapo al costur¨®n por el que se esfumaron los ¨²ltimos vestigios homologables a la Europa observante de las leyes y las buenas maneras. A buenas horas.

C¨®mplices en esta comedia de enredo, PP y PSOE parecen empe?ados en olvidar que anteayer mismo este territorio era pasto del saqueo, y que episodios como la invasi¨®n de los b¨¢rbaros o el asedio cartagin¨¦s a Sagunto eran inocentes partidas de sambori, comparadas con la magnitud del asalto a cualquier hanegada de hortalizas puesta a tiro e inmediatamente capturada por la flota corsaria que surcaba el territorio bajo pabell¨®n inmobiliario. La veda de hect¨¢reas m¨¢s o menos v¨ªrgenes, recuerden, se levant¨® con el benepl¨¢cito de todas las administraciones que se sumaron al festejo y por comisi¨®n u omisi¨®n, con licencia para recaudar o potestad para mirar a otro lado, contribuyeron al horizonte de gr¨²as y cemento. Mun¨ªcipes hubo que mientras firmaban manifiestos para salvar la huerta, recalificaban otro pedazo. En aras del inter¨¦s general, huelga decir. Por no hablar de aberraciones a¨²n vigentes como el Nou Mil¡¤leni de Catarroja, un desprop¨®sito que, de llevarse a cabo, duplicar¨¢ sus m¨¢s de 26.000 habitantes. ?Es que se aburren, o no encuentran pareja? Rechazan el informe Auken, pero antes del hundimiento s¨®lo falt¨® que la ONU enviase cascos azules a los solares sin edificar, a fin de protegerlos del imparable avance de las hormigoneras. De no mediar el estropicio financiero, a estas horas la superficie urbanizable alcanzar¨ªa el ¨²ltimo corral de vacas en el interior y las doce millas que marcan el l¨ªmite de las aguas territoriales. La ventaja de la unidad de acci¨®n entre PP y PSOE es que pronto el electorado no necesitar¨¢ distinguir entre original y fotocopia en este vasto espacio, al que tal vez se sumar¨¢ la blaverovergencia en ciernes. Con o sin sanci¨®n de la Euroc¨¢mara, ser¨¢ dif¨ªcil volver a la hegemon¨ªa del ladrillo. Su esplendor, no obstante, perdurar¨¢ en las obras que desarrollan ininterrumpidamente las Cortes Valencianas, desde que un presidente llamado Garc¨ªa Miralles ech¨® la primera paletada en la Ciudad Prohibida. All¨¢ por la Dinast¨ªa Ming.