Escatolog¨ªa
La excelente pel¨ªcula El desaf¨ªo. Frost contra Nixon (se estrena pronto) es la historia de un combate a varios asaltos en la que las armas y el juez no son los pu?os, sino algo mucho m¨¢s demoledor como las c¨¢maras de televisi¨®n. El entrevistador David Frost, alguien sin ning¨²n talento deslumbrante pero que sabe todo sobre el poder de la tele, hace confesar en p¨²blico sus miserias al astuto y escurridizo Richard Nixon, al rey de los tramposos. Y el derrumbe, la inconsolable derrota, la lacerante soledad del mentiroso, llegar¨¢ a trav¨¦s de un primer plano definitivo, m¨¢s revelador que un mill¨®n de palabras sabiamente orquestadas.
Imagino que Zapatero, en el arriesgado cuerpo a cuerpo con el atemorizado, reivindicativo o esc¨¦ptico pueblo llano que le pide cuentas al gran timonel, ha recibido clases y tambi¨¦n improvisa con la gestualidad, la mirada, el movimiento de sus manos, la forma de escuchar, la sonrisa. Y lo hace bien, se sabe el papel. Incluido el previsible plano final, acerc¨¢ndose c¨¢lidamente a la chica con s¨ªndrome de Down. En ese momento tambi¨¦n se suma a la charla un individuo inquietante, chaleco de cuero, pajarita, gafas negras, bigote con s¨ªntomas de a?oranza franquista, al que no le han concedido la palabra y que sonre¨ªa en plan hiena cuando le enfocaba la c¨¢mara. Supongo que los guardaespaldas de Zapatero sufrieron un sobresalto ante tanta cercan¨ªa. Y me identifico con los indisimulados e irreverentes bostezos de otro de los invitados cuando el humanista presidente se empe?a en convencernos de que no hay mal que cien a?os dure.
Aunque aguantara hasta el final, no encontr¨¦ nada fascinante en el recital de este aceptable actor ante los l¨®gicamente encabronados miuras, pero reconozco que sabe hacer su trabajo, y entiendo que siga manteniendo la fidelidad de su parroquia en ¨¦poca de incertidumbres, evidencias terror¨ªficas y oscuridad duradera. S¨®lo tienen que mirar el careto y el discurso de Aznar para certificar que existe lo malo y lo peor. Y no tengo nada claro que el ¨²nico y compartido anhelo de los espa?oles hacia su persona sea que se vaya a cagar, seg¨²n certifica el sutil, elegante y volteriano Luis Herrero en ese programa de Telemadrid que dirige la acorralada v¨ªctima Esperanza Aguirre.
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