El primer a?o de la era Bruni
La primera dama de Francia ha pulido la imagen de Sarkozy y le ha abierto las puertas de la izquierda burguesa
Carla Bruni lleva ya un a?o calzando zapato plano. Desde que se cas¨® con el presidente franc¨¦s, Nicol¨¢s Sarkozy, la modelo nacida en Italia ha intentado ponerse a la altura de su marido, aunque sea imposible menguar su 1,76 de altura hasta el 1,68 de su esposo. "A¨²n estoy aprendiendo y prepar¨¢ndome para mi labor p¨²blica como esposa del presidente", confiesa, siempre discreta.
En este tiempo ha hablado poco, quiz¨¢ para no crear pol¨¦mica. En los ¨²ltimos d¨ªas se ha lanzado y ha recordado en un viaje a Roma donde intervino en un programa de televisi¨®n: "Sigo siendo italiana y de izquierdas". Tambi¨¦n ha contado algunos peque?os secretos de su vida matrimonial. La ex modelo y cantante asegura que su esposo nunca le ha pedido que cambie de opini¨®n - "ni yo cambiar¨ªa"- y que la considera "pol¨ªticamente m¨¢s compleja", que simplemente de "izquierdas". "?l cree que yo veo la parte humana y ¨¦l la t¨¦cnica", explica Bruni, para quien ser de izquierdas significa "tener en cuenta las injusticias, aunque no las sufra".
Todo el dinero que gana desde que est¨¢ en el El¨ªseo va a causas ben¨¦ficas
La aparici¨®n de Michelle Obama ha oscurecido su reinado
Tambi¨¦n ha contado que no se mete en pol¨ªtica, lo que no quita para que por la noche, cuando ¨¦l llega a casa, tenga que o¨ªr lo que ella piensa sobre algunos temas. La casa es la de ella. Porque Bruni puso como condici¨®n en su uni¨®n intentar mantener en el d¨ªa a d¨ªa sus h¨¢bitos de siempre, entre ellos, poder seguir trabajando en el estudio de grabaci¨®n que tiene en su hogar.
Pero sin duda uno de los mayores m¨¦ritos de Carla Bruni en este a?o que llevan juntos ha sido pulir algo a su esposo, con esa querencia que tiene a la ostentaci¨®n de joyas de oro, corbatas chillonas y relojes gigantes. Tambi¨¦n le debe el presidente a su esposa haber ampliado su c¨ªrculo social acerc¨¢ndole incluso hasta al mundo de la cultura, algo ins¨®lito para ¨¦l. Tambi¨¦n las puertas de la izquierda burguesa jam¨¢s se habr¨ªan abierto para ¨¦l si no hubiera entrado del brazo de una mujer como Carla Bruni.
Ella, mientras, ha descendido de la pasarela para subirse a los escenarios de donde a¨²n no ha bajado. El presidente de la Rep¨²blica Francesa ha conseguido cortarle los tacones, pero no que suelte la guitarra. Ya casada, sac¨® su tercer disco, Comme si de rien n'¨¦tait (Como si nada), donde dice ser una ni?a con sus "40 a?os y 30 amantes". Los beneficios del disco fueron a parar a diversas causas humanitarias y, para que fueran cuantiosos, la esposa del presidente de Francia no dud¨® en recorrer varias televisiones europeas susurrando sus elocuentes canciones (una de ellas, supuestamente dedicada a Sarkozy: Mi droga).
Tambi¨¦n su faceta de modelo la revisita en ocasiones, sobre todo cuando se trata de sus posados m¨¢s atrevidos. Un desnudo suyo se subast¨® el a?o pasado por casi 58.000 euros. Otro fue utilizado por las aerol¨ªneas Virgin para promocionar sus vuelos. Y un tercero se estamp¨® en unos bolsos, cuya firma va a tener que indemnizar a la ex-modelo con 40.000 euros por utilizar su imagen sin su consentimiento.
El dinero, como todo lo que gana desde que est¨¢ en los Campos El¨ªseos, ir¨¢ destinado a causas humanitarias. Esa faceta ben¨¦fica de Bruni va m¨¢s all¨¢ de la actividad habitual de las esposas de mandatarios y de pr¨ªncipes. Tampoco le viene de su ideolog¨ªa de izquierda burguesa. Su apoyo a la lucha contra el sida tiene mucho que ver con la reciente muerte de su hermano Virgilio.
S¨®lo por eso y por llevar los modelos de Dior y Chanel como ninguna, Francia le debe mucho. Pero no todos opinan as¨ª. Su protagonismo en ciertos viajes oficiales ha sido, para algunos analistas pol¨ªticos, excesivo. La prensa brit¨¢nica lleg¨® a titular cuando la pareja visit¨® a la reina Isabel II: "Sarkozy acompa?a a Carla Bruni en su viaje a Londres".
Ahora estos mismos analistas hablan y comparan la belleza refinada de Carla, con la contundencia de Michelle Obama. Porque si Bruni camina como descalza sobre sus sabrinas y susurra al hablar con su boca fina, como infantil, Michelle Obama es todo lo contrario: una mujer de boca generosa y caderas anchas que pisa fuerte con sus tacones por todas las alfombras del poder. La descendiente de esclavos negros, licenciada por Harvard que habita ya la Casa Blanca luce los modelazos como si fueran de andar por casa porque el mundo para ella es su casa.El reinado de Carla Bruni est¨¢ en el aire.
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