Auto de fe en la 'catedral'

A los tres minutos marc¨® el M¨¢laga, Luque, porque estaba all¨ª y en posible fuera de juego. Como para irritar a la grada. Como para que la tomase con el colegiado. Y el p¨²blico comenz¨® a animar al Athletic. Y el M¨¢laga triangulaba con rapidez y precisi¨®n. Y Luque remataba al poste. Y el p¨²blico animaba al Athletic. Y Baha fallaba, por un botecito malvado, en la raya de gol. Y medio minuto despu¨¦s Baha, enfadado, disparaba desde el centro del campo y casi emborronaba a Iraizoz. Y el p¨²blico animaba a pesar de que la ¨²nica oportunidad, entre medias, del conjunto rojiblanco fue un error garrafal en el blocaje del portero Goitia que Llorente, sorprendido, no pudo resolver. ?Y por qu¨¦ animaba el p¨²blico? ?Por la proverbial identificaci¨®n de San Mam¨¦s con su equipo? Puede ser. Pero el asunto ten¨ªa m¨¢s que ver con la magia, la superstici¨®n que se ha instalado en el Athletic. Trece partidos consecutivos de la Liga marcando al menos un gol garantizan una dosis de tranquilidad frente a la adversidad. M¨¢xime, cuando la afici¨®n ten¨ªa reciente la reacci¨®n ante el Sporting, el mi¨¦rcoles, tras recibir un gol a los 30 segundos.

Jugaba mejor el M¨¢laga, pero el Athletic tiene un hatillo de fe que a¨²n no se le ha agotado. Ser¨ªa Llorente, Ser¨ªa Yeste. O David L¨®pez. O Javi Mart¨ªnez. Y fue Yeste por mediaci¨®n de Llorente, que enga?¨® a la defensa del M¨¢laga con un recorte y un paso atr¨¢s que Yeste acarici¨® con su zurda para mandarlo al palo contrario del que habitaba Goitia. Pitaba San Mam¨¦s a Yeste, al que le sobra talento como le falta condici¨®n f¨ªsica, y le aplaudi¨® entonces. M¨¢s de uno en la grada pens¨® en lo de Gij¨®n.

Pero el M¨¢laga es otra cosa. El M¨¢laga tiene de todo. Le gusta el f¨²tbol, le gusta el bal¨®n y le gusta correr. Demasiado para un Athletic cada vez m¨¢s encorajinado, pero menos reflexivo. Y, encima, el M¨¢laga cuenta con Duda, un zurdo como Yeste, pero en mejor estado de forma. El portugu¨¦s asisti¨® en el primer gol y en el segundo, que cabece¨® Lolo. San Mam¨¦s ya se ha habituado al f¨²tbol de ida y vuelta, al de alto riesgo, al de no ir al v¨¢ter. Y al gol de Llorente, que caz¨® un bal¨®n en la media luna, se retorci¨® y lo clav¨® en el hierro de la red. Magn¨ªfico espect¨¢culo entre dos equipos que, por diferentes, hac¨ªan m¨¢s bella la pol¨¦mica.

Cualquiera pudo ganar. Cuesti¨®n de fortuna era el asunto. Y la ruleta determin¨® el 14. El de Susaeta. Y de cabeza en su duelo de peque?os con Calleja. Por algo animaba San Mam¨¦s, porque pens¨® en aquel Valencia que jug¨® como el M¨¢laga y perdi¨® como el M¨¢laga. ?Superstici¨®n? ?Qui¨¦n lo sabe?...