Livni llama a un Gobierno de unidad nacional
Netanyahu desoye la propuesta del centro y se decanta por una coalici¨®n con la extrema derecha
Pendientes todav¨ªa de que concluya el escrutinio, los l¨ªderes pol¨ªticos israel¨ªes no aguardaron un minuto para comenzar las negociaciones que desemboquen en la formaci¨®n del Ejecutivo. Nadie rechaza a nadie, ni desprecia una baza en este juego laber¨ªntico que puede prolongarse 40 d¨ªas. La candidata de Kadima, Tzipi Livni, que aventaja por un esca?o (28-27) al presidente del Likud, Benjam¨ªn Netanyahu, lo tiene claro. Entre otros motivos porque carece de alternativa. Ayer ofreci¨® a su principal contrincante sumarse a un Gobierno de unidad nacional. De momento, su rival despreci¨® la propuesta. A Netanyahu le salen las cuentas para aliarse con la ultraderecha, sus socios naturales, y convertirse, por segunda vez, en primer ministro.
Faltan por contar 150.000 sufragios de militares, que suelen votar conservador
Lo que ya se presagia es que no suceder¨¢ lo acaecido en 1984. Entonces, el jefe del Likud, Isaac Shamir, y sus socios, y el laborista Simon Peres y sus aliados, empataron. Y pactaron relevarse en el cargo. Dos a?os cada uno. "No habr¨¢ rotaci¨®n", advirti¨® ayer Silvan Shalom, uno de los principales dirigentes conservadores. "Ese m¨¦todo", a?adi¨®, "es elegido cuando ambos bloques disponen de 60 diputados y ahora no es el caso. Nuestra victoria es clara". De eso no cabe duda. Los grupos derechistas suman 65 de los 120 asientos en el Parlamento. Kadima, en una tesitura muy precaria, ni siquiera podr¨ªa sumar a los 11 legisladores de los partidos ¨¢rabes. Con ellos nunca se ha contado.
Restan por contabilizar 150.000 votos, casi todos de militares, y nadie descarta que el Likud empate a Kadima con 28 esca?os en la Kneset (Parlamento) dado que los sufragios en el Ej¨¦rcito suelen decantarse por los partidos de derecha. En 1996, fue ese recuento el que dio el vuelco a una victoria que parec¨ªa asegurada para el laborista Simon Peres. Al amanecer, los israel¨ªes se levantaron con Netanyahu como jefe de Gobierno. Pero si esta vez no sucediera lo mismo y Livni siguiera en cabeza tras la difusi¨®n final de los resultados, el ascenso del dirigente nacionalista y derechista al poder supondr¨ªa que, por primera vez, el partido m¨¢s votado no coloca a su candidato en la residencia oficial del primer ministro.
Livni se aferra como gato panza arriba a su exiguo, aunque no definitivo, triunfo electoral. "El pueblo me ha elegido. Siento gran responsabilidad para trasladar el poder que me ha otorgado en acci¨®n para unificar al pa¨ªs", declar¨® la sucesora de Ehud Olmert al frente de Kadima. Su argumento, no obstante, no se sostiene. El hecho de ser el grupo con m¨¢s esca?os no confiere, seg¨²n la normativa israel¨ª, el derecho a encabezar el Gobierno. Es el presidente quien, tras las consultas con todos los l¨ªderes con representaci¨®n parlamentaria, que se celebrar¨¢n la pr¨®xima semana, encomienda la tarea a quien considera que disfruta de m¨¢s probabilidades de culminarla. Livni carece, en principio, de esos apoyos.
Quien podr¨ªa emular a Golda Meir, la primera mujer en ostentar el cargo de primera ministra en Israel en la d¨¦cada de los setenta, se reuni¨® ayer con Avigdor Lieberman, el dirigente de Yisrael Beiteinu, el partido ultraderechista que acapara el voto de la inmigraci¨®n rusa y que promueve una agenda racista anti¨¢rabe. Las negociaciones no han hecho sino comenzar. Con 15 esca?os en su zurr¨®n, ser¨¢ ¨¦l, con casi toda certeza, quien despejar¨¢ la inc¨®gnita.
Tambi¨¦n Netanyahu arranc¨® su ronda de contactos con otros dirigentes. El primero, Eli Yishai, jefe del Shas, que atesora 11 asientos en la Kneset. El pol¨ªtico ultraortodoxo sefard¨ª fue contundente al expresar sus preferencias: "Nos comprometimos antes de las elecciones a recomendar al presidente Simon Peres que encargue a Netanyahu la formaci¨®n de Gobierno. El pueblo ha elegido a la derecha. Aunque, por supuesto, no descartamos nada". Nadie se cierra las puertas para meter la cabeza en el Gabinete. Al Shas, partido bisagra por antonomasia, siempre necesitado de las subvenciones p¨²blicas para su pobre parroquia, y tildado de extorsionador por muchos de sus rivales, nunca se le desprecia. Tampoco Lieberman, que no descart¨® ser socio en un Gobierno que incluya al Shas. Ha olvidado, o no concede demasiada importancia, a las palabras del rabino y l¨ªder espiritual, Ovadia Yosef, en v¨ªsperas de las elecciones. "Quien vote a Lieberman estar¨¢ reforzando a Satan¨¢s".
Casi todos los pactos son posibles en Israel. Las antag¨®nicas tesis pol¨ªticas de ambos partidos -laicos viscerales, Yisrael Beiteinu, fundamentalistas, el Shas- no impidieron que se sentaran juntos en el Gabinete de Olmert. Netanyahu observar¨¢ complacido que dos de sus eventuales aliados no se tiran los trastos a la cabeza.
Asuntos pendientes
- Ir¨¢n. Benjam¨ªn Netanyahu ha propuesto el bloqueo a Ir¨¢n. Tampoco ha descartado un ataque militar a sus instalaciones at¨®micas.
- Econom¨ªa. Se han destinado 4.200 millones de euros al rescate de los fondos de pensiones. El crecimiento para 2009 ronda el 1,5%
- Educaci¨®n. El sistema escolar, afectado por una escas¨ªsima inversi¨®n y huelgas frecuentes, ha sufrido un gran deterioro. La disputa entre sectores religiosos y laicos sobre los planes de estudios no tiene fin.
- Negociaciones con los palestinos. Netanyahu ha asegurado que no ir¨¢ m¨¢s all¨¢ de fomentar el desarrollo de Cisjordania. Livni tambi¨¦n depender¨ªa de aliados de la derecha. Respecto a Gaza, crecen las voces para derrocar a Ham¨¢s.
- Agua. Este invierno ha sido el m¨¢s seco en d¨¦cadas en Israel, que ya afronta serios problemas por la escasez. El sector agr¨ªcola apenas contribuye al crecimiento econ¨®mico.
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