Un futuro y dos o tres vacilaciones
Contra la crisis, ?m¨¢s Barcelona! No hay duda de que los meses en el ejercicio de la alcald¨ªa le han dado a Jordi Hereu un aplomo y una energ¨ªa que no ten¨ªa al estrenar el cargo. Ha modelado a su gusto el discurso heredado (en el sentido de que ¨¦l es el continuador de un proyecto que viene de etapas anteriores) y ahora se expresa con la fuerza que se resume en el grito de guerra que abre este art¨ªculo. Lo pronunci¨® el alcalde en la conferencia anual ante los periodistas, una disertaci¨®n que es a medias balance y a medias proyecci¨®n de futuro. No fue un torrente de ideas nuevas, no -Hereu es el depositario de los proyectos que Clos dej¨® en barbecho-, pero s¨ª la puesta de largo de una actitud m¨¢s personal y m¨¢s sincera. Y es por esta base real por lo que su "m¨¢s Barcelona" resuena en una o dos cosas que se han producido ¨²ltimamente y que marcan los claroscuros de la ardua construcci¨®n de la ciudad.
Los meses en el ejercicio de la alcald¨ªa le han dado a Jordi Hereu una energ¨ªa que no ten¨ªa al estrenar el cargo
La primera es la respuesta inmediata a la huida del Bread & Butter hacia Berl¨ªn. Barcelona, apenas secas las l¨¢grimas y la sorpresa, ya propone un sal¨®n de tendencias, un artefacto que est¨¢ un escal¨®n por debajo de la alta costura pero que da una idea de la ciudad young & trendy que al Ayuntamiento le fascina. Es una buena idea, pero tiene la contrapartida de abandonar (sin decirlo) el objetivo frustrante de la pasarela internacional que la capacidad creativa e industrial catalana podr¨ªa justificar. Gaud¨ª, Fashion Week, 080 y etc¨¦tera no han cuajado por motivos diversos, entre los que est¨¢n la indefinici¨®n de la Administraci¨®n, la falta de una inversi¨®n decidida, la competencia desleal, la sempiterna timidez en la respuesta... El resultado es que Barcelona apuesta por el consumo mientras el gran Josep Abril triunfa en Par¨ªs como dise?ador espa?ol, no s¨¦ si por voluntad propia o por un exceso de traducci¨®n de los cronistas de Madrid. Valdr¨ªa la pena reflexionar sobre este episodio, para que no se convierta en una pauta. Es correcto hacer de la necesidad virtud, pero tambi¨¦n es v¨¢lido prevenir para no tener que curar.
M¨¢s significativa es la operaci¨®n Spanair, que pone otra vez en ¨®rbita una clase empresarial catalana (llamarla "sociedad civil" es darle demasiada representatividad) que ten¨ªa el liderazgo en horas bajas. La conjunci¨®n de capital privado y apoyo institucional vuelve a dar frutos de una cierta ambici¨®n, as¨ª que no es extra?o que el Ayuntamiento quiera colgarse una porci¨®n grandota de la medalla colectiva, por m¨¢s que su protagonismo haya sido extremadamente silencioso hasta uno o dos d¨ªas antes del final feliz (a lo mejor para ahorrarse el marr¨®n si las cosas iban mal, como presagiaban). Pero el caso es que el alcalde, felicit¨¢ndose por la compra de Spanair, no dijo palabra sobre la gesti¨®n del aeropuerto o la asignaci¨®n preferencial que todav¨ªa conserva Iberia (y su alianza) en la futura T-1. Iberia no pretende potenciar El Prat, sino subordinarlo en una estrategia de low-cost y cabotaje, exactamente lo contrario que necesita la econom¨ªa catalana, que son conexiones n¨ªtidas. Para eso se compra Spanair.
La moda catalana sucumbi¨®, en parte, ante la claridad de objetivos que ha rodeado siempre Cibeles: una ¨²nica pasarela en Espa?a, situada en Madrid y bendecida con inversiones m¨¢s que millonarias. Exactamente lo mismo que ocurre con Barajas. ?Por qu¨¦ no se planta el alcalde Hereu delante de Magdalena ?lvarez, refractaria a atender las necesidades de Barcelona? Y de paso, ?por qu¨¦ no reclama el famoso traspaso de un servicio de Cercan¨ªas que contin¨²a desasistido de las inversiones prometidas? ?Por qu¨¦ estas gestiones quedan siempre en manos de la Generalitat, que las lleva en voz baja? ?Por qu¨¦ no darle a Barcelona el liderazgo de su futuro? Es cierto que buscar alternativas propias es un sistema operativo, que incluso remueve energ¨ªas, pero la alcald¨ªa de Barcelona es tambi¨¦n un cargo pol¨ªtico. Es un proyecto de ciudad en relaci¨®n con otras ciudades y con otros proyectos. La timidez del alcalde en este ¨¢mbito le resta credilibidad como dise?ador de las futuras ambiciones de Barcelona.
Sin embargo, el alcalde Hereu ha puesto una idea nueva en el archivo de futuros de Barcelona. Se trata de potenciar lo que supone esa Uni¨®n por el Mediterr¨¢neo establecida en la ciudad, una idea de fuerza imprevisible porque casi todo est¨¢ por hacer. El alcalde propone alojar un pool de entidades y organizaciones en la espl¨¦ndida mole de Sant Pau, un horizonte extraordinario que puede darle a Barcelona una capitalidad pol¨ªtica que dif¨ªcilmente le va a dar (por ahora) la pol¨ªtica a secas. Que pr¨¢cticamente nada de eso exista todav¨ªa no es un problema. A veces es el ¨®rgano el que crea la necesidad. Es bueno apostar m¨¢s por el futuro que por el presente: la capacidad comercial de la Fira, las conexiones internacionales de El Prat, la proyecci¨®n pol¨ªtica, todo viene a ser lo mismo, una actitud que los barceloneses agradecen. Nos gusta una ciudad fuerte, decidida, activa. La que planta cara a la crisis con iniciativas de largo alcance.
Patricia Gabancho es escritora.
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