Los nuevos ej¨¦rcitos del Papa en Espa?a
Los seminarios se vac¨ªan, pero miles de laicos mantienen y refuerzan el poder de la Iglesia
Dominicos, franciscanos o jesuitas contra kikos, legionarios o focolares. Mientras las ¨®rdenes religiosas tradicionales se repliegan a un discreto tercer plano, los nuevos movimientos eclesiales alimentan una revoluci¨®n en el seno del catolicismo. Los seminarios diocesanos se vac¨ªan -las vocaciones han ca¨ªdo un 30% desde 1990-, pero las parroquias registran una actividad renovada pese a la palmaria secularizaci¨®n de la sociedad espa?ola. Tambi¨¦n bulle la calle, a juzgar por las multitudinarias concentraciones de los ¨²ltimos a?os a favor de un modelo concreto de familia o contra la pol¨ªtica del Gobierno, la ley del aborto o la asignatura de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa.
Los protagonistas de esta revoluci¨®n tradicionalista son laicos y no m¨¢s de 500.000. ?se es, grosso modo, el n¨²mero de miembros que re¨²nen en Espa?a los movimientos m¨¢s importantes, como el Opus Dei, el Camino Neocatecumenal (o kikos, as¨ª denominados por su fundador, Kiko Arg¨¹ello), los Legionarios de Cristo, la Obra de Mar¨ªa (focolares) y Comuni¨®n y Liberaci¨®n (CyL).
Los protagonistas de esta 'revoluci¨®n' no suman m¨¢s de 500.000 personas
En la vanguardia se inscriben, entre otros, el Opus, 'kikos' y 'legionarios'
Estos monivientos, de ra¨ªz laica, se est¨¢n dotando de ramas sacerdotales
Promueven una forma de vida que recupera elementos muy tradicionales
Prestan ayuda a los obispos, cuyas convocatorias secundan en masa
Est¨¢n presentes en todos los sectores sociales, en la urbe y en el campo
M¨¢s distintos entre s¨ª de lo que a simple vista parece, comparten un par de semejanzas fundamentales: son eminentemente laicales -formados por laicos- y muy j¨®venes, o todo lo joven que se pueda ser en comparaci¨®n con los m¨¢s de 60 a?os que tiene de promedio un religioso en Espa?a. Tambi¨¦n suscriben una identificaci¨®n natural con la derecha sociol¨®gica, aunque sin adscripci¨®n partidista concreta.
La tercera caracter¨ªstica com¨²n la sirven en bandeja sus detractores: estas comunidades configuran a veces una iglesia paralela, sobre todo a medida que Roma reconoce su labor e importancia. La ¨²ltima gracia fue concedida al Camino Neocatecumenal, con la aprobaci¨®n por la Santa Sede, en junio de 2008, de unos estatutos jur¨ªdicos propios.
El fen¨®meno no es exclusivo de Espa?a, aunque el Opus y el Camino Neocatecumenal hayan surgido aqu¨ª, e imprime un rasgo de globalidad a la Iglesia del siglo XXI. Desde Roma, donde crecen en influencia al amparo del Vaticano, su aliento evangelizador se extiende ya por los cinco continentes, en especial en Am¨¦rica Latina -donde se concentra el 49,8% de los cat¨®licos del mundo, dice el Anuario Pontificio de 2008-, pero sin olvidar la lejana Ocean¨ªa, que vive "una primavera de misi¨®n", seg¨²n un despacho de la agencia vaticana Fides.
El fen¨®meno tiene poco m¨¢s de 30 a?os de vida, y responde al inter¨¦s confeso de Juan Pablo II -recogido por su sucesor, Benedicto XVI-, de frenar la galopante secularizaci¨®n de la sociedad, sobre todo en pa¨ªses con una mayor¨ªa nominal de cat¨®licos. Espa?a y Am¨¦rica Latina figuraron r¨¢pidamente en el punto de mira; la primera, por ser un terreno abonado por el Opus Dei, el Camino y el trasplante desde M¨¦xico, en la d¨¦cada de los cuarenta, de los Legionarios de Cristo. En el subcontinente americano, mientras, se trataba de frenar la introducci¨®n de las iglesias evang¨¦licas (y, sotto voce, la labor de los te¨®logos de la Liberaci¨®n). El prop¨®sito de enderezar una Iglesia debilitada por el aperturismo del Concilio Vaticano II se hallaba tambi¨¦n en la ra¨ªz de este impulso.
Aunque el punto de partida de esta reevangelizaci¨®n se sit¨²a en la ascensi¨®n al papado de Karol Wojtyla, en 1978, la consagraci¨®n de estas nuevas realidades data de 1998, a?o en que se celebr¨® en Roma el Congreso Internacional de los Movimientos Eclesiales. Asistieron 56 de estos grupos, pero recibieron el espaldarazo papal siete de ellos, entre ellos los kikos, los focolares, CyL y los legionarios, "por su representatividad universal". En la audiencia faltaba el Opus Dei, que por su condici¨®n de prelatura personal tiene l¨ªnea directa con el Vaticano.
El deseo de singularizarse, de marcar diferencias con respecto al resto dentro de este magma de fervor, es otra constante en estos grupos. "Los nuevos movimientos eclesiales son entidades diferentes del Opus Dei. Coinciden con el Opus Dei en que son igualmente instituciones de la iglesia, pero estos movimientos tienen una base asociativa y poseen formas jur¨ªdicas distintas, seg¨²n su carisma espec¨ªfico. El Opus Dei es una prelatura personal, que participa seg¨²n su fin peculiar en la misi¨®n general de la Iglesia cat¨®lica, formando parte de su estructura", subraya Antonio Hern¨¢ndez, director de comunicaci¨®n de la Obra.
?lvaro de Juana, portavoz de los kikos, afirma: "El Camino no es un movimiento, sino una realidad eclesial como el Movimiento Focolar o CyL, pero jur¨ªdicamente y en esencia es otra cosa. El pasado junio la Santa Sede aprob¨® definitivamente los estatutos del Camino como un catecumenado posbautismal. De ah¨ª que no sea un movimiento". Como dice el refr¨¢n, cada uno en su casa, y Dios en la de todos...
Las cifras de miembros son aproximadas, y siempre proporcionadas por las organizaciones. El Opus Dei -prelatura personal, que depende directamente del Papa y elude por tanto la autoridad de los obispos diocesanos- afirma tener unos 30.000 miembros en Espa?a. Del Camino Neocatecumenal forman parte en nuestro pa¨ªs unas 350.000 personas. De los 72 seminarios del Camino, los Redemptoris Mater, han salido 3.000 presb¨ªteros en todo el mundo. Tambi¨¦n hay sacerdotes entre los Legionarios de Cristo, o en CyL. Porque la paulatina sacralizaci¨®n de estos movimientos de ra¨ªz laica es otra de las caracter¨ªsticas de este fen¨®meno. "Han creado ramas sacerdotales, y su clero est¨¢ evolucionando a veces como una especie de jerarqu¨ªa paralela", opina Luis Ferm¨ªn Moreno, del consejo de redacci¨®n de la revista de informaci¨®n social y religiosa Al Andar. "Empezaron siendo movimientos laicos, pero se han clericalizado. Algunos obispos les ponen problemas y por eso crean sus propias estructuras, contribuyendo en parte a vaciar los seminarios tradicionales. Por lo dem¨¢s, no son ¨®rdenes ni congregaciones, aunque re¨²nen muchas de sus caracter¨ªsticas".
?Es el apetito de poder lo que les mueve? "Si de verdad buscaran poder, no se meter¨ªan en la Iglesia", bromea Moreno, quien enumera otras caracter¨ªsticas del fen¨®meno: "Recuerdan un poco a los primeros cristianos, pero tambi¨¦n la fe del nuevo converso. Son movimientos muy visibles, con l¨ªderes carism¨¢ticos que desarrollan un gran poder de convocatoria y movilizaci¨®n. Tambi¨¦n son j¨®venes. Para la Iglesia son una fuerza dinamizadora, pero con tendencia a acaparar. Tambi¨¦n pueden llegar a ser excluyentes, a considerarse a s¨ª mismos los verdaderos cristianos, y eso crea malestar y tensi¨®n con el resto de los cat¨®licos".
Doctrinalmente, los nuevos movimientos tienen una dimensi¨®n m¨¢s espiritual que social. "Representan una iglesia cerrada, enrocada en unos pocos preceptos morales y, sobre todo, en la noci¨®n del pecado", a?ade Moreno, para quien el futuro de estos movimientos se mide a medio plazo: "Tienen un l¨ªmite natural, aunque durante alg¨²n tiempo puedan experimentar un mayor protagonismo. Pero tambi¨¦n pueden hacer que mucha gente se aleje de la Iglesia".
Pedro Jos¨¦ G¨®mez, profesor de Econom¨ªa Internacional y Desarrollo de la Universidad Complutense de Madrid, pertenece a una peque?a comunidad cristiana del barrio de Pan Bendito, en Madrid. Buen conocedor del fen¨®meno, antepone los aspectos neutros y positivos de esta realidad, aunque sin obviar el resto. "Son muy distintos entre s¨ª, representan un pluralismo de carismas y estilos acorde con la pluralidad cada vez mayor de la sociedad en que se insertan, as¨ª que de entrada su proliferaci¨®n ser¨ªa una riqueza. Tambi¨¦n suponen un protagonismo in¨¦dito de los cristianos laicos. Las cosas nacen porque responden a algo, en este caso a la necesidad de personalizar la fe y a una b¨²squeda de Dios con proyecci¨®n vital en la familia, el trabajo, etc¨¦tera".
De un extremo a otro de la escala social, desde el elitista Opus al popular Camino Neocatecumenal, la inserci¨®n de estos grupos en la sociedad se desarrolla en nichos bien definidos. "Los hay urbanos, rurales, j¨®venes y mayores, en todos los sectores. El que m¨¢s se ha introducido en la universidad es Comuni¨®n y Liberaci¨®n, aunque los legionarios tienen universidad propia, la Francisco de Vitoria. El Opus Dei tiene un car¨¢cter m¨¢s elitista, igual que los legionarios y CyL; los kikos son m¨¢s populares, menos intelectuales", explica Luis Ferm¨ªn Moreno. En lo pol¨ªtico, "son m¨¢s conservadores que progresistas, pero tienen muy poca formaci¨®n sociopol¨ªtica, les falta la capacidad de an¨¢lisis de fen¨®menos estructurales. La doctrina social de la Iglesia es mucho m¨¢s avanzada y cr¨ªtica que ellos. Desde luego, no existen como movimiento pol¨ªtico, no son un partido o una corriente salvo tal vez CyL, que en Italia dio origen al Movimiento Popular", a?ade G¨®mez.
En Espa?a, la tentaci¨®n de adscribir al Partido Popular (PP) la masa de fieles de estas corrientes resulta seductora pero no del todo correcta. No as¨ª presuponerles obediencia absoluta a las directrices de la Conferencia Episcopal, a las que se adhieren a pies juntillas. De hecho, "prestan ayuda a los obispos, secundan multitudinariamente sus convocatorias y, en muchos casos, contribuyen con aportaciones econ¨®micas a las actividades eclesiales", apunta Pedro Jos¨¦ G¨®mez. Sin llegar a requerir un diezmo num¨¦ricamente exacto, en estos grupos "hay un compartir alt¨ªsimo que permite la autofinanciaci¨®n de su comunidad y de actividades de car¨¢cter diocesano", a?ade.
Casi todos los expertos consultados est¨¢n de acuerdo en que los movimientos citados promueven formas de vida religiosa muy tradicionales, "que ya no se llevan", seg¨²n G¨®mez. Y si el modelo de cura o monja es ya de por s¨ª a?ejo para amplios sectores de la sociedad espa?ola, el desembarco de "curas vestidos de negro, con clergyman" en las parroquias espa?olas no deja de llamar la atenci¨®n. As¨ª lo ve Carlos Fern¨¢ndez Barber¨¢, titular de una parroquia "en la que tienen cabida los inmigrantes y los sin techo, una iglesia un poco manga por hombro pero abierta a todos". "Los p¨¢rrocos de la vieja escuela, la mayor parte de ellos mayores, y progresistas, no nos parecemos a todos estos jovencitos vestidos de negro y con clergyman. Esta gente no tiene nada que ver con la realidad de este mundo, pertenece a un mundo premoderno, donde las parejas tienen tantos hijos como Dios quiera... Es un fen¨®meno conservador, de corte populista, sin ning¨²n planteamiento ni dimensi¨®n social. Los kikos, adem¨¢s, all¨¢ donde llegan se hacen con la parroquia y la ahorman a su estilo, un estilo muy vitalista y entusiasta, con muchas canciones".
Valga como ejemplo la castiza parroquia de la Virgen de la Paloma de Madrid, colonizada en 1970 y donde, seg¨²n la informaci¨®n proporcionada por el Camino, funcionan activamente 18 comunidades formadas por m¨¢s de 900 miembros. El hecho de que resulten excluyentes para todos aquellos que no pertenecen al grupo es la principal cr¨ªtica que reciben. En este sentido, estos movimientos representan "espacios culturales aislados de la evoluci¨®n reciente, de la modernidad y la posmodernidad, con dificultades para conectar con la sociedad", en opini¨®n de Pedro Jos¨¦ G¨®mez. "Los obispos pueden verlos muy bien, porque son grupos que dan vocaciones, pero no son vocaciones que hagan crecer a la Iglesia del siglo XXI. Su capacidad evangelizadora es muy limitada, se reduce a s¨ª mismos. Eso puede llevar a la Iglesia a convertirse en un gueto, en algo aislado", concluye.
Fuera de nuestras latitudes, adem¨¢s, pueden constituir un elemento extra?o al sustrato sociocultural en que pretenden insertarse. En Am¨¦rica Latina, son movimientos extranjeros y extranjerizantes, que desconocen casi absolutamente la tradici¨®n de las iglesias locales. "Todos son movimientos que proceden de Europa", sostiene en un art¨ªculo reciente el te¨®logo costarricense de origen chileno Pablo Richard, que subraya tambi¨¦n el "culto a la personalidad" hacia algunos de sus l¨ªderes y la tentaci¨®n de deriva autoritaria que estos grupos generan por su propio car¨¢cter y comportamiento.
Con un 80% de la poblaci¨®n espa?ola que se declara cat¨®lica, pero s¨®lo un 20% practicante, seg¨²n el Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS), la representatividad de este club entusiasta resulta limitada. Pero con datos de la Conferencia Episcopal Espa?ola en la mano -los cat¨®licos que acuden a misa los domingos eran 10 millones en 2005-, el fen¨®meno se ve a¨²n m¨¢s reducido, aunque en la pr¨¢ctica -y en el espejo de los medios- parezca una minor¨ªa con comportamiento de mayor¨ªa.
Pero su dimensi¨®n real no es la ¨²nica objeci¨®n que algunos les ponen. El recelo de otros grupos cristianos -y no s¨®lo de las comunidades de cristianos de base, en las ant¨ªpodas teol¨®gicas e ideol¨®gicas- y la pugna por repartirse la parroquia -en especial en el ¨¢mbito educativo y, m¨¢s concretamente, en lo tocante al control de algunas facultades de Teolog¨ªa- hacen que la vanguardia que estos grupos suponen para la Iglesia est¨¦ sembrada de pol¨¦mica. Pero los nuevos ej¨¦rcitos papales est¨¢n listos para la pr¨®xima cruzada.
Los movimientos m¨¢s asentados
- Opus Dei. Fundado por Jos¨¦ Mar¨ªa Escriv¨¢ de Balaguer en 1928. Tiene 87.000 miembros en todo el mundo (m¨¢s de 30.000 en Espa?a), de los cuales el 98% son laicos. El 70% de los miembros son supernumerarios (hombres y mujeres casados). El resto corresponde a miembros numerarios (c¨¦libes que hacen voto de castidad) y alrededor de 2.000 son sacerdotes pertenecientes a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz. El Opus Dei est¨¢ presente en 65 pa¨ªses.
- Camino Neocatecumenal (Kikos). Fundado por Kiko Arg¨¹ello y Carmen Hern¨¢ndez en 1964. Forman parte de este movimiento un mill¨®n de miembros repartidos en 120 pa¨ªses. En Espa?a son el movimiento m¨¢s numeroso, con alrededor de 350.000 fieles. Tienen seminarios propios en seis provincias espa?olas, y gestionan un total de 72 repartidos por el mundo.
- Legionarios de Cristo. Esta congregaci¨®n religiosa de derecho pontificio fue fundada en M¨¦xico en 1941 por Marcial Maciel. Su rama laica, el movimiento de apostolado Regnum Christi, consta de 65.000 miembros repartidos por m¨¢s de 30 pa¨ªses. Disponen de tres centros de formaci¨®n propios para sus religiosos (800 sacerdotes
y 2.500 seminaristas).
- Comuni¨®n y Liberaci¨®n. Fundado en Italia en 1954 por Luigi Giussani, este movimiento est¨¢ presente en 70 pa¨ªses y tiene 3.000 miembros en Espa?a. Fue reconocido por el Vaticano en 1982. Participan en este grupo religioso sacerdotes diocesanos y un grupo de laicos consagrados (Memores Domini).
- Focolares (Obra de Mar¨ªa). Fundados por la italiana Chiara Lubich en 1943, ha acumulado dos millones de adherentes en 182 pa¨ªses (unos 40.000 en Espa?a). Tienen dos centros de formaci¨®n propios en Espa?a (ubicados en Girona y en Madrid), llamados mari¨¢polis o ciudades de Mar¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.