Sexo mixto
A¨²n conservo una goma de borrar con mi inicial dibujada en el lado derecho de un coraz¨®n. El obsequio de un primer amor, o de la fantas¨ªa de un primer amor. El recuerdo de una chica que hoy aparece en Facebook con un extra?o pelo de agente doble pero, sobre todo, el vestigio de un curso de la EGB donde por primera vez me sent¨ª deseado y comenc¨¦ a ponerme colonia.
Por eso cuando leo que vuelve a plantearse la separaci¨®n de los chicos y las chicas en los colegios me entristezco y me indigno pensando en la cantidad de chavales que no tendr¨¢n nunca una goma de borrar tatuada con la primera declaraci¨®n de ardor. Los que defienden la educaci¨®n segregada argumentan que los ni?os y las ni?as ya se conocer¨¢n fuera de clase, ya grabar¨¢n sus iniciales en un ¨¢rbol del parque, que al colegio se va a sacar buenas notas.
Madrid es uno de los territorios que m¨¢s apoyo muestra a las escuelas separadoras
La Asociaci¨®n Europea de Centros de Educaci¨®n Diferenciada (EASSE) tiene clar¨ªsimo que los chavales rinden m¨¢s separados pues, al margen de no distraerse intercambiando miradas y notitas por debajo de la mesa, pueden recibir una formaci¨®n conforme la diferencia de sus cerebros. Las chicas sacan mejores calificaciones en lengua y comprensi¨®n lectora, mientras que los chicos destacan en matem¨¢ticas y temas t¨¦cnicos. La EASSE est¨¢ escandalizada por el informe PISA y los datos de la OCDE que, en efecto, concluyen que los ni?os espa?oles son, en general y en comparaci¨®n con el resto de los europeos, unos zotes. Pero la pregunta es: ?se va al colegio s¨®lo para aprender el temario de los libros?
Si lo ¨²nico que importa es la nota final del ni?o quiz¨¢ deber¨ªamos plantearnos, no s¨®lo una vuelta al viejo y rancio sistema separativo, sino a la ¨¦poca de los preceptores. Los padres que se lo pudiesen permitir y con el apoyo econ¨®mico de las comunidades aut¨®nomas (ahora que es el momento de subvencionar los colegios concertados, motivo por el que se ha desatado esta pol¨¦mica) deber¨ªan hacer un peque?o esfuerzo y pagar lecciones privadas. Absurdo, ?verdad?
Creo que es obvio que el colegio no es ¨²nicamente un lugar donde memorizar conceptos matem¨¢ticos y nombres de descubridores. De los cinco a los 13 a?os se asimila de todo en todos los lugares y la escuela, aparte de que consume gran parte del d¨ªa, es un sitio en el que forzosamente se ha de aprender convivencia y respeto. La mezcolanza de chicos y chicas no s¨®lo les prepara mejor para desenvolverse en un mundo mixto, sino que, adem¨¢s, les enriquece enfrent¨¢ndoles a la diferencia. La asimetr¨ªa entre el cerebro de los ni?os y las ni?as no deber¨ªa ser motivo de separaci¨®n, sino precisamente de compenetraci¨®n. As¨ª piensa tambi¨¦n la Confederaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos, que ha presentado un manifiesto por una educaci¨®n mixta apoyado por los sindicatos.
Lo realmente beneficioso es que ambos sexos convivan, interact¨²en, se maravillen o se escandalicen del pr¨®jimo. Creo que es productivo sacrificar un notable por un suficiente en Naturales a cambio de que los chicos comprendan que las chicas son incomprensibles y que ellas descubran que ellos son desconcertantemente simples. Canjear un sobresaliente por un bien en Sociales porque los chicos se fascinen cuando una chica escribe una bella redacci¨®n y se quita el jersey y porque las chicas alucinen cuando un chico resuelve una ecuaci¨®n y salta el plinto.
Hoy el espacio de ocio es mixto, pero tambi¨¦n el laboral. ?Por qu¨¦, entonces, hacer esa distinci¨®n en la escuela? Los chicos y las chicas compartiendo ratos de estudio, comedor o recreo no s¨®lo aprenden del otro, sino de s¨ª mismos. Si, por el contrario, convierten al sexo opuesto y a la propia sexualidad en un misterio o un tab¨², si la idealizan o la demonizan por falta de conocimiento luego ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil la relaci¨®n entre ellos. La segregaci¨®n en el colegio afecta a la interacci¨®n que mantengan fuera y, desde luego, hace mucho m¨¢s aburrida la vida dentro. La represi¨®n y la ignorancia son dos virus que un colegio jam¨¢s deber¨ªa permitir.
Madrid, junto con Castilla y Le¨®n, es uno de los territorios que m¨¢s apoyo muestra a las escuelas separadoras. En nuestra comunidad hay nueve colegios concertados no mixtos; s¨®lo nos superan Andaluc¨ªa y Catalu?a. Lo triste es que incluso en esos centros habr¨¢ cientos de madrile?os a los que les quedar¨¢ para junio la lengua y las matem¨¢ticas. Aparte de la pasi¨®n.
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