"Pido vuestro perd¨®n"

Tres d¨¦cadas despu¨¦s de que el Ej¨¦rcito vietnamita invadiera Camboya y pusiera fin al r¨¦gimen de terror de Pol Pot, comenz¨® ayer en Phnom Penh el primer juicio contra los jemeres rojos, responsables de la muerte de alrededor de 1,7 millones de personas a causa del hambre, las enfermedades y las ejecuciones. Kaing Guek Eav, m¨¢s conocido como Duch, jefe de la c¨¢rcel en la que fueron torturados y asesinados 16.000 hombres, mujeres y ni?os, se sent¨® en el banquillo, acusado de cr¨ªmenes contra la humanidad. Es el primero de los cinco antiguos dirigentes jemeres que se encuentran detenidos y ser¨¢n juzgados por un controvertido tribunal auspiciado por la ONU, que fue establecido en 2006 tras casi una d¨¦cada de negociaciones entre Camboya y Naciones Unidas.

La justicia aborda, finalmente, uno de los episodios m¨¢s oscuros de la historia del siglo XX, durante el cual el r¨¦gimen de Pol Pot (1975-1979) intent¨® convertir el pa¨ªs en una utop¨ªa agraria comunista, en cuyo nombre vaci¨® las ciudades, aboli¨® el dinero, la propiedad privada y la religi¨®n, y elimin¨® a cualquier sospechoso de ser intelectual o tener educaci¨®n.

Duch, antiguo profesor de matem¨¢ticas, de 66 a?os, expres¨® remordimiento la v¨ªspera del inicio del juicio. "Les dijo a las v¨ªctimas: 'Pido vuestro perd¨®n", explic¨® su abogado, el franc¨¦s Fran?ois Roux, a la agencia Reuters, tras visitar a su cliente.

"?ste es el d¨ªa que hemos esperado durante 30 a?os. Pero no s¨¦ si pondr¨¢ fin a mi sufrimiento", declar¨® Vann Nath, uno de los pocos internados que escap¨® de las matanzas, porque fue elegido para pintar retratos de Pol Pot.

La sesi¨®n celebrada ayer, y que continuar¨¢ varios d¨ªas, es de procedimiento. El juicio principal tendr¨¢ lugar en marzo. Se prev¨¦ que el veredicto sea pronunciado en septiembre. La sentencia m¨¢xima aplicable es cadena perpetua, ya que el tribunal no tiene poder para condenar a muerte.

La organizaci¨®n del proceso ha estado rodeada de pol¨¦mica, debido a las interferencias pol¨ªticas por parte del Gobierno camboyano, alegatos de corrupci¨®n y sesgo, falta de financiaci¨®n y disputas entre los letrados locales y extranjeros.

Duch est¨¢ acusado de cometer o amparar un amplio abanico de atrocidades, incluidos asesinatos, torturas y violaciones en la c¨¢rcel de Tuol Sleng, tambi¨¦n conocida como S-21. Aunque no ha confesado formalmente su culpa, ha admitido -a diferencia de los otros cuatro detenidos- que muchos de los cr¨ªmenes ocurrieron en su prisi¨®n. Tuol Sleng -una antigua escuela- fue utilizada para extraer confesiones a supuestos traidores o esp¨ªas de la CIA (la agencia de espionaje estadounidense), tras lo cual los internados eran enviados para su ejecuci¨®n a los llamados campos de la muerte.

Tras la ca¨ªda del r¨¦gimen, Duch desapareci¨® durante dos d¨¦cadas, vivi¨® bajo nombres falsos y se convirti¨® al cristianismo. Fue localizado por un periodista brit¨¢nico en el noroeste del pa¨ªs en 1999, un a?o despu¨¦s de que Pol Pot falleciera en una zona de la jungla cercana a la frontera con Tailandia sin haber sido juzgado.

El antiguo l¨ªder jemer ha mostrado arrepentimiento por su papel durante aquel reinado de terror, en el que pereci¨® casi un cuarto de la poblaci¨®n de Camboya, pero ha argumentado que actu¨® cumpliendo ¨®rdenes. Roux ha calificado de "inaceptable" que Duch haya permanecido encarcelado sin juicio durante nueve a?os.

Se espera que sea un testigo clave en la causa contra los otros detenidos: Nuon Chea (ide¨®logo del r¨¦gimen); Ieng Sary, ex ministro de Exteriores; la esposa de ¨¦ste y ex ministra de Asuntos Sociales, Ieng Thirith, y el ex presidente Khieu Samphan.

Muchas v¨ªctimas tem¨ªan que los l¨ªderes jemeres murieran antes de que se hiciera justicia, por lo que el inicio del proceso es visto como un gran avance. Sin embargo, hay sospechas de que el tribunal est¨¦ siendo manipulado pol¨ªticamente y se teme que muchos culpables de aquellos a?os escapen sin castigo. El fiscal camboyano desestim¨® el mes pasado la recomendaci¨®n del fiscal internacional para juzgar a otros dirigentes jemeres, porque, seg¨²n dijo, no ayudar¨ªa a la reconciliaci¨®n nacional.