Sobre la inmigraci¨®n
Lamentamos mucho que la premura con la que el profesor Fern¨¢ndez Cord¨®n parece haber le¨ªdo nuestro art¨ªculo del mi¨¦rcoles 18 de febrero le haya llevado a extraer conclusiones err¨®neas y a adjudicarnos opiniones que no son nuestras.
En ning¨²n caso hemos establecido una relaci¨®n causa-efecto entre los derechos sociales concedidos en la actual Ley de Extranjer¨ªa y los flujos migratorios en Espa?a, que ya se han convertido en un fen¨®meno de largo plazo. Todos los factores que el profesor Fern¨¢ndez Cord¨®n identifica como determinantes de la inmigraci¨®n en los ¨²ltimos a?os no s¨®lo est¨¢n presentes desde antes del a?o 2000 en Espa?a, sino que son comunes a otros pa¨ªses europeos. ?O es que no hab¨ªa econom¨ªa sumergida en Italia o boom de la construcci¨®n en Irlanda o el Reino Unido? El que los inmigrantes vinieron a trabajar y que su composici¨®n por edades tiene una clara concentraci¨®n en edades activas es una obviedad que no merece mayor comentario. ?O es que en otros pa¨ªses europeos los inmigrantes no van a trabajar y tienen corrientes migratorias llenas de ancianos?
Nuestro art¨ªculo se limitaba a constatar un factor diferencial de la intensidad de la corriente migratoria en el caso de Espa?a comparado con otros pa¨ªses europeos. No es verdad que, como dice Fern¨¢ndez Cord¨®n en su carta, en cualquier pa¨ªs los inmigrantes se benefician de la protecci¨®n social p¨²blica, al menos no es verdad que eso sea as¨ª con la misma extensi¨®n de protecci¨®n social p¨²blica de la que gozan en Espa?a. En Estados Unidos no tienen derecho alguno al sistema sanitario; en Alemania, Francia y el Reino Unido, por citar algunos ejemplos, solamente las mujeres inmigrantes embarazadas y menores de edad (y con muchas trabas, como es el caso de Francia); el resto s¨®lo tienen derecho a la asistencia sanitaria de urgencia.
Es cierto que los trabajadores de otros pa¨ªses que piensan emigrar a Espa?a no leen el BOE, pero es que no les hace falta. La transmisi¨®n de informaci¨®n acerca de oportunidades de empleo, salarios, facilidad para encontrar una vivienda, acceso a servicios sociales (que es nuestro punto), facilidad de conseguir los papeles despu¨¦s de un tiempo, etc¨¦tera, se transmite por una v¨ªa mucho m¨¢s poderosa que el BOE: los propios inmigrantes.
Mezclarnos en el mismo saco que los trabajadores ingleses que hacen huelga para evitar la contrataci¨®n de extranjeros nos parece que, efectivamente, los malos tiempos tienden a hacer aflorar lo peor de nosotros.
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