Huyendo de la casa de pap¨¢ Gaddafi
Los hijos del l¨ªder libio escriben el en¨¦simo cap¨ªtulo de su di¨¢spora familiar
Pasa por ser la cara m¨¢s amable, renovadora y reformista del r¨¦gimen libio. Pero a principios de febrero se le perdi¨® la pista. Tras asistir al foro econ¨®mico de Davos, Saif al-Islam, hijo primog¨¦nito del segundo matrimonio de Muammar el Gaddafi, no volvi¨® a Tr¨ªpoli y, seg¨²n adelant¨® el diario helv¨¦tico La libert¨¦, pudo llegar incluso a pedir asilo pol¨ªtico en Suiza, una informaci¨®n desmentida esta semana por el gabinete del padre. El interesado, sin embargo, confirm¨® en una entrevista concedida al peri¨®dico en lengua ¨¢rabe Asharq al-Awsat su intenci¨®n de fijar su residencia en Europa.
Podr¨ªa tratarse del en¨¦simo cap¨ªtulo de la di¨¢spora familiar de los Gaddafi, que comenz¨® a principios de la d¨¦cada con las huidas o las extravagantes (en ocasiones lamentables) actuaciones de otros tres de los ocho hijos de los dos matrimonios oficiales del presidente libio.
Al-Saadi quiso ser futbolista y acab¨® fundando una productora de cine
Hanibal agredi¨® a dos empleados de un hotel y pas¨® dos d¨ªas en la c¨¢rcel
Primero fue Al-Saadi, quien decidi¨® invertir sus influencias en jugar al f¨²tbol. Nada interesado en las actividades paternas, el joven ten¨ªa otros sue?os: convertirse en una estrella del calcio y lucirse en alg¨²n partido de la Liga de Campeones. Pero se tuvo que conformar con vestir las camisetas de los equipos del Perugia, Udinese y Sampdoria, disputar tan s¨®lo dos partidos a lo largo de tres ligas italianas, entre 2003 y 2007, y enfrentarse adem¨¢s a una sanci¨®n por dopaje. Saadi, sin embargo, no se desanim¨® y decidi¨® centrar sus esfuerzos (y dinero) en su otra pasi¨®n, el cine, y fundar una productora de pel¨ªculas del Oeste.
Los personajes que, en cambio, parecen haber salido de un disparatado gui¨®n son sus hermanos Hanibal y Aisha. El primero fue detenido el verano pasado en Ginebra por agredir a dos empleados del hotel en el que se alojaba con su esposa, Aline. Tras pasar dos noches en la c¨¢rcel y abonar una fianza de casi 300.000 euros, Hanibal regres¨® a Libia. Su hermana Aisha, abogada que trabaj¨® en el equipo de letrados defensores de Saddam Hussein, se person¨® en Ginebra para advertir a las autoridades helv¨¦ticas: "Aplicaremos la pol¨ªtica del ojo por ojo y diente por diente". Y as¨ª lo hizo. Provoc¨® una crisis diplom¨¢tica.
Es lo que tiene ser hijo de pap¨¢ Muammar, que al final nunca duda en ponerse firme para sacar de apuros a sus herederos. Cuesti¨®n de amor de padre. O, m¨¢s bien, de privilegios din¨¢sticos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.