Tony Blair, la fe de un monje-soldado
Todo lo que toca lo convierte en oro. Tony Blair se gana muy bien la vida con sus memorias, dando conferencias y asesorando a empresas privadas como JP Morgan y Zurich Financial Services. En 2008 gan¨® m¨¢s de siete millones de libras (ocho millones de euros). Ahora acaba de ganar 800.000 euros al ser laureado con el Premio Dan David.
Un 10% del dinero se destinar¨¢ obligatoriamente a financiar la educaci¨®n de j¨®venes. El resto se ir¨¢ a dotar la ¨²ltima iniciativa que ha puesto en marcha: la Fundaci¨®n Tony Blair por la Fe, con la que busca "promover el respeto y el entendimiento entre las grandes religiones del mundo y demostrar c¨®mo la fe es una poderosa fuerza del bien en el mundo moderno". Adem¨¢s, le queda tiempo para ser el enviado especial de Occidente en el conflicto palestino. Por eso el Premio Dan David ha despertado suspicacias, porque lo promueve una fundaci¨®n israel¨ª y puede romper la neutralidad que exige su cargo. Por eso y, sobre todo, porque premia su contribuci¨®n a la paz, algo chocante cuando ha sido el mandatario brit¨¢nico moderno que m¨¢s veces ha enviado tropas al extranjero: Serbia, Sierra Leona, Afganist¨¢n e Irak.
La religiosidad de Blair es quiz¨¢ uno de los aspectos de su personalidad que m¨¢s saca de quicio a sus cr¨ªticos, que no entienden c¨®mo ha podido conjugar la fe religiosa y el gusto por la guerra. Pero sus cr¨ªticos no tienen raz¨®n: guerra y religi¨®n siempre han ido de la mano.
George W. Bush, otro fan¨¢tico de la religi¨®n que compar¨® con las cruzadas su llamada guerra contra el terrorismo, le impuso a Blair en enero la Medalla Presidencial de la Libertad. El ex primer ministr¨® demostr¨® dos semanas despu¨¦s que sus contactos siguen siendo de primera y fue el primer pol¨ªtico europeo en fotografiarse con Barack Obama. Blair, que se hizo cat¨®lico nada m¨¢s dejar el poder, fue el orador principal en el anual Desayuno de Plegaria Nacional en Washington, presidido por Obama. El devoto y guerrero pol¨ªtico brit¨¢nico cit¨® 31 veces la palabra Dios. Es opinable si, al hacerlo, tom¨® o no la palabra de Dios en vano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.