La doble vida pl¨¢stica de Antony & The Johnsons
El m¨²sico de rock muestra en Londres su faceta como artista
El retrato que Antony Hegarty nos brinda de s¨ª mismo, una fotograf¨ªa retocada sobre la que ha proyectado la imagen de su bisabuela, fallecida de tuberculosis, resulta tan sobrecogedor como la voz que arropa sus canciones. Hombre y mujer confluyen en una sola identidad transg¨¦nero que este m¨²sico, uno de los m¨¢s singulares de los ¨²ltimos tiempos, ha venido explorando en los temas de su banda neoyorquina Antony and the Johnsons. Consagrado como figura de culto, sobre todo en Europa (su disco es uno de los ¨¦xitos de ventas m¨¢s inesperados de la temporada en Espa?a), el int¨¦rprete, pianista y compositor utiliza ahora esa plataforma para desvelar al p¨²blico su faceta oculta de artista pl¨¢stico con una exposici¨®n en Londres.
La potencia del autorretrato preside un despliegue de 13 obras -fotograf¨ªas, pinturas y collages a gran tama?o- erigido en una suerte de canto a la naturaleza, una de las obsesiones de Antony que tambi¨¦n ha querido plasmar en las letras de su tercer y reci¨¦n estrenado ¨¢lbum, The crying light. Paisajes on¨ªricos a partir de fotograf¨ªas rescatadas de revistas antiguas, como la recreaci¨®n de una escena pastoral en The Creek (El arroyo, que da t¨ªtulo al conjunto de la muestra) sobre la que esboza trazos negros, rojos y verdes, "las l¨ªneas que me permiten rastrear lo invisible". Menos buc¨®licos son los lamentos por el medio ambiente, los collages del oso polar que muere desangrado, del submarino militar norteamericano que se encamina hacia un glaciar o de las hileras de coches desvencijados a punto de ser sepultados en el oc¨¦ano y que el autor concibe como el desolador "paisaje del futuro".
Antony Hegarty dibuja y pinta desde su ni?ez en Chichester (Inglaterra), cuando descubri¨® en la combinaci¨®n de formas y colores un modo de expresi¨®n tan rico como su mundo interior. Y sigui¨® haci¨¦ndolo a pesar de ver denegado el ingreso en el Royal Collage of Arts, porque combatir el rechazo ha sido el sello de su biograf¨ªa y de su singladura art¨ªstica. Instalado al otro lado del Atl¨¢ntico desde los 19 a?os, aquel chico de f¨ªsico corpulento y mente femenina se forj¨® en la escena underground del East Village neoyorquino, donde seduc¨ªa a Lou Reed, estren¨® su primer ¨¢lbum, Antony and The Johnsons, en 1998, y luce hoy en su estanter¨ªa el prestigioso premio Mercury, gracias a I am a bird now (2005), que le abr¨ªa la puerta de las grandes audiencias.
A sus 38 a?os, ha decidido tambi¨¦n exhibir su creatividad en las artes pl¨¢sticas, que, asegura, le "obsesionaban mucho antes que la m¨²sica". Le daba v¨¦rtigo mostrar ese rinc¨®n ¨ªntimo que cultiva en la soledad de su apartamento de Manhattan, pero su viejo amigo John Marchant, director de la galer¨ªa londinense Isis, acab¨® convenci¨¦ndole. "La pintura es algo muy personal que nunca pens¨¦ en mostrar, pero la tem¨¢tica de mis obras (la naturaleza) tiene paralelismo con la de mis ¨²ltimas canciones, y quiz¨¢ era el momento de hacerlo", aduce Hegarty.
Tras el cierre de la exposici¨®n en Londres, el p¨²blico parisiense podr¨¢ contemplar los nuevos pinitos art¨ªsticos de Antony a partir de abril (Galerie du jour. Agn¨¨s B). Esa breve ruta no contempla recalar en Espa?a, donde la legi¨®n de sus fans s¨ª podr¨¢ verlo en directo durante una gira que llevar¨¢ a su banda a Barcelona (15 de abril), Murcia (5 de mayo), San Sebasti¨¢n (7) y Madrid (11).
Babelia
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