Philip Jos¨¦ Farmer, escritor de ciencia-ficci¨®n
Conmocion¨® el g¨¦nero con su tratamiento del sexo
Puede parecer raro empezar una necrol¨®gica con sexo. Pero una de las cosas por las que Philip Jos¨¦ Farmer ser¨¢ recordado es precisamente por sexo, y por sexo alien¨ªgena. Farmer, uno de los grandes maestros de la ciencia-ficci¨®n, que falleci¨® el 25 de febrero a los 91 a?os en su casa de Peoria (Illinois), es el autor de Los amantes (1961), cuya primera versi¨®n como relato corto fue rechazada por el c¨¦lebre editor John Cambell con el calificativo de "nauseabunda".
La novelita sacudi¨® el ambiente puritano de la ciencia-ficci¨®n estadounidense de la ¨¦poca, que lo m¨¢ximo que se permit¨ªa era portadas de monstruos verdes asustando a jovencitas en biquini (y a¨²n), y supuso un verdadero esc¨¢ndalo al contar de manera ins¨®litamente expl¨ªcita (y desconcertantemente anat¨®mica) los amores carnales entre un hombre y una hembra de otro planeta que resulta ser una especie de insecto.
En 'Los amantes' relat¨® una historia de amores con una alien¨ªgena
En la historia, Hal Yarrow, miembro de una comunidad humana puritana y a la saz¨®n casado, es enviado al planeta Ozagen, patria de los insectoides wogglebugs, donde vive un romance fou (?y tan fou!) con una enigm¨¢tica mujer llamada Jeannette, en realidad un par¨¢sito mim¨¦tico, la lalitha, que toma forma humana para aparearse y queda pre?ada por un extra?o sistema de orgasmo fotogr¨¢fico. "?Has engendrado larvas!", le espeta un colega al protagonista. "?Monstruos de una uni¨®n imp¨ªa! ?Ni?os insectos! Que llevar¨¢n tu cara como prueba de esta repugnante carnalidad".
En ¨²ltima instancia y pese a toda la polvareda que levant¨®, Los amantes es una bonita historia de amor por encima incluso de las barreras planetarias y de un qu¨ªtame all¨¢ esos elitros.
Farmer, al que hay que agradecer que dinamitara la mojigater¨ªa de la ciencia-ficci¨®n y abriera puertas a la exploraci¨®n de algo m¨¢s que las estrellas (en 1992, Destino public¨® una sugerente antolog¨ªa de Sexo alien¨ªgena bajo su advocaci¨®n), sigui¨® utilizando el sexo de manera desinhibida en su literatura.
En La imagen de la bestia (historia abracadabrante, freak y macabra que public¨® Anagrama) entr¨® abiertamente en la pornograf¨ªa y nadie que la haya le¨ªdo olvidar¨¢ la escalofriante escena inicial, en la que una mujer en la culminaci¨®n de una flamante felaci¨®n se quita la dentadura postiza, se coloca otra con dientes met¨¢licos como hojas de afeitar y castra al desconcertado cliente. La novela tuvo continuaci¨®n hasta componer la Trilog¨ªa del exorcismo.
Farmer, por supuesto, ha sido mucho m¨¢s que sexo en la historia de la ciencia-ficci¨®n. Autor de varios ciclos narrativos inolvidables, entre ellos el de Mundo del R¨ªo, iniciado con A vuestros cuerpos dispersos, o de medio centenar largo de novelas independientes e incontables relatos y cuentos, forma parte del disco duro del g¨¦nero. Sus historias tienen mucha acci¨®n, pero un fondo melanc¨®lico a veces.
Fue tambi¨¦n iconoclasta en el tratamiento de otros temas, como la religi¨®n (uno de sus personajes es el padre Carmody, un sacerdote asesino que se mete en l¨ªos teol¨®gicos en varios planetas). No dud¨® en hacer suyos y a su manera a personajes hist¨®ricos: Mark Twain, Richard Francis Burton, Jack London y el mariscal G?ering aparecen en la saga de Riverwold; tambi¨¦n Jes¨²s. Depred¨® con gracia otros mundos literarios y en novelas suyas contin¨²a las aventuras de Philias Fogg, el mago de Oz o Tarz¨¢n, personaje al que emple¨® varias veces (en el cuento El ni?o perdido de la jungla pasa de todo lo hizo hablar con un lenguaje bastante expl¨ªcito, por cierto). A Tarz¨¢n consagr¨® asimismo un ensayo: Tarzan Alive, A definitive biography of Lord Greystoke.
Su personalidad par¨®dica, bromista y hasta blasfema, es de las que despiertan simpat¨ªa entre los maestros del g¨¦nero, a menudo tan estrictos y pudorosos. Sufri¨® reveses que hubieran desanimado a otro con menos tes¨®n: una vez incluso perdi¨® un largo manuscrito cuando ya lo ten¨ªa colocado.
Philip Jos¨¦ Farmer (North Terre Haute, Indiana, 1918), gan¨® los premios Hugo y Nebula a lo largo de su carrera y el Premio Mundial de Fantas¨ªa por los logros de toda una vida en el emblem¨¢tico a?o de 2001. La mayor parte de su obra est¨¢ editada en castellano. Los amantes la public¨® Acervo en 1975 y no ha dejado de reeditarse. Escribi¨® tambi¨¦n bajo el seud¨®nimo de Kiligore Trout, nombre de un personaje de Kurt Vonnegut, autor con el que guarda cierto parecido y al que homenaje¨® en algunas de sus obras.
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