"Ahora quiero ir m¨¢s despacio"
Melody tiene la palabra "artista" siempre a punto de caramelo. Es abrir la boca y all¨¢ va: "Soy una artista". "Me debo a mi p¨²blico". "La gente siempre ha estado conmigo". Y un largo etc¨¦tera que atonta al interlocutor de tal forma que parece imposible llegar al fondo de la adolescente que se esconde detr¨¢s de la "artista". Si es que a¨²n queda algo de ella.
Han pasado ocho a?os desde aquel Baile del gorila (?Uh! ?uh! ?uh!) que vendi¨® medio mill¨®n de singles. Melod¨ªa Ruiz Guti¨¦rrez -Melody en casa y fuera de ella- se hinch¨® de mover su cinturita de ni?a por los escenarios de Espa?a y parte de Am¨¦rica.
En octubre cumpli¨® 18 a?os, pero tiene la misma cara y el mismo desparpajo. Lleva unos taconazos morados, mo?o de andar por casa y se expresa como alguien varias d¨¦cadas mayor. Desayunamos en el anodino hotel de Madrid en el que ha pasado la noche. Imposible encontrar otro hueco. Ayer estaba en M¨¢laga. Ma?ana, en Barcelona. Y tras el encuentro saldr¨¢ pitando a conocer a los bailarines que la acompa?ar¨¢n en la gala de selecci¨®n del representante de Eurovisi¨®n. Los Vivancos, sus bailarines originales, tiraron la toalla hace una semana disgustados por los problemas t¨¦cnicos de la primera gala. "No me siento abandonada, pero eso no se hace. O se va hasta el final o no se va", dice Melody entre bocado y bocado de su bocata de jam¨®n. "Pero no quiero darle m¨¢s bombo. Hay que tirar palante". Melody y sus nuevos bailarines tienen menos de 48 horas para ensayar. Ma?ana se las ver¨¢n con el resto de aspirantes, entre ellos, su principal contrincante, la ex concursante de OT Soraya.
La favorita para Eurovisi¨®n triunf¨® de ni?a de la mano de El Fary y de Sony; ahora va por libre
Melody ten¨ªa 10 a?os cuando su padre, componente del grupo Los Quillos, le mand¨® a El Fary una casete de la ni?a. Al cantante le gust¨® su timbre de voz y produjo su primer disco, De pata negra (2001), que tras arduas negociaciones acab¨® en manos de Sony. "Me acuerdo de un concierto en Colombia ante, yo qu¨¦ s¨¦, unas 40.000 personas", dice Melody de aquella ¨¦poca. "Empez¨® a llover a c¨¢ntaros pero de all¨ª no se iba nadie. Y si no se va nadie, yo tampoco, as¨ª que acabamos todos chorreando".
De pata negra vendi¨® 200.000 discos. Le siguieron, a uno por a?o, Mu¨¦vete (35.000 ejemplares), TQM (17.500) y Melody melod¨ªa (22.000), todos con Sony. Despu¨¦s, cuatro a?os de silencio. Hasta este verano. En julio, Melody reapareci¨® hecha una mujer en la portada de Los buenos d¨ªas, producido por Queco. "La de Melody es una carrera complicada", dice la propia Melody, que habla de s¨ª misma en tercera persona, otro tic de artista. "Empec¨¦ contando cosas de ni?a y poco a poco he ido cambiando. En Sony no ten¨ªan claro por d¨®nde ten¨ªa que ir. ?M¨¢s moderna? ?M¨¢s latina? Pero yo s¨ª sab¨ªa, as¨ª que me fui. La gente tiene algo muy especial conmigo. Me han visto crecer. Cuando he vuelto ha sido como ?Melody? Pues s¨ª, ¨¦sta soy yo".
La nueva Melody moldeada por la propia Melody va al conservatorio, est¨¢ aprendiendo a tocar la guitarra, lee biograf¨ªas de los artistas que admira (Celia Cruz, Mar¨ªa Jim¨¦nez, Lola Flores, Tina Turner) y se ha mudado a Mijas (M¨¢laga), lejos del jaleo de Dos Hermanas, su pueblo de Sevilla. "Ahora quiero ir m¨¢s despacio, poco a poco, m¨¢s tranquila".
Dan las 10.40 y su padre y representante se acerca a la mesa. Hay que ir abreviando. Melody toma aliento y, como si estuviese dirigi¨¦ndose a las masas, suelta: "Os doy las gracias a todo el p¨²blico espa?ol por todo lo que me hab¨¦is apoyado".
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