Oumou Sangare, reina de ?frica
En ?frica una mujer que no se casa est¨¢ muy mal vista". Dos canciones de su nuevo disco hablan de los matrimonios impuestos a las j¨®venes africanas. "Cuando t¨² no lo eliges, vas haci¨¦ndote cada ves m¨¢s peque?a. Y ah¨ª est¨¢s, sola, reventando. Tengo la suerte de ser escuchada hasta en el lugar m¨¢s alejado de la sabana y cada vez que grabo un disco pienso en todas esas mujeres que siguen sufriendo. Pero cantado con alegr¨ªa. Al final digo 'despertad, mujeres, bailemos", cuenta riendo Oumou Sangare (Bamako, Mal¨ª, 1968), quien, tras seis a?os sin grabar un disco, publica Seya (Alegr¨ªa), un canto a la libertad de las mujeres de su continente.
Se sirve una taza de t¨¦ en el sal¨®n del hotel de Madrid en el que se aloja. Y su semblante amable y risue?o se vuelve serio al mencionarle la poligamia. Ella la padeci¨®. "Creo que es lo peor que se le puede hacer a una mujer. Mi lucha es para dar la palabra a la mujer y preguntarle lo que piensa. En Mal¨ª hay mujeres que eligen la poligamia, y yo respeto su elecci¨®n. Soy musulmana, practico mi religi¨®n, hago mis cinco rezos diarios, pero me parece horrible que se fuerce a la poligamia a una ni?a que no ha vivido, que no conoce la vida. Yo quiero que la mujer pueda elegir libremente".
"Vivimos en la pobreza, pero vivimos. Y, desde siempre, hemos sido el coraz¨®n musical de ?frica occidental"
Su padre los abandon¨® cuando ella ten¨ªa dos a?os y lo pasaron muy mal. El tono de voz se vuelve triste y los ojos se le humedecen. "Mi madre se encontr¨® con seis ni?os. Yo la ve¨ªa sufrir y eso es lo que me empuj¨® a cantar. Con trece o catorce a?os me iba a la calle, a los bautizos y las bodas para ganar algo de dinero y llev¨¢rselo corriendo a mi madre para ayudarla. La miseria me llev¨® a cantar y me oblig¨® a dejar la escuela".
El impacto de su primer disco, Moussoulou, convirti¨® a Oumou Sangare en una figura tremendamente popular en Mal¨ª. "Un d¨ªa pens¨¦ que hay que aprender a perdonar. Mi padre viv¨ªa en Costa de Marfil y decid¨ª ir a verlo. El d¨ªa que me vio entrar en su casa no daba cr¨¦dito. Le mir¨¦ a los ojos y le dije 'padre, he venido a usted y le perdono'. ?l tambi¨¦n me mir¨® fijamente: '?Me perdonas, hija?'. Le cont¨¦ que sab¨ªa que hab¨ªa rehecho su vida all¨ª, pero que hab¨ªa construido una casa para ¨¦l y que quer¨ªa que se fuese a vivir a Bamako con toda su familia. Y as¨ª se hizo. Descubr¨ª a un hombre con un coraz¨®n enorme, amable, sonriente. Muri¨® en 2005 cogido de mi mano. Consegu¨ª que mi madre y ¨¦l hicieran las paces antes de que muriera y me siento muy orgullosa de ello. Toda su familia, todos sus hijos, est¨¢n ahora a mi cargo".
Oumou Sangare es un ejemplo para las mujeres malienses: propietaria de un peque?o hotel, due?a de una empresa de importaci¨®n de coches chinos todoterreno y de un campo de diez hect¨¢reas -"para animar a las que quieren ser como Oumou y no tienen dinero para construir un hotel pero s¨ª tierra para cultivar"-. "Hace veinte a?os que le canto a la mujer negra, a la mujer africana, demostremos a nuestros hombres que estamos capacitadas. La mujer africana siempre ha trabajado duro. Ahora quiere que se le reconozca. Y contribuir al desarrollo de su pa¨ªs. Con los ¨¢nimos musicales, con los microcr¨¦ditos, las mujeres emprenden muchas actividades. Hoy las cosas en Mal¨ª han cambiado mucho a mejor. Los hombres pensaban que yo iba a revolucionar a las mujeres, que era la guerra. Y no. Es una guerra incruenta, que estoy haciendo tambi¨¦n para ellos".
Oumou Sangare viste con elegancia y tiene el porte de una reina. Y ha aprovechado media hora libre para ir de compras a una tienda de ropa cerca del hotel. "Quiz¨¢ tenga demasiado. Puedo vivir sin dinero, en una choza, porque he crecido en la miseria". La peque?a Oumou acompa?aba a su madre a las bodas y bautizos en los que ¨¦sta cantaba. Con cinco a?os imitaba de forma sorprendente a la popular cantante Coumba Sidib¨¦. Organizaron un concierto en un polideportivo de Bamako. Oumou era tan peque?a que pusieron una mesa en la que poder subirla para cantar. "Cuando vi toda aquella gente hui corriendo por el pasillo. Todo el mundo re¨ªa. Mi madre me dec¨ªa 'no pasa nada, haz como si estuvi¨¦ramos cantando en la cocina de casa. Cierra los ojos y no ver¨¢s a nadie'. As¨ª que me sub¨ª a la mesa, agarr¨¦ el micr¨®fono y me puse a gritar cerrando los ojos".
Habla con entusiasmo de Wasulu, la tierra que la vio nacer y cuya m¨²sica representa. "Mal¨ª es un pa¨ªs del Sahel, pero Wasulu es una regi¨®n de bosques, muy verde, y de tierra muy f¨¦rtil. Su riqueza cultural se debe a la mezcla de etnias. Los peul son pastores n¨®madas que siguen a sus bueyes y como ¨¦stos necesitan comer hierba fueron desplaz¨¢ndose en gran n¨²mero desde el norte de Mal¨ª hacia esa regi¨®n. All¨ª estaban ya los malink¨¦ y los bambara. Wasulu es una mezcla extraordinaria. Y la mezcla es lo m¨¢s hermoso que hay".
Ya en 1990, en su disco Moussoulou, exhortaba a las mujeres a ser libres y desafiaba el tab¨² de la sensualidad femenina. "Hab¨ªa que ser muy valiente. Pero tambi¨¦n estaba animada por el odio. Cre¨ªa que alguien deb¨ªa decirlo y me daba igual si me mataban", asegura. "Cuando sufres mucho puedes superar todos los obst¨¢culos. Un proverbio bambara dice que el primer maestro del hombre es el sufrimiento. Si logras sobrevivir ha sido un buen maestro".
"La pobreza est¨¢ en la cabeza de uno. Ser rico y triste como les pasa a otros no es agradable", dice riendo. "?Ha visitado Mal¨ª? Una vez all¨ª ver¨¢ que la gente es muy pobre, pero muy alegre y amable. Vivimos en la pobreza, pero vivimos. No sentimos la pobreza gracias a nuestra riqueza interior. Y, desde siempre, hemos sido el coraz¨®n musical de ?frica occidental".
La canci¨®n Sukunyali aborda la emigraci¨®n. "Al maliense siempre le ha gustado viajar. Es as¨ª desde hace siglos. Hubo un rey que camin¨® con otros peregrinos hasta La Meca. Ir a ver lo que hay m¨¢s all¨¢, y despu¨¦s volver, forma parte de nuestra cultura. Mal¨ª significa hipop¨®tamo en idioma bambara y cuando el hipop¨®tamo tiene hambre sale del agua, pace fuera y regresa al agua. Tras la Segunda Guerra Mundial, Francia tuvo necesidad de mano de obra y vino a reclutar a miles de personas. Esa gente trabaj¨® muy duro y volvi¨® a Mal¨ª con mucho dinero. Y eso anim¨® a los que se hab¨ªan quedado. Al principio entrabas en Francia con un simple carn¨¦ de identidad, pero ahora la emigraci¨®n es selectiva. Yo les digo a los j¨®venes que esperan encontrar trabajo en Europa que ni siquiera van a llegar. Por eso he creado empleos. Si todos pudi¨¦ramos hacer ese peque?o esfuerzo para alentarles a quedarse en vez de ir a morir in¨²tilmente".
A Alicia Keys le encanta la voz de Oumou Sangare y asegura que, pese a no entender las letras, comprende lo que dice. Una voz que ha cautivado a la famosa presentadora de la televisi¨®n estadounidense Oprah Winfrey, que la invit¨® a cantar en su pel¨ªcula Beloved. "En Estados Unidos, si tienes talento, si sabes hacer algo, te abren la puerta. Da igual que seas negro, blanco, azul o rojo. En los dem¨¢s pa¨ªses no siempre es as¨ª. Obama es el hombre que el mundo necesitaba. ?Y no es tan negro! Conoce muy bien las dos culturas, la europea y la africana. Es el hombre que puede unir esos dos mundos porque ¨¦l es el mejor ejemplo de esa hermosa uni¨®n. Es muy inteligente ese se?or. Y sabe lo que hace. El mundo conf¨ªa en ¨¦l. Porque sin esperanza no hay vida. La vida misma es esperanza". -
Seya. Oumou Sangare. World Circuit / Nuevos Medios.
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