De hijos adoptivos y padres inocentes
- "La madurez lo es todo". El Rey Lear, William Shakespeare.
La edad no es ninguna garant¨ªa de madurez. El pa¨ªs donde han estado jugando al f¨²tbol durante m¨¢s a?os es el pa¨ªs donde hasta hace poco se jugaba el f¨²tbol m¨¢s inmaduro del Viejo Continente. Daba cierta verg¨¹enza ver lo inocentes que eran los equipos ingleses cuando se enfrentaban en la Copa de Europa a los espa?oles, a los alemanes o, especialmente, a los italianos. Atacaban cuando ten¨ªan que defenderse, carec¨ªan de picard¨ªa t¨¢ctica y no ten¨ªan ni idea de c¨®mo manipular a los arbitros. Era el s¨ªndrome Peter Pan llevado al estadio; como si el f¨²tbol ingl¨¦s se hubiera congelado en un eterno infantilismo.
Ya no. La temporada pasada, en la Champions, los equipos ingleses fueron eliminados s¨®lo por otros equipos ingleses. El Arsenal cay¨® ante el Liverpool, que cay¨® ante el Chelsea, que cay¨® ante el Manchester United. Los resultados esta semana de la primera vuelta de los octavos de final (tres ganaron, uno empat¨® y ning¨²n gol en contra) indican que otra vez la mitad de los ¨²ltimos ocho equipos que queden en la competici¨®n ser¨¢n ingleses.
Gracias a que en el Liverpool hay m¨¢s espa?oles que en el Madrid, los ingleses est¨¢n empezando a aprender
Lo veremos en diez d¨ªas. Nunca hay que descartar nada en el f¨²tbol, como sabemos a nuestro pesar todos los que opinamos sobre el deporte. Pero, hoy por hoy, se sigue reflejando en el campo la creciente brecha econ¨®mica entre la Premier League y las dem¨¢s grandes Ligas. Y eso, pese a que los cuatro grandes ingleses no est¨¢n jugando tan bien como la temporada pasada.
La victoria (0-1) del Liverpool contra el Madrid en el Bernab¨¦u fue precisamente el triunfo de la madurez. Los equipos que lideran los espa?oles Rafa Ben¨ªtez y Juande Ramos tienen estilos parecidos. Animosos, bien organizados, espesos. Pero la sensaci¨®n durante buena parte del partido era que se trataba de un encuentro entre adultos y ni?os; que, aunque hubiese durado 24 horas m¨¢s, el Madrid no habr¨ªa encontrado la red. El Liverpool vino a empatar y se sorprendi¨® ante lo f¨¢cil que lo tuvo.
Juande Ramos no tiene la culpa. Su proyecto avanza bien, pero todav¨ªa est¨¢ verde. El de Ben¨ªtez es un roble fornido.
En San Siro se presenci¨® un espect¨¢culo similar. Fue un milagro que el Inter de Jos¨¦ Mourinho lograra evitar que marcara el Manchester United, cuyo dominio del partido fue casi insultante ante los que van primeros en la Serie A, con nueve puntos de ventaja sobre el segundo. Durante 20 de los 23 a?os que lleva al mando del Manchester, Alex Ferguson sufr¨ªa contra los equipos italianos, a los que siempre acusaba, por pura frustraci¨®n, de ser unos tramposos. Hoy, el miedo, el complejo de inferioridad, ha desaparecido por completo.
?Qu¨¦ ha pasado? Pues est¨¢ claro. Los jugadores y los entrenadores extranjeros han invadido la Liga inglesa, a la que han aportado una medida de sofisticaci¨®n y sagacidad (vean a Xabi Alonso en el Liverpool o a Arteta en el Everton) que sigue ausente entre la mayor¨ªa de sus camaradas ingleses.
No es ninguna casualidad que los tres entrenadores brit¨¢nicos m¨¢s exitosos de la Premier no sean ingleses, sino escoceses y, uno de ellos, irland¨¦s; ni tampoco que la selecci¨®n inglesa tenga hoy un entrenador italiano, tras el desastroso experimento (dur¨® apenas un a?o) de reemplazar a un sueco por un nativo. Es como si los ingleses no hubieran superado la idea de que el f¨²tbol es un juego, como si no hubieran entendido que es la guerra por otros medios.
Gracias a la influencia entranjera, al notable hecho, por ejemplo, de que hay m¨¢s jugadores espa?oles en el Liverpool que en el Madrid, los ingleses est¨¢n empezando a aprender. Ya saben m¨¢s del negocio del f¨²tbol que los dem¨¢s y tiene que ser cuesti¨®n de tiempo para que aparezca un gran entrenador ingl¨¦s y para que la selecci¨®n d¨¦ la sorpresa.
Mientras tanto, los hijos adoptivos de la Premier le est¨¢n dando a los padres m¨¢s que suficientes alegr¨ªas.
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